Capítulo 1

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《Ring, ring, ring, ring》

-¡Aghhhhh!- logro decir cuando despierto de mi profundo sueño, maldito despertador.

Han de ser las 6:30 am, aún no sale el sol completamente- pienso mientras me estiro a lo largo de mi cama. Mis cortinas están corridas, que raro que mi madre no me haya gritado para despertarme.
Cuando sale temprano de casa rumbo al trabajo abre las cortinas para que la luz del sol queme mis párpados y no llegue tarde al colegio. Muy perspicaz.

Giro mi rostro al buro que está a un lado de mi cama, abro los ojos de golpe.

-¡Mierda! Las 7:10 am- exclamo con horror. Brinco de mi cómoda cama y entro corriendo a la ducha para bañarme rápidamente. La hora de entrada al colegio es a las 8:00 am.
Tomando en cuenta el tiempo que me toma ducharme, vestirme, desayunar lo que sea, lavarme los dientes y esperar el autobus es muy poco tiempo. Eso sin mencionar que hago veinte minutos a la escuela.

Salgo de la regadera corriendo con uns toalla sobre mi cuerpo y otra enrollada en mi cabello.

-¡Mierda, mierda, mierda!- no paro de gritar.

Unos skinny jeans, un croptop negro, unas botas de piel con estoperoles. Me visto tan deprisa como me lo permiten mis piernas regordetas. Salgo de mi habitación saltando con un pie, mientras subo el cierre de mi bota.

Bajo las escaleras corriendo, tomo un jugo de mango y una manzana verde del refrigerador. Mi cartera y mi celular están sobre la mesa. Cepillo mis dientes mientras paso el peine por mi cabello.

Tomo mis cosas, miro la hora en el móvil: 7:32 am.

-¡Ya me voy, papá!- grito dedde la puerta. Aguardo tres segundos, sin respuesta. Está durmiendo.

Corro a la acera y miro desesperada a los lados, esperando ver el autobus.
Dos minutos, cuatro minutos, diez minutos.

-Carajo- me digo mirando al cielo. Ya salió el sol plenamente, me lastima los ojos. De pronto lo veo, el autobus ya viene. Subo rápidamente, luego de pagar me siento.

Pasando diez minutos giro mi rostro a los lados nerviosa, mi mochila. El autobus va muy despacio.

-Puta madre. En la cama- susurro llevandome la mano a mi frente.

¿Qué haré ahora?

8:15 -salgo volando de aquella corcholata con llantas, corro sin mirar a los lados para cruzar la calle. -¡A la mierda la vida, ya es tarde.- pienso. Doblo la esquina y diviso el Instituto. Ya no hay nadie fuera.

Golpeo la puerta desesperada. Una falta más y deberé dos materias.

-¿Qué hora es esta de llegar, Señorita Saénz?- se dirige hacia mí la Directora Gonzales.
-Disculpeme, Directora. No pasé buena noche y me quedé dormida, no volverá a suceder.- contesto con honestidad en mi mirada.
-¿Su mochila dónde está?- abre la pueda mirándome extrañada.
-La olvidé, hice todo tan deprisa que la dejé sobre mi cama- ya estoy dentro.
-¡Ay Dios mío! ¿Dónde tiene la cabeza?- dice mientras levanta las manos hacia el cielo. Yo ya estoy corriendo hacia el aula.

Toco la puerta blanca con el número 601 en la parte posterior.

Me toca Física, no puedo faltar a esta clase.

-Adelante- escucho decir al Profesor Hernández.
-¿Puedo pasar? Buenos días.- sonrío más de la cuenta, podría estarlo asustando.
-Sí, sí. Sólo no me interrumpas.- gira de nuevo al pizarrón sin prestarme más atención.

Me siento detrás de Nat. Toco su hombro y me mira girándose hacia mí.

-Hola bebé, ¿tarde de nuevo?- ríe por lo bajo.
-Sí, Nat. Ya sé, necesito que me prestes una libreta y un bolígrafo. Sólo por hoy, por favor.- la miro a los ojos con súplica.
-¡No mames! ¿Olvidaste tu mochila?- esta vez sí que ríe más fuerte.
-¡Por favor, Natalia!- exclamo levantando un poco la voz desesperada.

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