Capítulo 1: "Noche incómoda"

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— ¿De verdad crees en los fantasmas?—.
—¿De verdad crees que ese es tema para hablar así sin más?, ya nos dijeron que no sacáramos ese tema, ¿Acaso quieres ir con los Lideres? —.
— La hora del toque de queda ya pasó —la silueta de una mujer esbelta se mostró detrás de la puerta de las habitaciones —vamos todos a dormir, incluidos ustedes dos, Alba, Axel —la luz fue encendida por aquella mujer, generando algunos quejidos y gruñidos de parte de los demás en el lugar —podrían hacerme el favor de irse a dormir — dijo cruzando los brazos — última advertencia para ustedes dos o, señorita Alba, será la última vez que se quede a dormir en el dormitorios de los chicos.
En el marco de la puerta se logró visualizar a la susodicha mujer, una señora de unos cuarenta años, algo regordeta pero de gestos cariñosos y tiernos, su larga melena le recorría hasta llegar a la cintura y siempre que se la veía llevaba puesto ropa oscura. Axel siempre se preguntó él porque vestía de aquella forma, si la mujer era un pan de Dios. Sus divagaciones lo llevaban lejos de la realidad cada que se ponía a pensar, por lo que Alba fue la primera en contestar sacándolo de su ensoñación.
— No voy a apagar la luz hasta que no los vea a todos en las camas — puntualizó, y se balanceo hacía un costado, signo muy distintivo de que su paciencia se estaba acabando.
— Si, nos disculpamos Allesia, ahora nos iremos a dormir — Alba parecía totalmente ofendida cuando le llamaron la atención, la culpa no era suya sino de su compañero por saltar con trivialidades tan estúpidas.
Ambos se acostaron en sus respectivas camas para calmar la molestia de sus compañeros de cuarto, camas que estaba separadas por una fina capa lumínica holográfica en el cual se mostraba los paneles oscuros con pintitas blancas simulando ser el cielo nocturno, Alba se hallaba en la cama que llevaba el nombre de Alex en ella con luz color flúor y Alex dormía en una cama desplegable que había sido prestada por la institución. Las luces fueron apagadas para que la habitación quedara nuevamente a oscuras y en silencio, que rápidamente fue interrumpido consecutivamente por las agobiantes preguntas de Axel.

— Ey Alba no me ignores, te juro que logré ver a un Fantasma, no miento — la suave y acusadora voz de Axel volvió a zumbar en el oído de su compañera y amiga —.
— ya, Axel no interrumpas mis sueños por favor te lo pido, mañana tenemos entrenamiento así que necesitamos nuestras máximas fuerzas — con pedía con suplica que su compañero le pusiera punto final a aquel asunto, no porque específicamente quisiera dormir sino que le aterraba la idea de que alguien más escuchara la conversación, aún si ella sabía que nadie escuchaba. Ese tema era uno de los prohibidos, un tabú y ella no lo rompería por nada en el mundo.
— Bueno... — él sabía que si seguía insistiendo su compañera era capaz de tirarle la cama encima por tal de que dejara ese asunto cerrado, por lo que guardar silencio le salvaría la vida, por ahora. Pero por más que no se escuche ni un aleteo de mosca, Axel se carcomía la cabeza pensando en los sucesos de hace unas pocas horas.

---[ Unas horas antes en las afueras de Vitae Momentum ]---

Bajo la lluvia torrencial se encontraba Axel y Alba platicando mientras recogían los restos de las hojas secas que se habían caído del antiguo árbol dorado, claro que no por gusto, sino como castigo por saltarse las clases completas del día anterior.
— ¿Crees que algún día de estos podamos derribar la muralla? — Axel observaba la gigantesca pared impuesta por los Líderes para mantener a los Fantasmas que se encontraban del otro lado alejados, pero tanto pensar en ello se olvidó de terminar el trabajo por lo que Alba le tiro una bolsa de basura para que se despertara de lo que sea que estuviera soñando — Auch — se quejó al sentir el peso sobre su pecho como si le hubiesen pegado un puño o por lo menos así lo sintió —.
— ¿Cuántas malditas veces te he dicho que no hables tan deliberadamente de eso? ¿Acaso buscas que te lleven a un interrogatorio? Porque eso parece — Alba sostenía el rastrillo en alto mientras mostraba una apariencia deplorable debido a que ese no era su primer castigo del día —.
Axel volvió a mirar a su amiga y otra vez fijo su vista en la gigantesca pared — Solo... No era mi intención — bajo la vista hasta las hojas secas junto a la bolsa de basura que antes le había golpeado — me refería a que si algún día de estos podremos vivir sin el miedo de que los Fantasmas nos maten... supongo que un mundo donde podamos convivir en paz.

Entre cielo y tierra [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora