¨Invocamos a los ancestros, pedimos tu ayuda Odín.¨ Fueron las palabras recitadas por las reinas de dos tierras en aparente enemistad, unidas por la necesidad de salvar el destino de sus hijas y de la humanidad como la conocemos.
Una profecía unia...
Me encontraba en un lugar desconocido para mí luego de ser raptada por los orcos mientras dormía. Solo espero que mis padres estén bien, porque tengo certeza de que me van a rescatar. He llorando durante tantas horas que he perdido la noción de todo y dudo que me queden más lágrimas. Mientras recibía agua de manos de una joven orca mi cuerpo comenzó a temblar de manera descontrolada y caí en un sueño profundo. Era como viajar a otra dimensión.
Eran solo dos niñas de 5 años que jugaban en el valle de las sirenas mientras sus madres charlaban sobre la decisión que debían tomar por el bien de sus hijas. No podrían crecer juntas cuando eran el blanco de todos los que deseaban poseer el poder de la profecía. Un día las perdonarían.
¿Lauren?
¿Camila? Voy a morir.
No vas a morir Lauren, te extrañe y me duele no poder recordarte.
¿Por qué te habías borrado de mis memorias Camila?
Nuestras madres nos hechizaron, al parecer somos el centro de una profecía.
El eclipse. Lo sé.
No te dejare aquí, volveremos por ti.
Prométeme que no será como la vez pasada. Debes volver.
Volveré Lauren.
Desperté consternada por lo que acababa de vivir. Camila, aquella súcubo que fue mi amiga en la niñez, vino a mis sueños y me hablo. Ahora que sé cuál es mi destino debo tratar de mantener con mi vida, y evitar que utilicen a su oráculo para entrar a mis pensamientos. Allí está la clave de todo.
Mientras en el castillo de la reina súcubo.
No permitiré que te lances a la boca del lobo por gusto Camila.
Madre, es la única manera de estar cerca de ella y salvarla. Nosotras sabemos cómo funciona el zatmění. Estuve en su mente y ella en la mía, es algo que no puedo explicar ni describir pero era como ser una sola.
Es por la profecía Tarja, no podemos entrometernos en lo que está hecho para ser. Ya lo hicimos antes y creo que fue una equivocación, era más amor de madre.
Tengo miedo de perderla Shannon pero mi hija parece estar más lista que yo para esta cruzada. Hagamos esto, pero al más mínimo peligro meteré mis manos.
Se fueron al valle de los condenados e hicieron una redada. Camila caminaba tranquila por esos bosques repletos de carabelas como si fuese un hermoso valle de flores silvestres, de esas que tanto adoran los humanos. Ella sabía que los orcos rondaban por ese sitio pero tenían tanta fuerza que no quedo tiempo de darles inteligencia, no notarían que era una trampa. Ella se estragaba a ellos.
Caminando sintió un rugido en el viento que hizo su piel estremecerse por el miedo, esto no era un juego. Eran animales con ansias de poder y ella era la llave para llegar a su meta. Mientras trataba de actuar en calma, sintió una respiración fuerte en su espalda y noto sintió rodeada.
¿Nunca te enseñaron a no caminar sola por los valles princesa? Escuchó en su oído una voz gutural hablar con un extraño acento, pero lo más horrible era su feo aroma.
Dejen que me vaya, no diré nada a mi madre.
No podemos hacerlo pequeña súcubo, y no pienses en poder resistencia. No te conviene hacerlo, podrías conocer lo que es el verdadero dolor. Uno de los orcos más grande la tomo entre sus manos y la subió a su hombro cual costal de patatas.
Al llegar a la gran cueva, el rey orco feliz por su hazaña pidió a sus súbditos iniciar los preparativos para el ritual del sacrificio. Ahora que tenían el poder del eclipse en sus manos, nada podría vencerlos. Serían los reyes del mundo mágico.
La princesa súcubo era guiada por horribles pasillos de roca hasta llegar a una caverna bastante diferente a las demás. Estaba bien adornada con pieles de animales y dibujos. Cuando fue lanzada, algo amortiguo la ciada. Era ella. Lauren, la joven princesa de cabello blanco y ojos plateados que no veía desde que tenía 5 años cuando sus madres decidieron sellar sus poderes y sus recuerdos.
Camila, estas aquí por fin.
Estoy aquí Lauren, te extrañé. Dijo abrazando a su amiga, a su destino.
¿Dónde están nuestras madres?
Están aquí, cuando inicien los preparativos para el sacrifico, ellos entraran por sorpresa. No te va a suceder nada, solo tenemos que lograr utilizar el poder del eclipse Lauren, debemos canalizar nuestra energía.
Tú eres mi sol...
Y tu mi luna.
Las jóvenes de miraron a los ojos durante unos segundos y se perdieron en sus miradas. Era como si una fuerza incontrolable naciera de la cercanía que compartían en ese momento. En la profecía había algo más que no demorarían en descubrir. Las dos princesas procedieron a meditar, era necesario.
La noche estaba llegando.
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