ES NECESARIO LEER ENAMORANDOME DE MI MEJOR AMIGO PARTE UNO, ESTA ES LA PARTE DOS
La historia continua...
Raven Wilson está en su último semestre de universidad, ella cree que su vida por fin está en orden, un buen lugar donde vivir, excelentes cali...
Cuando la proyección acabo William y todos los presentes estaban aplaudiendo, empecé a sentir los nervios me invadían, mire a mi mamá y esta sonrió como esperando que hiciera algo.
Mire a William que tenía su copa en mano, sabía que iba a decir algo, algo como un discurso, así que rápidamente le di un tirón en su traje y él me miró de inmediato se veía preocupado y a la vez feliz.
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— ¿Podemos hablar? –pregunte y él asintió. El hizo una señal a la organizadora y música de fondo se empezó a escuchar.
El tomo mi mano con delicadeza y nos fuimos muy directos del lugar a una habitación que estaba ahí, abrí la puerta y el prendió la luz. Mire alrededor y resultaba ser el armario en donde guardaban los abrigos de los invitados.
Ahí estaba él junto a mí y mi corazón queriendo salir de su lugar. Sus ojos azules buscaban los míos en busca de respuesta, de los nervios sentía mi cuerpo moverse.
— ¿Qué pasa Raven? –pregunto y me sonrió. Una lagrima rodo por mi mejilla y William frunció el ceño.
— Yo... yo... no puedo con esto, no puedo mentirte –deje salir como si fuera aire, baje la mirada y cerré los ojos.
— ¿Qué no puedes? ¿Mentirme? –tu tono era preocupado, abrí lentamente los ojos y lo mire.
— William te amo... pero...
— ¿Lo amas? –interrumpió.
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Lo mire con los ojos muy abiertos, lo estaba lastimando, Raven ¿Por qué no pudiste decirle que no antes? Busco mis ojos, el merecía saber la verdad.
— Si, si lo amo –baje la mirada.
— Si lo amas... ¿Qué haces aquí? –pregunto y le mire –Tienes que ir por el Raven –tomo mis manos y empecé a llorar.
— William, ¿Qué pasara? ¿Qué dirán? –pregunte y el negó con la cabeza.
— Raven –me tomo por los hombros, lo mire a los ojos y esta vez su mirada era muy diferente –No lo pierdas, no después de tanto tiempo, te amo Raven y estoy seguro que no dejare de hacerlo, pero si no vas a hacer feliz conmigo... no puedo retenerte más. Que no te importe lo que diga la gente, porque vale más tu felicidad –soltó mis hombros lentamente y fui perdiendo su calor.
