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Capítulo 39

Respiré profundamente y examiné mi habitación. Estaba casi vacío; mis carteles se habían desvanecido de las paredes, mis libros y mis ropas estaban bien empaquetados en cajas. Todo lo que me quedaba era mi cama y la pequeña maleta que iba a guardar en mi auto conmigo. El resto de mis pertenencias ya estaban en una camioneta en movimiento en su camino a Nueva Orleans. Miré el vacío con una sensación de calma; No sentía ninguna ansiedad en absoluto, a pesar de que había pensado que sería. Me convencí aún más de que volver era lo correcto con cada minuto que se le escapaba.

Me acurruqué en mi cama con The Great Gatsby , necesitaba una forma de mantenerme ocupado antes de irme a dormir. Y luego, en la mañana, emprendería mi viaje por carretera. Hubo un revoloteo en la boca del estómago cuando lo pensé, era una sensación de emoción. De hecho, casi sentía como si la excitación golpeara mis órganos. Fruncí el ceño al darme cuenta de que no era un sentimiento interno; algo estaba literalmente tocando. Mi ceño fruncido se transformó en una expresión de enojo cuando me di cuenta de que ni mamá ni papá llamaban a la puerta de mi habitación, algo estaba llamando a la puerta de mi balcón.

Y solo había una persona que podría ser.

Mentiría si dijera que no quería verlo. A pesar de mi enojo y tristeza, todavía había una parte de mí que amaba a quien yo pensaba que había sido; amaba al Fantasma en él. Odiaba esa parte de mí, odiaba que había algo en mí que deseaba besarlo de nuevo, que lo abrazara y me susurrara al oído que le importaba. Sabía mejor que eso; Sabía que nunca más me besaría o abrazaría. Sabía que nunca se había preocupado por mí. Tragué el nudo que apareció en mi garganta y volví a mi libro. Podría quedarse allí toda la noche si quisiera, no lo estaba invitando a entrar.

Resultó, sin embargo, que a Fenton no le importaba si tenía o no una invitación. Bailó el vals por la puerta del balcón, brillantes ojos azules brillando. "¡Sam! Tengo que ... ¿Qué demonios está pasando aquí?"

"Como si tuvieras algún derecho a saber", respondí con frialdad. "Ahora, sal de mi casa".

Su mirada cambió de mis paredes a mi cara. "Necesitamos hablar."

"Oh, creo que has hablado lo suficiente", me burlé. "Ahora, sal de mi casa".

"No, hay cosas de las que tenemos que hablar. Te he dado tiempo para pensarlo bien. Te he dado espacio para estar solo. Pero te necesito, Sam. Necesito que estés conmigo. Estoy enamorada de ti, nunca estaré con nadie más y no te atrevas a negar que no nos amamos, porque lo hicimos ".

"No", argumenté. "Puedo decir que no nos amamos, porque si alguna vez realmente me amaras, entonces no me habrías mentido, no me hubieras insultado, y no me hubieras hecho sentir horrible e inútil Y puedo decir que nunca te amé porque te despreciaba, Fenton. Amaba a alguien que no estaba allí, alguien que no es real ".

Las lágrimas comenzaron a crecer detrás de mis ojos, amenazando con derramarse a través de mis pestañas. Levanté mis rodillas hacia mi pecho y escondí mi cara. Yo quería que se fuera; Yo quería que se fuera. No quería enfrentar esta conversación. Ya había escuchado lo suficiente la primera noche que se explicó a sí mismo, no tuve que repetirlo todo para volver a lastimarme. Seguía sintiendo el primer colapso y, para continuar, solo demostré cuán cruel era realmente Fenton.

"El fantasma es real". El nombre se derramó tan fácilmente de los labios de Fenton, pero me estremecí. "Yo soy él, él es yo. Nosotros. Somos. No. Dos. Gente".

"¡Pero tu eres!" Estallé. "O tienes un desorden de personalidad múltiple, no lo sé! Pero tienes algo mal en esa cabeza tuya. ¿Qué más te hace pensar que está bien mentirme, engañarnos a Paullina y a mí? y para hacer que me enamore de ti solo para romper mi corazón? Me encantó lo que pensaba que era real . ¿Sabes lo desgarrador que es despertar en el amor una mañana e irse a la cama el próximo sabiendo que tu mundo era una mentira? que la persona en quien confiabas todo era una mentira?