CAPITULO 3

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Ligthol 11 de Junio 2016 

10:25 a.m. 

Han pasado años desde el fallecimiento de la reina Amell conocida como una monarca respetable y querida por la mayoría de sus aldeanos, sabia imponer las cosas y mantenerse siempre al margen con las reglas de su puesto. Sin embargo, un profundo hueco que provocó una gran depresión en ella al enterarse de la muerte de su querido esposo. Proteger de sus hijas tanto como de su reino sin importar el precio o las consecuencias que tendría que pasar era ahora su enfoque primordial. 

 Las noches de la princesa Priscila solían ser difíciles ya que era recurrente la misma pesadilla del peor momento que pudieron capturar sus ojos, cada detalle. Cada movimiento había sido grabado ese trágico día, observando por los pequeños espacios que dejaban las rejas del armario de su dormitorio arrinconadas en la oscuridad con los ojos cristalizados y con la mano en la boca para evitar sollozar  y delatarse a ella misma junto con su hermana. 

Aquella noche el ruido de un portazo se presentó después unas pisadas torpes y desesperadas se acercaban cada vez más, al escuchar un pequeño quejido femenino pudieron darse cuenta de que era su madre, la más pequeña estaba a punto de salir apresurada a los brazos de su madre pero esto no se pudo debido a que alguien había quebrado la puerta y había entrado. La reina Amell se encontraba  tirada en la alfombra blanca que se mezclaba con la sangre de la realeza, por la forma en la que se arrastraba en el piso  se notaba que estaba gravemente lastimada, pero esto no le impedía luchar para cubrir a sus hijas, el atacante rápidamente se coloca encima de la reina ahorcándola brutalmente para alistar su cuchillo y acabar con ella 

-¿Donde quedo tu valentía, Amell?

Estas fueron las ultimas palabras que pudo escuchar la reina antes de ser asesinada. El atacante abandono el lugar y no se le volvió a ver, al menos no como el atacante. 

 Ambas pequeñas de la realeza habían presenciado uno delos más atroces momentos, un trago amargo que jamás podrán superar, actualmente Priscila trata de convencerse de que toda esta crueldad que existe en el mundo es solamente una prueba para ver hasta que punto llegas a la cúspide y no te tires o te tumbes de ella. 

-Priscila.-Su atención se desvió hacia un hombre de piel morena y de apariencia atractiva, parecía estar preocupado y harto a la vez. 

-Perdón.-Dice ella volviendo a su punto actual. 

Se encontraban en la sala común, todos los monarcas de los reinos que mantenían relación con Ligthol se encontraban presente excepto por uno quien se había disculpado con anticipación ya que se presentaron asuntos de suma importancia en su reino. 

Una risa burlona, esas risas que suelen sacar de las casillas a una persona sale de la anciana amargada.

-¿Es esa la clase de atención que le brindaras a Ligthol?- Primer strike y la sangre estaba apunto de ponerse caliente, sin embargo, Priscila se abstuvo a responder.

-Se han juntado datos en los cuales las estadísticas sobre los inconvenientes violentos en cada uno de los reinos han superado el antiguo rango de 45% de violencia. También se han encontrado nuevos territorios de los cuales podrían hacer o implementar nuevos.- Aporto el moreno.

Los datos informativos siempre se platicaban con todos los superiores de cada una de los reinos al realizar una mesa redonda, esta misma mesa no era del agrado de la Princesa ya que la mayoría de las veces no se concretaba una decisión de la cual todos estuvieran de acuerdo y además de que siempre implicaban a Priscila en asuntos difíciles viéndola como una chica ingenua.

- ¿Y qué tienen en mente para dichos territorios una vez que se hagan los nuevos reinos? -Pregunta la castaña al heredero de Wilbott.

-Pensábamos dártelos a ti.

Ligthol AstenofobiaWhere stories live. Discover now