Capítulo 2: "Arrogante desertor"

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La mañana del día siguiente los dos se alistaron para asistir a las clases de entrenamiento, caminaban en silencio por el campus cerca de la fuente del león, ninguno quería sacar el tema de la tarde anterior por lo que el silencio parecía ser la mejor idea para ambos. La tortuosa caminata por fin aclamaba el final, pues ya estaban llegando a la aula 3 de entrenamiento y aún que no quisieran se tendrían que comunicar entre ellos para hacer los ejercicios bien hechos, ya que eran un equipo, el único equipo de dos personas. Por supuesto nadie quería hacer grupo con "la chica de mala suerte" y "el chico antisocial", apodos por los que sus compañeros los llamaban.
Subieron las escamosas escaletas de madera hasta dar con el final del pasillo.
— Esas malditas escaleras — se quejo Alba cuando tropezó con un escalón — ¿Cuando las van a arreglar? Ya es la quinta vez en esta semana —.
— Alba... —.
La chica lo observó por unos minutos, su amigo parecía esforzarse por querer decir algo — ¿Qué?.
Axel se detuvo a mitad del pasillo generando que Alba, quién venía detrás, chocara con su espalda — Creo que esto es tuyo — le extendió el trapo desgastado y algo sucio, Alba alzó una ceja, su expresión mostraba inseguridad —.
Ambos se pararon delante de la puerta antes de adentrarse al aula y en la cara de Axel se podía ver perfectamente el gesto de desaprobación de ella, y es que cómo no iba a tener dudas cuando su mejor y único amigo le pasaba un pedazo de trapo de la nada y que, dicho sea de paso, se lo había entregado aquel sujeto tan extraño del cual sospechaban era uno de los tan famosos Fantasmas.
— Me había olvidado de dártelo, creo que te pertenece —.
— No lo quiero — puntualizó de manera tajante, tomo el pomo de la puerta y se metió sin decir una palabra más, dejando a Axel con las palabras en la boca —.
Los pasados treinta minutos tuvieron las lecciones de defensas, el sonido de los golpes en los protectores, el olor a polvo de tierra y talco, y los sonoros gruñidos del profesor era lo único que mantenía unido a Axel en la clase, o por lo menos hasta que el profesor agrupo a todos los alumnos por filas y pidió silencio. Los presentes se agruparon por filas para un mayor orden, como se les había enseñado.
— Hoy tendremos una clase especial — hablo el profesor — nos visitará el escuadrón de protección de nuestro Refugio a darles una charla para aquellos que se quieren especializar en esa área — «Es una suposición idiota » pensó Alba « todos los que están en este instituto se los especializa para ser un guardia del Refugio » — por lo tanto, quiero un sumo respeto a sus futuros superiores — finalizó para dar paso a la entrada de el jefe en guardia, un hombre lo suficientemente corpulento y alto como para pararte delante de él y temer a que te aplaste —.
— pshh — alguien la llamaba desde atrás, era Axel — no crees que es ridículo este asunto, ¿qué piensan que nos vamos a retractar con lo que elegimos ser? — «Bueno por lo menos no soy la única que piensa así » —.
Alba se giro su cabeza a un costado para verlo mejor pero sin mover su cuerpo — No entiendo porqué justo ahora necesitan tanto personal, parece como si se armaran para una guerra, ¿No te parece? — sus sospechas parecían dar en lo delirante pero, ¿y si de verdad están esperando por una guerra?, la idea le aterraba de alguna manera —.
El hombre grande empezó a dar un discurso de los valores de ser un guardia, Alba fijo su vista en aquel hombre, parecía que la tierra se la iba a tragar, pues ella no era la única que lo estaba viendo sino que él también, como si se conocieran. Inmediatamente desvío la vista pero aun seguía sintiendo como le calarán en lo mas profundo de su ser, ¿Cómo era posible siquiera pensar en algo así?, ¿De verdad se conocían?, ¿y si era uno de los hombres que se llevaron a sus padres?, «No, Alba, esa es una estupidez, no era posible sería mucha coincidencia ».
Con la cabeza agacha intentaba mantener su atención a la explicación del guardia.
— Bueno como ustedes sabrán, nuestro trabajo esta dividido en distintas especialidades — Alba no supo cuándo era que otra persona había entrado en la sala, esta era una chica de unos cuarenta años, de cabello rubio platinado y estaba vestida de uniforme oscuro, nada que ver con el de los guardias — en especial, tres de éstas áreas ya que son un complemento muy importante para todas las guardias, además de protegernos de los ataques rebeldes apodados como "Fantasmas"; los cuales sus nombres por orden son: Área de informática, área de protección civil y área armada. Como verán en estos dispositivos — reverenciando a la mesa, se logró ver sobre esta unas tablas de no mas de diez centímetros, hechas de un material muy parecido al vidrio, en sus bordes estaba decorado con unos pequeños botones de plata — está toda la información que necesitan saber, además, al finalizar les daremos estos "Bichos" — tomo un pequeño botón de acero con sus dedos como muestra, el objeto era extremadamente pequeño, medía apenas un centímetros y en su centro parpadeaba una imperceptible luz roja — los cuales una vez colocados no se los pueden quitar, ya que servirán como un comunicador y transmisor de medios.
En fila como estaban fueron llamados para recoger sus dispositivos, las clases habían terminado con el discurso no escuchado por dos alumnos llamados Alba y Axel, aunque de todas maneras no era necesario ya que se lo sabían al pie de la letra, cada uno se coloco los Bichos delante de sus orejas y tomaron la tabla de cristal. La pantalla del dispositivo se encendió al tacto mostrando el mensaje de sus superiores:

Entre cielo y tierra [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora