Capitulo 8

168 17 0
                                    

--¿A que hora vas a regresar de la junta?--

--No lo sé, espero que no tarde mucho pero no tengo hora exacta--

--Me podrías avisar para saber si cenamos juntos--

--¿Claro, te parece bien si a las 8 no ha terminado te aviso para que no me esperes?--

--Si gracias-- Le dije y no sabía de que más hablar con ella, estaba nervioso y la escuchaba a ella nerviosa también, por suerte tocaron a la puerta.

--Deben ser los papeles-- Dijo y escuché como se paraba a abrir la puerta.

Atendió a alguien y regresó dejando algo sobre la barra de la cocina.

--¿Qué te gustaría hacer mañana?--

--No lo sé, nada-- Le dije de mala gana pero sentía que había sido demasiado grosero, ella se estaba esforzando por aguantarme no debía de seguir tratándola así, por lo que con mejor tono de voz le pregunté --¿A ti que te gustaría hacer?--

--umm-- Sabía que quería hacer algo pero no me lo decía

--Dímelo por favor--

--Me gustaría ir a acampar, pero no puedo porque tengo mucho trabajo, me gustaría que me acompañaras a casa de mis abuelos porque necesito terminar una escultura y... no se creo que eso es lo más relevante-- Dijo evitando decirme lo último que pensaba.

--Vamos a casa de tus abuelos, sirve que puedo sentir alguna escultura que tengas allí--

--Muchas gracias-- Me dijo alegre, terminando de comer me dio los papeles, me sorprendió que todos estaban escritos en Braille.

Básicamente decían que todo lo económico me pertenecía pero que las decisiones eran de Anna hasta que yo no firmara ningún otro acuerdo, que en ese tiempo no podía rebatir ni pasarme por alto ninguna de sus decisiones.

--Esto es solo en cuestiones administrativas para darle estabilidad a la empresa, pero con mucho gusto puedo mantenerte informado de lo que pasa y tu opinión siempre va a ser algo que voy a apreciar--

Yo solo asentí, quería participar pero no me sentía capaz, ¿Qué pasaría si tomaba una decisión errónea? No quería sentirme responsable en ese sentido. Tal vez si seguiría leyendo acerca de lo que pasaba o pidiéndole a Anna que me informara pero sin ninguna responsabilidad. Después de firmar no sabía que hacer, pasé mis dedos por mi reloj, solo eran las cuatro Anna tenía al menos hora y media para salir a la junta, recordé que había sentido un juego de domino y que al pasar mi dedos sobre el algo diferente había sentido, quería preguntarle por lo que le dije:

--¿Quieres jugar domino en lo que es la hora de tu junta?--

--Claro--

Me paré para buscarlo cuando lo puse en la mesa ella suspiró.

--¿Qué tiene de especial este domino?--

--Te lo regalé el día que nos conocimos--

--Gracias-- Le dije sin saber que más decir, Anna abrió la caja y entre los dos acomodamos las piezas boca abajo, comenzamos a jugar e igual que la última vez yo le iba diciendo donde ponía cada pieza y su número, después de un rato le pregunté porque lo hacía.

--Porque generalmente juego con los ojos cerrados--

--¿Por qué?--

--Lo empecé a hacer una vez que jugamos con unos  amigos tuyos ciegos, era difícil expresarme bien con los ojos abiertos, es más fácil seguir la secuencia del juego sin ver--

Tu oscuridad es mi felicidad 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora