• T R E I N T A Y N U E V E •

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A las ocho en punto, solo yo me había presentado a la cena con Caroline. Timothée se había puesto nervioso y terco, y a pesar de todos mis esfuerzos, no logré que el accediera a asistir. De todas maneras, no es como si yo estuviera preparada para una presentación.

Tenía mucho miedo de lo que Caroline y su imprudencia pudieran hacer.

Toque la puerta una, dos veces y después alguien abrió. Mi amiga llevaba puesto un vestido negro de holanes y encaje blanco que llegaba a la altura de las pantorrillas. Me sentí fuera de lugar con mis vaqueros holgados y mi trenza floja.

—Hola —Me acerque a ella para saludarla. Me abrazo y después asomo su cabeza por fuera de la puerta—.

— ¿Y tu novio? —Me pregunto, mientras me invitaba a entrar. La pequeña mesa del comedor estaba cubierta por un mantel blanco, una vajilla de porcelana rosada y una enorme caja de pizza hawaiana en el centro. Sonreí—.

—Timothée no es mi novio...

— ¡Ja! ¿Lo ves? Yo ni siquiera dije su nombre. Tu sola te has puesto al descubierto.

—Cállate —Me lance en uno de los mullidos sillones de su sala. Ella se sentó a mi lado, encendiendo el televisor y colocando sus pies descalzos sobre la mesa—. ¿Y acaso tú no tienes acompañante? —Le pregunte, recordando a Gaspard y al otro chico. Me estremecí, asqueada por el recuerdo—.

—Supongo. Le hable a Trevor cinco minutos después de que te marchaste pero él dijo que...

—Wow. Aguarda un momento. ¿Qué? —Dije mientras me levantaba bruscamente del sillón y la fulminaba con la mirada. Ella solo levanto los hombros—. ¿Por qué le hablaste a Trevor?

— ¿Qué tiene de malo? —Se levantó también y camino lentamente hacia la mesa. Corto un trozo de pizza con sus dedos y se llevó la rebanada a la boca—.

La mire como si no pudiera creer lo que ella estaba diciendo—. ¿Estás loca? ¿Te das cuenta de los problemas que me pudiste haber ocasionado si Timothée o Trevor estuvieran aquí?

—Relájate, Roxanne . No es como si alguno de los dos hubiera venido...

—Enserio, tu estas demente —Le dije mientras caminaba hacia la puerta, enojada y exasperada. Solo quería llegar a casa de Timothée y encerrarme en su baño toda la noche. Bien, prefería quedarme en su colchón toda la noche—.

Caroline me siguió, sin soltar su trozo de pizza con piña y sonriendo estúpidamente—. No te vayas. Recuerda lo que te dije el otro día. Todo será mejor si los enfrentas de una buena vez.

— ¡Es que tu no entiendes! Yo no necesito encarar ni enfrentar a nadie, ¿vale? Y de todas formas, ¡no es asunto tuyo!

— ¿Qué no es asunto mío? —Ella puso sus manos sobre su cadera, frunciendo el ceño y aventando la pizza en el suelo—. ¡Soy tu mejor amiga! Todo lo que hago por ti, es por tu bien. Deberías de saber eso.

Suspire y la mire—. Si, ya lo sé. Es solo que las cosas que hacen te salen contraproducentes —Mordí mi labio inferior y me acerque a ella—. Perdón, yo... Uh, estoy algo alterada. Ha habido demasiados cambios en mi vida, ya sabes. Todo es muy rápido. Lo siento.

—Este bien, este bien. No te preocupes. Pero creo que tendré que comerme toda la pizza yo sola.

—No te quedará la ropa que compramos —Ella rio. Levante un brazo para tocar su hombro y darle un abrazo, pero simplemente deje correr mi brazo de largo y lo pase por mi cabello al ver que ella se alejaba hacia el interior de la casa—. Te quiero. Oye, antes de irme, no tengo idea de cuando te volveré a ver. Ya sabes, por el pequeño viaje que haré con Timothée y su madre. Me voy en dos días. Háblame si quieres ver una película. Adiós.

Ella asintió y se despidió de mí, alzando una mano en el aire. Le sonreí a medida que me subía en mi coche y lo ponía en marcha. Arranque sin mirar atrás y me arrepentí por no haberme quedado con ella.

Tenía un leve presentimiento de que esta sería la última vez que la vería de la misma manera.

C O R A Z Ó N  C I E G O// TIMOTHÉE C.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora