Iba caminando apresuradamente por las calles de Londres, el aíre esta muy frío y apuesto a que mis mejillas ya están rosadas al igual que mi nariz. Llegue a la entrada de uno de los mejores barrios de por aquí. Charcos y más charcos de agua fangosa. Llegue por fin a la entrada y el vigilante que ya me conoce me dejo pasar, camine por las calles hasta dar con la mansión estilo colonial que tanto me gustaba. Toque la puerta, una y dos y a punto de dar la tercera la mamá de Carolyne, una mujer pelirroja me abrió la puerta con una gran sonrisa.
-Pasa, Ashley -dijo la señora dándome paso-. Vienes a buscar a Carolyne?
-Si, se sintió mal y me quede preocupada, espero no interrumpir o incomodar.
-No te preocupes, sube, Carolyne esta en su cuarto.
-Gracias.
Subí las escaleras a grandes zancadas, llegue a la segunda puerta del pasillo de la izquierda y toque.
-Ya te dije que no quiero verte mamá, ni a ti ni a nadie! -grito, y pude notar como se quebraba su voz al hablar.
-Soy yo -dije débilmente-. ¿Puedo pasar?
-'Ashley?
-Si.
-Pasa.
Abrí la puerta, vi a Carolyne con los ojos hinchados, su piel aperlada estaba algo pálida. Esta tumbada en la cama, hecha ovito tomándose las rodillas, me partió el corazón verla así ¿Tanto vale Richard para ella? Ni siquiera me vio cuando entre, me senté a sus pies y acaricie su brazo con mi mano, llora desconsoladamente. Esta vez no se que hacer, es decir la he visto llorando millones de veces pero nunca así.
-Oye, tranquila estoy aquí,contigo -le dije para consolarla, pero al parecer no sirvió de nada-. Todo se arreglara, Carolyne.
-Esta vez no -dijo con lágrimas en los ojos y la voz quebrada.
-¿Por qué no?
-Tiene semanas saliendo con otra chica del campus, hoy los vi besándose en mis narices y cuando le pedí una explicación dijo...
-¿Qué dijo?
-Que estaba harto de mi, de mis dramas y de que nunca me despegue de el, que ya no me quiere y que nunca me quiso.
Rompió de nuevo en llanto y me acerque para abrazarla, no la quería ver así. Richard es un maldito, bueno eso ya lo sabía, pero esta vez fue distinto. La abrace fuerte y lloro en mi hombro.
-Ya, ya, ya -la arrulle y temblaba por el hecho de haber llorado tanto, vi el reloj de su mesita de noche 9:35 de la noche, ya es tarde, ya me tengo que ir aunque no quiera-. Carolyne, ya me tengo que ir, te veo mañana nena, sabes que cuentas conmigo. Te amo.
-Le diré a mamá que te lleve a casa, ya es tarde.
-No es necesario.
-Si, si lo es -se mostraba agitada por algo y nerviosa.
-Bien, gracias.
Me despedí de ella en la puerta de su cuarto, la abrace y ella me devolvi el brazo más fuerte de toda mi vida, esta es una despedida, pero solo por hoy mañana la veré y esta vez Richard no se escapara de una buena golpiza de mi parte y de mis reclamos.
-Te quiero mucho, mucho Ashley, por favor no lo olvides.
-No lo olvidare.
-¿Me lo prometes?
-Te lo juro. Sigue pintando para que te sientas mejor y para que aportes una pintura más para nuestra próxima galería.
-Claro. La galería -dijo triste al pronunciar "la galería".
-Adiós.
-Adiós, Ashley.
Subí al auto de la mamá de Carolyne, hubo un silencio pero no incomodo. Se escuchaba en la radio la canciónn de I knew you were trouble de Taylor Swift. Por alguna razón me imagine mientras la escuchaba la historia de Carolyne y Richard, una pregunta invadió mi mente y no la dejaba en paz hasta que la saque:
-'Cree que Carolyne, este bien sola? -dije y la mamá de Carolyne paro el auto ante el rojo del semáforo.
-Claro -dijo segura-. Solo es otra decepciónn, la superara.
-Eso espero.
-Yo igual. ¿Doy vuelta en la próxima avenida?
Asentí y después de recorrer unas cuantas calles llegamos hasta mi casa, la mamá de Carolyne bajo del auto al tiempo que yo bajaba. Caminamos por el jardín hasta llegar a la puerta antes de abrirla dije:
-Gracias, em...Cualquier cosa llámeme, a la hora que sea, no importa.
-Claro hija, yo te llamo si pasa algo.
Entre a la casa mamá ya esta dormida al igual que papá, Sam y Rosse. Me quite las converse y me puse mi pijama, me metí en la cama y me cubrí con las sabanas. Me gusta dejar un poco recorrida la cortina de la ventana para poder ver hacia el horizonte mientras mis parpados comienzan a pesar y caigo en profundo sueño, esta vez tardo más en llegar, no puedo dormir pero después de lo que parecieran horas el cansancio llego y cerré mis ojos para caer en brazos de Morfeo.
ESTÁS LEYENDO
Si me Regresas el privilegio de ser tuya
PoetrySi me regresas el privilegio de ser tuya es una Historia de amor y pasión juvenil