-Devuelta al trabajo-

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En la mañana no le dirijo la palabra mientras que me visto para el trabajo y él recorre la habitación buscando su traje para el trabajo, sigo molesta.

El silencio me incómoda, pero estoy dispuesta a no decir nada en mucho tiempo. Me coloco una falda negra de tubo hasta un poco encima de la rodilla, una blusa color beige elegante, peino mi cabello y finalmente tomo mi bolso y mis tacones.

— Aleksandra —dice antes de que cruce al umbral de la habitación.

— ¿Qué se te ofrece? —pregunto sin dirigirle la mirada.

— ¿Estás molesta?

— No.

— ¿A dónde te diriges? —consulta desde el otro lado de la habitación.

— No creo que te interese —respondo secamente.

— Aleksandra, por favor —suplica, pero no me importa en lo más mínimo lo que me pida.

Suelto un suspiro y clavo mi fría y distante mirada en él.

— ¿Para qué quieres saber?

Él se mueve incómodo de un lado al otro y posa sus ojos sobre mí. Es completamente estúpido que tengamos que discutir por esto casi todas las malditas mañanas. No sé hasta cuándo podré soportar esta mierda.

— Por favor, Aleksandra. No compliques más la situación —dice en un susurro.

— Desayunaré con mi madre y luego iré al trabajo—le digo con el tono de voz severo—, ¿Por qué?

Él no responde y suspira, le molesta mi actitud, pero entre nosotros siempre funciona de esta manera.

— Envíale saludos a tu madre de mi parte —me dice, y luego toma su corbata del interior del armario.

— Sí, es lo mejor que puedes decir.

Al bajar las escaleras me encuentro con una de las muchachas.

— ¿Desayunará en el comedor, señora? —pregunta

— Saldré —respondo de modo cortante. Asiente con la cabeza y luego desaparece de mi vista.

Antes de llegar a la puerta el tío de Christoph me detiene.

— ¡Aleksandra, querida! —exclama acercándose.

— ¡Anton! —musito recibiendo su saludo de buenos días. —, ¿Cómo has amanecido? —pregunto, él me sonríe, luego responde que le encanta mi casa y que adora mi hospitalidad. disimuladamente veo el reloj del recibidor. No debo llegar tarde.

— Quiero disculparme personalmente contigo, querida —dice tomándome por sorpresa—. Lo que sucedió anoche fue inoportuno y al mismo tiempo vergonzoso para mí. No creí que estarías teniendo un momento íntimo con mi sobrino, y lo lamento muchísimo.

¿Momento intimo? ¿En serio? No fue para nada íntimo.

—No tienes por qué disculparte. Christoph y yo solo nos estábamos besando, pero descuida, no interrumpiste nada más. Continuamos en la habitación, como debe de ser —le digo de manera divertida y él sonríe.

—Me alegra oír eso —dice amablemente. Sonrío porque no sé qué más hacer. Luego me despido rápidamente y salgo de la casa para encontrarme con mi madre.

..... TRABAJO 12:00PM....

Esperé ansiosamente la hora que Irina le había puesto para tener la sesión, y eso me tenía con un manojo de nervios en el estómago, no debería ni por qué anticiparme pero no estaba bien lo que él producía en mí, la ansiedad del día fue horrible y empezaba a disgustarme con la idea de verlo diferente, simplemente era un paciente que tenía pareja, como yo, por lo que mi profesionalismo debía intervenir. Sin embargo cuando lo vi entrar, mi sonrisa fue inmediata, la de él también y eso no fue bueno

Desde lo mas profundo. ÚNICA 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora