Awake

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—Jungkookie

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—Jungkookie... ¡Kookie!— llamó reiteradas veces al ver al pelinegro distraído con los auriculares esperándolo en la plaza, era la primera vez que quedaron en verse a la salida del psiquiatra.
No era como si Jeon no lo había escuchado, lo había hecho más que claro ya que usaba los auriculares para que nadie molesto le hablara pensando que escuchaba música, pero escuchar su nombre salir de los labios de aquel chico tan perfecto le causaba una sensación de calidez tan grande que no podía explicarla, quería escucharlo para siempre.
Era automático, podia sentir al rubio incluso a metros de distancia porque sentía como los latidos de su corazón aumentaban lentamente al punto de sentirse volando como sobre una nube de algodón.
Desde la primera vez que lo vió supo que algo no estaba bien con él mismo. Porque el jamás hubiera aceptado a la primera, el jamás hubiera ido de la mano con un extraño de su mismo sexo pero jamás había sentido esa sensación en el pecho que prácticamente lo obligo a hacer lo que hizo.

-Flashback-

—Estoy buscando una tienda de música clásica pero no pareciera ser acá, Jungkookie ¿La conoces? ¿Sabes como ir?— Y mierda que Kook la conocía, cualquiera podría apostar que él sería fanático del rock alternativo, el metal o algo así, pero en verdad pocos sabían que adoraba la música clásica.
—Si... es acá cerca...— Miró al rubio con cierto miedo, no lo conocía y el podría ser un loco, un violador o algo así pero lo estaba invitando a salir a su local favorito como si nada y tampoco parecía ser peligroso, si no fuera porque Jungkook solía tener tratos con gente mayor hubiera jurado que parecía incluso menor que él. "¿Cómo es que esta solo en el medio de tanta gente impura?" Kook desde ese instante supo que no iba a dejarlo solo. Quería protegerlo del mundo y tenía que tomar una decisión, mas allá de lo que su mente le ordenará pensó en escuchar a su corazón por última vez, después de todo terminaría con su vida tarde o temprano y un par de golpes por parte de su padre por llegar tarde no serían una novedad. Así que accedió.

Cuando quiso darse cuenta estaba prácticamente siendo arrastrado de la mano de aquel chico desconocido por todo el local
—¡Kookie no puedo creer que también te guste Beethoven!— Comentaba asombrado el de menor estatura mientras miraban discos y escuchaba como Jungkook le hablaba de la vida de compositores destacados como Bach, Mozart, Vivaldi, Chopin y compartían curiosidades de ellos sin poder dejar de sonreír. Evitó hablar de Beethoven, no podía decirle que Ludwin Van Beethoven había sido su único amigo mientras que su madre y su padre se golpeaban con fuerza en la pieza de al lado. El volúmen estaba al máximo pero así y todo los gritos podían escucharse desde la pieza de paredes verde manzana de aquel niño de 5 años que tapó sus oídos con fuerza y tarareó la 5ta sinfonía con fuerza hasta que la policía llegó al lugar. Tampoco podía escuchar esa sinfonía sin tener un ataque de pánico, cosa que intentaba solucionar junto a Seokjin en sus terapias.
No podía ensuciar un momento tan limpio y puro como esa hermosa sonrisa y esas expresiones adorables de admiración que jamás había sentido, y lo mas importante era que en ese instante era dedicada solo para él, haciéndolo sonrojarse y no sentir vergüenza de aquello. Mucho menos cuando el mayor dijo que se veía bonito así.
—Jimin, soy Park Jimin— le dijo después de haber dado vuelta casi toda el local hasta cansarse y haber hablado sobre casi todos los temas que compartían, los cuales eran demasiados, por horas. Aquel ángel tenia nombre.
—Jimin... —Susurró por lo bajo, éste alzó la vista y ladeo su cabeza haciéndose ver adorable, Jungkook mordió su labio inferior —Jiminie ¿Saldrías conmigo la semana que viene?— Preguntó un Jungkook completamente nervioso sintiendo su corazón apretar un poco.
Cuando vió los ojos del mayor desaparecer junto con su sonrisa y el rubor que tiñó sus adorables mejillas regordetas aprendió que la paz también podía encontrarse en vida. Y que acababa de encontrarla en aquel chico impulsivo de 19 años, Park Jimin.
El dolor que provocaron los golpes que recibió esa noche por haber llegado casi 6 horas tarde fue calmado por la dulce voz de Jimin deseándole las buenas noches y recordándole que se verían la siguiente semana después de haber hablado con él por whats app a penas llegaron a sus casas.
No podía suicidarse esta semana, no ahora que tenía planes.

Efímero [KookMin]Where stories live. Discover now