CAPITULO 16.
Toqué el timbre de la casa de Camerón.
Patrick había desaparecido justo después de haberme dicho aquello, yo lo llamé como nunca, le exigí que volviera y me ayudara, pero no lo hizo. Ahora en verdad estaba desesperada, tanto que había decidido por fin contárselo a Cam.
El abrió.
―Debo contarte algo importante, pero antes, debes prometerme que no me creerás una loca.
Me miró confundido y luego dijo:
―Claro.
Nos sentamos en la sala, tomé aire y comencé a contar mi historia.
Él no me interrumpió, ni una sola vez, no dijo ninguna broma... Ni hizo comentarios idiotas... Estaba notando lo raro que era eso cuando el comenzó a reír maliciosamente.
― ¿Quién eres tú? ―Pregunté alarmada.
El me miró con una sonrisa siniestra.
―Tienes un muy buen amigo―dijo con voz grave y arrastrando las palabras― de esos que nos hacen falta a todos, de esos que se preocupan lo suficiente para llamar a servicios sociales y preguntar por tu caso...
―No―susurré para mi poniendo me dé pie y retrocediendo hasta la puerta.
―Oh si―él también se puso de pie y se aproximó hasta mi―Hacia demasiadas preguntas, por suerte estaba yo para arreglar ese asunto.
Sus ojos cambiaron al igual que los de la señorita Acaree esa mañana. Salí corriendo lo más rápido que pude. No sabía si me estaba persiguiendo pero no pensaba detenerme a averiguarlo.
A ese punto me preguntaba cuál era mi verdadero peligro de muerte, sentía que estaba en uno constante.
Y no, ese no era, iba pasando junto a un edificio de apartamentos para gente rica y pretenciosa cuando escuché una ventana romperse, sólo quiero decir que agradezco a las caricaturas por prevenirme de esto, en cuanto lo escuché, me metí al edificio y vi como justo en frente caía un enorme piano.
― ¿Es en serio Patrick? ― le grité al techo alzando las manos y la gente que estaba dentro me miró como si quisieran mandarme a un manicomio. Me apresuré a salir escalando por el piano.
Abrí la puerta de mi casa precipitadamente y cerré bien, también me aseguré de que ninguna ventana se quedara abierta y al entrar en mi habitación también cerré con llave la puerta.
Después de esto me derrumbé, pasé por todas las fases, primero me puse a gritar como loca y aventé lo primero que encontré contra la pared, era una taza llena de lápices, luego me senté en mi cama y golpeé la almohada como una niña pequeña en medio de un berrinche, las lágrimas de frustración recorrían mis mejillas, finalmente me dejé caer boca abajo sobre la almohada y me permití sentirme vencida por un buen rato hasta que decidí que necesitaba respirar y puse mi cabeza de lado y lo vi justo donde lo había dejada. El libro.
Me senté, lo tomé y comencé a leer en busca de algo de ayuda.
"El limbo"
Así que era cierto, este libro decía la verdad, los espectros... Eran almas estancadas. Almas crueles y poderosas. ¿Cómo habían llegado aquí?
"Estas almas son capaces de muchas cosas, como poseer cuerpos de personas de este mundo, mandando sus almas al limbo, son fuertes, pueden matar a alguien acelerando su proceso de vida es decir, te hacen envejecer en cuestión de segundos y luego simplemente te pudres como un cadáver, vuelan y son veloces, además de que pueden manipular todo tipo de objetos y seres, incluso son capaces de crear monstruos inimaginables. "
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Los 100 dias de mi muerte
General FictionCuando Amber se despierta en medio de un montón de escombros con lo primero que se encuentra es con el ángel de la muerte. ¿Sus padres? Muertos en el accidente, ¿Sus hermanos? Tan solo queda Peter ¿Y ella? Hará lo que sea para asegurar su felicidad...