una historia sin titulo

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Lo recuerdo o trato de hacerlo, siempre me hundo en lo que escribo, por mas corto, poco o extenso que sea siempre me hundo, me gusta pensar en flotar sobre el agua, dejar que está me lleve y solo mirar hacia arriba tan tranquila.
Recuerdo que lo hacía con todo, con la sociedad dejaba que avanzaran y yo no estaba en su paso.
Había situaciones que te paran, sueños, esperanzas o estrellas cualquiera.
Pero siempre vas a seguir adelante, siempre dicen eso, es parte de la vida, pero ¿que de malo tiene querer quedarse quieto durante mucho tiempo?
¿A quien le molesta que yo me quedé estancada?
¿Solo a la gente que vive en la vida de los demás?
Bueno aprendí ciertas cosas, que por mas quieta que te quedes por mas estancado que estés siempre vas a querer salir a flote aunque que sea solo para ver qué hay del otro lado y ver si es mejor o no.
Aprendí a no conformarme con lo poco que tengo a buscar mas, ya es decisión mía si busco lo bueno o lo malo ¿no?

Después de quedarme mucho tiempo en la banca mojada dejando que el agua calara mi ser y lo volviera frío, después de pensar en muchas cosas pero no asimilar ninguna, de escapar en mi cabeza y no en lo que pasaba al rededor.
Empecé a caminar con mi gorro de la chamarra y mis pies a rastras.
Viendo el suelo moverse bajo de mi, caminaba y caminaba, pasaba por debajo de las farolas, a lado de los árboles por el pavimento, y empecé a sonreír, solo a sonreír, vi la línea amarilla de la banqueta y me subí en ella pasando un pie enfrente del otro jugando a no caerme, que metáfora ¿no? Mi vida siempre ha sido una línea amarilla, y creo que desde que quise avanzar caí y no lo volví a intentar.

Pero esto era divertido salte en un charco muy grande y moje todo lo que no estaba mojado, me reí de mi misma, sonreí a la luna sonreí sinceramente, sola.
Me sentí bien, me olvidé de muchas cosas.
Me olvidé de los dolores, de la felicidad me olvide del pasado, del futuro, de mis obligaciones.
Y solo viví lo que todo el mundo quiere vivir, el ahora.
Me sorprende, que con mi mente pueda mantenerme en pie durante un par de horas sin que todo lo que acaba de pasar me destruyera, creo que ya estoy cansada en solo concentrarme en lo malo, osea en toda mi vida.

Tal vez necesitará ayuda.
Pero por ahora, necesito más de mi misma.
Me senté en una banqueta y hablé conmigo misma.
Fue extraño, me escuchaba me respondía como si realmente interesara, hablamos de todo y nada, tocamos todos los temas.
Desde mis problemas a mis tonterías.
Y me di cuenta y me dije a mi misma.

–tu no eres capaz de soltar, ni de sanar, lo has intentado, pero puedes acabarte intentándolo, quedarte como estás o soltar... – y mi cabeza quedó en blanco, son decisiones que no quiero tomar.

~~~~~~~~~~~~~~°~~~~~~~~~~~~~~
Llegue a mi "casa" a las 5:40am
Tendría que darme un baño y tomar mis cosas, quería faltar, sería divertido quedarme en casa escribir, platicar conmigo ser yo.
Pero se que mi abuela no estaría de acuerdo con que falte tanto.
Y aún que lo deje de lado, tiene razón así es necesito salir adelante, aun que sepa que no llegaré muy lejos debo intentarlo, no se me es difícil.

Llegue a la escuela con una sonrisa el ojo morado y el labio roto, bajo mis prendas unas vendas y curitas, y miraba al suelo.
Esta vez no escuchaba murmurar, no escuchaba nada, solo veía bocas moverse.
Personas pasar de largo y muchas otras pegarme con el hombro.

Pero aún así quede muda, y sorda, era algo bueno podía concentrarme mejor.
Llegue a mi casillero, el cual tenía papeles, cartas, cosas.
Lo abrí sin importarme nada saque libros lo cerré y algunas cartas cayeron, pase encima de ellas y muchos se sorprendieron al verme sonriente.

Caminar lento con la cabeza gacha sonriéndole al suelo y a mis espaldas un golpe en el casillero.

–¿ahora ni regalos aceptas Julieth? Que gente por dios nosotros que te hicimos estás cartas con amor y tú, dejándolas de lado –me grito Corner a unos 7 metros de mi–¿no las has leído? Te harían sentir muy bien Mira por ejemplo está, dice: eres más fácil que una puta borracha, por eso tú novia te dejo por qué es igual de fácil que tu, WOW ¡Mira una rima!
Volteé lentamente sin quitar la sonrisa de mi cara pero mis ojos picaban por la rabia.
–Que Julieth, ¿duele?–avanzo lento– o simplemente quema que te digan la verdad, eres muy FA-CIL.
Me tomo del cabello y me puso contra la pared, mi corazón se empezó a acelerar y mis pulmones a pedir aire estaba teniendo un ataque de pánico y ansiedad... Era demasiado.
Sonreí, y mis lágrimas cayeron, me soltó, escupió a mis pies y me empujó contra la pared.
Termine en el suelo y el caminando al final del pasillo.
Mis manos temblaban y mis mejillas se llenaban de lágrimas.

Pero empecé a reír siempre a reír.

Clase con clase, mi sonrisa fue acabandose fui escribiendo y protegiendome de todos, haciéndome más pequeña con el tiempo.
Ella trataba de hablarme de llamar mi atención y cuando estuvo realmente cerca salía unos segundos antes de que tocaran el timbre.

Y aún así, en la hora de la comida donde todos estaba en el comedor, y se escuchaba el barullo en el, yo estaba sola, frente a mi casillero viendo todas esas notas, que realmente no me importaba y me daba gracias que creyeran que si.
Estaba enloqueciendo, escuchaba dentro de mi una risa, un que estúpidos son, un no me importa en lo mas mínimo, siempre mentiras que quieren que crea.
De repente escuché pasos y mi sonrisa se pintó en mi cara, era una situacion muy graciosa para quien la viera, una chica viendo a su casillero a cartas desagradables sonriendo.
Y ella llegó a mi lado, trato de tocarme y me hice para atrás dos pasos, no podía mirarla a la cara o sabría que empeoraría todo, ella trató de buscar mi mirada y al no encontrarla hizo lo que siempre enfureció.
Volteo a mi casillero y murmuró lo que algunas cartas decían, haciendo que cerrara los ojos.
Ella se enojó aún mas y empezó a arrancar las notas de mi casillero aventandolas al suelo, haciéndolas pedazos.
Y cuando terminó grito con mucha furia.
–ESTOY ARTA DE QUE CON CUALQUIER COSA, TE HAGAN LA VIDA IMPOSIBLE, ACABA CON ESTO YA– trato de tomarme de los hombros y yo solo me quite de su camino y empecé a andar pateando los papeles del suelo.

–yo no fui quién rompió lo que quedaba, yo no fui quién hizo que no me interesara,–voltee hacia ella y sonreí– te odio.

Y me aleje a la puerta, escuchando un golpe tras de mí

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