CAPITULO 6.
La casa se sentía tan sola y vacía que me dolía estar ahí, ni siquiera sabía si era legal estar ahí, ¿Por qué aún no había ido nadie a decirme que hacer con mi vida? Aún era menor de edad. ¡¿Qué le pasaba a la gente de servicios sociales?! Quizá fuera obra de Patrick, pero, él me había dicho que solo se encargaba de recogerme y nada más. Pensé que tal vez debería llamarlos.
― Amby ―Peter me sacó de mis pensamientos. ―Me siento solo.
― Bueno no lo estás ― dije con un intento de sonrisa ― me tienes a mí y también tienes a Cam.
―Cam me asusta.
No pude evitar soltar una carcajada y de pronto me sentí mejor, creo que si te fijas en los pequeños momentos buenos, tal vez puedes ser feliz a pesar de todo.
―Lo entiendo, creo que cuando lo conocí también me daba algo de miedo, pero su forma de ser es más agradable que su aspecto, no te preocupes―. Él sonrió, quizá podríamos sanarnos mutuamente y llenar el vacío, pero al recordar que el único motivo por el que estaba ahí era que me habían regalado una segunda oportunidad que podía desvanecerse en cualquier momento mis preocupaciones volvieron.
―Ven vamos a desayunar.
Bajamos al primer piso y nos dirigimos a la cocina, saqué unos froop loops y serví dos tazones, era el cereal favorito de Peter y para qué negarlo, también el mío.
―Tengo un plan para hoy.
―Amby no hables con la boca llena es asqueroso.
―Lo siento― Irónicamente también dije eso con la boca llena.
― ¡Amby! ― reclamó.
Los dos comenzamos a reírnos y presentí que sería un buen día.
El día estaba lluvioso, como era usual en la triste ciudad en la cual solía vivir, pero la lluvia no era torrencial, solo era lluvia normal, Peter y yo salimos con nuestros respectivos impermeables el mío rojo y el de él verde, juntos éramos como la navidad andante, mi humor comenzaba a mejorar, una buena señal.
Como a pesar de todo pintaba ser un buen día, me propuse lograr que así fuera tanto para mí como para Peter. Así que me puse a brincar en todos los charcos que se me cruzaron en el camino, como si fuera una niña pequeña, Peter hizo lo mismo.
Tomamos el autobús y nos bajamos no tan cerca y no tan lejos del orfanato, para recorrer el resto del camino a pie, porque así era más divertido.
― ¿Adónde vamos?
―Amm...-Aun no había pensado en que le diría ―A un orfanato― Contesté cuidadosamente.
― ¿Un orfanato? ¿Que no es ahí donde viven los niños que no tienen familia? ―Puso cara de asustado y gritó ― ¡¿Tú vas a dejarme ahí verdad?!
― ¡No, claro que no! ―Respondí sorprendida. ―Es solo que... ―pensé rápidamente―después de lo que paso... yo entiendo lo que es estar pues sin familia... bueno casi... así que pensé que sería genial hacer que esos niños no se sientan tan solos, solo vamos a visitarlos, a conocerlos para que, no se sientan solos.
―Oh, bueno eso, está bien ― Sonreí.
Becca nos dio la bienvenida junto con la señorita Acaree.
Recorrimos el largo pasillo por el que pase la última vez que vine solo que ahora no nos detuvimos en el despacho de la señorita Acaree. Peter tomo mi mano. Tenía miedo.
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Los 100 dias de mi muerte
Ficção GeralCuando Amber se despierta en medio de un montón de escombros con lo primero que se encuentra es con el ángel de la muerte. ¿Sus padres? Muertos en el accidente, ¿Sus hermanos? Tan solo queda Peter ¿Y ella? Hará lo que sea para asegurar su felicidad...