07. el amor lo conquista todo.

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— Dime, Jungkook, ¿qué edad tienes?

El señor Min lo había invitado a pasar a su hogar, y aunque en un principio Jungkook no quería aceptar, lo hizo; puesto que creyó que sería de mala educación rechazarlo. Ahora mismo tenía un vaso de agua colocado frente a él, pero no quería beber, se sentía... incómodo.

Por alguna extraña razón, el señor Min no le transmitía mucha confianza que digamos.

— Tengo dieciocho años, señor —respondió tranquilamente. —¿Usted cuántos años tiene?

Hizo una mueca, había hecho la pregunta sin pensarlo. Su abuela le había comentado que era de mala educación preguntarle a alguien mayor su edad, aunque nunca supo por qué. Rápidamente se disculpó.

— Lo lamento, me han dicho que es una falta de respeto hacer ese tipo de pregunta a mis mayores.

Él rió. — No te preocupes, está bien. Tengo treinta y ocho años, ya estoy un poco viejo.

Jungkook se sorprendió ligeramente ante la respuesta, puesto que le calculaba, a lo máximo, 25 años; se veía demasiado joven y bien cuidado para estar casi en los cuarenta. Tragó fuerte, de repente recordó la última conversación que tuvo con Jimin.

— Jimin era tu amigo, ¿verdad, Jungkook? —le preguntó, tomándolo por sorpresa.

Asintió.

Mi más sentido pésame, muchacho.

El azabache lo observó fijamente, sin expresión alguna, un escalofrío le recorrió toda su anatomía cuando Yoongi le sonrió, mostrando sus encías. Apretó la mandíbula con fuerza y apartó la vista, sintiéndose incapaz de sostenerle la mirada durante más tiempo.

Extraño, el señor Min es extraño.







Jungkook tuvo que inventar una excusa tan patética como "mi abuela necesita que la ayude con algo" para poder salir de ahí. No supo si fue lo suficientemente creíble o no, pero no le importaba en lo más mínimo, ya que al parecer el señor Min le creyó (o fingió hacerlo).

Cuando salió de la casa, sintió un enorme alivio, probablemente creerán que estaba exagerando, pero al momento en el que puso un pie dentro de esa mansión, un miedo indescriptible se apoderó de él.

Ven a visitarme otro día de estos, Kookie. Fue lo último que Yoongi le dijo antes de que se echara a correr hacia su hogar.

Kookie. Él le había llamado Kookie.

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