Efímero [KookMin]

Begin

"Jeon Jungkook.
Adolescente problemático.
El típico incomprendido de la sociedad.
17 años.
Tres intentos de suicidio."
Jin miraba al menor de reojo mientras leía en voz alta por segunda vez el informe.
—¿No vas a decirme nada? ¿Qué opinas al respecto?
—Que ese tipo es un idiota— Espetó con asco reclinándose en el diván.
—Jungkook, ¿Qué es lo que te falta para ser feliz? Tus padres se preocupan por vos, te envían acá conmigo, te llevan al colegio los días de lluvia para que evites un resfrio, te dan un plato de comida... No seas tan rudo con ellos.
—Ni siquiera son mis verdaderos padres.
—Te cuidan como si fueras su verdadero hijo, te aman como su verdadero hijo y te reconocen como tal.
—Soy un trofeo más en la lista de cosas que tenían pendientes en su vida, SeokJin. Lo único que buscan mandándome acá es "arreglarme" para que cuando sus compañeros de negocios me pregunten como estoy, yo contestarles con una sonrisa falsa que estoy mejor que nunca. Para que cuando pregunten por mi novia decirles que es hermosa y que estoy enamorada de sus tetas grandes cuando en realidad no tengo porque me encantan los sixpacks bien marcados y los huevos depilados. Ya me cansé de darles el gusto.— Volvió a masticar el chicle y a correr la vista simulando estar desinteresado en el tema— Ya lo hablamos SeokJin. Ya lo hablamos millones de veces.
—¿Y pensas que suicidandote vas a solucionar todo?—Preguntó nuevamente el psiquiatra ignorando al menor.
—Silencio. Eso es lo que más me gustaría escuchar, hay mucha paz en él. No más cenas administrativas, no más gente molesta, no más fracasos en el amor... Creo que hacerlo seria la mayor demostración de amor a mi mismo.
—Cortarte los brazos no lo es.— Hablo rápido Jin —Es lamentable.
—Es mi asunto, estoy familiarizado con esto. Duelen más las falsas promesas que el cuchillo en mi brazo.
—Entonces eso es todo, no hay un futuro y todo es una "jodida mierda"— Dijo imitando el tono desinteresado de Jungkook, este río por la mala imitación. Si bien al principio la idea de ir a un psiquiatra lo había puesto fatal, Jin soportó cada uno de sus cambios de humor, dentro de todo no lo medicaba al punto de tenerlo como un retardado, era guapo y cuando quería era agradable y al mismo tiempo podia tener una lengua bastante filosa a la hora de discutir. No lo trataba como un menor como hacía todos ni esperaba nada de él, lo trataba como un igual y eso en un principio había flechado a Jungkook. Quien fue rechazado unas incontables veces por el mayor, el adolescente hormonal parecía no tener límites.
—Exactamente.
—¿Entonces porque seguís viniendo a verme?— La sonrisa de Jeon empezó a desaparecer a medida que las palabras de SeokJin atacaban sin dejarlo defenderse.
—No tengo opción.
—¿Porqué no te suicidas ahora mismo entonces? Hablas como independiente para después acatar cada orden que se te impone.— Para ese entonces la sonrisa de Jungkook ya no existía y el ambiente se había tornado tenso a pesar de la sonrisa impecable que Jin  mostraba de forma victoriosa.
Jeon Jungkook creía que no tenia futuro y quería sucidarse, realmente lo hacia. Pero la realidad era otra. Despues de todo era un adolescente y si bien habia pasado situaciones que lo habian obligado a madurar desde que era un pequeño niño con paletas de conejo aún no estaba todo perdido.
Esperanza.
Eso albergaba en su mas profundo inconsciente, aunque jamás lo admitiría o capaz no se había dado cuenta.
Era esa esperanza que le obligaba a no presionar tanto el filo contra su muñeca, esa misma que lo hizo vomitar después de tomarse treinta y dos pastillas, y esa misma que lo hizo aferrarse al marco de su ventana cuando quiso saltar desde el séptimo piso.
Jeon se levantó suspirando pesadamente y acotando un seco "No lo hago porque no es el momento y punto." Llegó a la puerta de salida y cuando la abrió se chocó con un rubio de pestañas grandes a pesar de tener ojos pequeños. Iba a insultarlo pero el que parecia ser un poco más mayor que el pero no de estatura se adelanto.
—¡Disculpa! Iba distraído...— dijo brindándole una sonrisa brillante que desencadenó en un escalofrío que recorrió la espalda trabajada de Kook. —Soy nuevo en la ciudad y un poco torpe, mala combinación ¿No?— Esa sonrisa no se iba, Jeon sintió que podía llorar, estaba viendo un jodido ángel caído del cielo.
—Jungkook, Jeon Jungkook— Dijo olvidando su discusión con el psiquiatra, la falta de afecto de sus padres, el dolor en el pecho que solía agobiarlo, extendió su mano junto con una sonrisa que el mismo desconoció.
—Jungkook.. ¡Jungkookie!— casi gritó el mayor de emoción cuando se dejo derretir por las paletas del menor.
Y Jungkook por primera vez no se molestó al escuchar su apodo. Hasta podría decir que le había gustado.