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Estaba dispuesto a etiquetarlo como alguien difícil e inalcanzable con quien no tenía nada más que hacer. Dos palabras suyas y veía cómo mi apatía llorosa se transformaba en un jugaré a lo que tú quieras hasta que me pidas que pare, hasta la hora de comer, hasta que la piel de mis dedos se caiga una capa tras otra, porque me gusta hacer cosas para tí, haría cualquier cosa por ti, tan sólo pronuncia la palabra, me gustaste desde el primer día e incluso cuando congeles mis renovadas propuestas de amistad, nunca olvidaré que tuvo lugar entre nosotros esta conversación y que hay formas más fáciles de recuperar el verano en plena tormenta de nieve.

Lo que se me olvidó resaltar en esa promesa es que el hielo y la apatía tienen maneras de truncar instantáneamente todas las treguas y los propósitos firmados en veranos anteriores.Entonces llegó aquella tarde, un domingo de julio, en que nuestra casa se vació de repente y nosotros éramos los únicos que quedábamos allí y el fuego me quemaba las entrañas, pues «fuego» era la primera palabra y la más simple que me vino a la mente en aquel preciso momento en que intenté darle sentido a todo ello en mi diario. Esperé y esperé en mi habitación inmóvil sobre la cama, en un estado de trance, lleno de temores y expectativas. No era unallama de pasión, ni un fogonazo de rabia, sino algo paralizante. Fuego como el miedo, como el pánico, como un minuto más así y me muero si no llama a mi puerta. He aprendido a dejar las puertaventanas entreabiertas y a tumbarme en la cama con el bañador puesto y todo mi cuerpo ardiendo. Fuego como una plegaria que reza por favor, por favor dime que me equivoco, díme que me lo he imaginado todo y yo tampoco soy real para tí, y si para ti la realidad es esto, entonces eres el hombre más cruel que existe. Asi, la tarde en la que por fin entró en micuarto sin llamar, como si hubiese  respondido a mis oraciones y me pregunto que por que no estaba con el resto de la gente en la playa y todo lo que pude pensar en decir, aunque no tuve las agallas de ver- balizarlo, Ríe un para estar contigo. Para estar contigo, Joel. Con o sin bañador. Para estar junto a ti en mi cama. En tu cama, que es la mía durante el resto del año. Hazme lo que quieras. Arrástrame. Sólo pregúntame si quiero y verás lo que respondo, perono me dejes decir no.

Y dime que aquella noche no estaba soñando cuando escuché un  ruido en el rellano junto a mi puerta y supe de repente que había alguien en mi cuarto, que había alguien sentado al pie de mi cama, venga a pensar, pensar y pensar y que súbitamente comenzó a venir hacia mí y se tumbó, no junto a mí, sino sobre mí, mientras yo me tendía y que me gustó tanto que, en lugar de arriesgarme a hacer algo para demostrar que me había despertado y con ello hacer que cambiase de opinión y se fuese, fingí estar completamente dormido y pensando que no era un sueño, no podía serlo  pues las palabras que me llegaban mientras apretaba mucho mis ojos eran: Esto es como volver a casa, es como volver al hogar tras muchos años, como volver a un lugar en el que todos son como tú, donde la gente te entiende y sabe de tí; volver a casa como cuando todo se derrumba y te das cuenta de que durante diecisiete años has estado toqueteando las combinaciones erróneas. Y fue cuando decidí expresar sin menearme, sin mover un musculo de mi cuerpo, que  estaba dispuesto a ceder si me empujabas, que ya me había rendido, que era tuyo, todo tuyo a pesar de que de repente hubieses desaparecido y pareciese demasiado cierto como para ser un sueño, aunque estuviese convencido de que todo lo que deseaba a partir de aquel día era que me volvieses a hacer exactamente lo mismo que experimenté mientras dormía.

CMBYN [Joerick] adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora