5. La puerta.

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El pomo rueda por el suelo. Poco a poco, el estruendo va amenizando y el hombre parece no haberse dado cuenta. Ayelen empuja la puerta. Se abre sin problema alguno. Un segundo después de abrirla, sabe que no tendría que haberlo hecho. Lo que ve la deja mareada, angustiada y paralizada.
-Ayelen- le susurra una mujer encadenada a la pared- Ayúdame.
-¿Mamá?
-Ayelen, corre, suéltame, por favor.
-¿Qué hago, mamá? Estoy asustada
-Busca la llave. La tiene él en el bolsillo del pantalón.
-No puedo, tengo miedo.
-¿Qué pasa ahí?-grita una tercera voz.
El hombre, irritado, mira fijamente a Ayelen y a su madre.
Ayelen, hecha a correr frenéticamente sin saber a dónde. Sube por la escalera y se dirige al baño. Cierra la puerta con pestillo y se apoya en la puerta. Estaba horrorizada. Acto seguido, se oye al hombre subir por las escaleras. Intenta abrir la puerta sin resultado alguno.
-¡Sal de ahí ahora mismo!
-¡Ni lo sueñes!
-Tu madre lo pagará caro en ese caso.
-¡Deja a mi madre en paz, me oyes!¡¿Qué quieres de nosotras?!
-No lo diré hasta que no salgas de ese maldito baño.
-¡Pues espera sentado, no saldré de aquí hasta que me des una explicación!-grita Ayelen entre lágrimas y muy asustada.
-Vale, se acabó. Si no lo haces por las buenas, lo harás por las malas. Aunque creo que eso a tu madre no le gustaría.
-¡A mi madre no la metas en esto, estúpido acosador!
-Tu última oportunidad, o sales ahora, o tu madre lo pagará muy pero que muy caro.

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