Supuse que mis amigos no habían podido cruzar después de todo. Me desperté sola, dentro de un inmenso árbol ahuecado, no recordaba cómo llegue ahí, pero no veo a nadie a mi al rededor, supongo que antes de que anocheciera me escondí aquí. 

Salí del árbol expectante,  a no muchos metros de distancia había una pequeña aldea que parecía estar vacía, o sus habitantes escondidos. Tomé mi espada y en silencio me acerqué. Me asomé por el hueco de una ventana que estaba tapada por maderas, algo pareció moverse dentro, por alguna razón no le di importancia, supongo que estaba un poco asustada de encontrarme con algo que no quería. Seguí caminando y con un poco de coraje susurre "Patrick", no oí nada. Otra vez intenté pero un poco más fuerte "Patrick. A punto de terminar mi recorrido vi una ventana al nivel del suelo y supe que quizás aún podía estar allí. 

- Patrick - Dije, pero lo único que oí fueron llantos de ¿Un bebé? No lo sé pero era escalofriante, esperé unos segundos por si había respuesta del otro lado pero el llanto no cesaba y no tan lejos mio se oyeron unos trolls, levanté un poco mi vestido y corrí, lo último que creí escuchar fue "El" , me dí vuelta para ver de donde provenía pero del otro lado unos trolls me gritaron, me adentré al bosque, me siguieron. 

Me escondí detrás de un árbol, tomé mi espada con ambas manos, cerré mis ojos, suspire y dije interiormente "No más huidas" 

Se acercó el primer troll por la izquierda, con mi espada corté su estómago dejando que un liquido negro verdoso cayera junto con un par de tripas, me dio tanto asco que olvidé que estaba en batalla y con la mano libre me tape la boca 

- Ohhh que asco! - Dije y el segundo troll se abalanzó sobre mi, me agaché antes de que agarrara mi cabeza, corté un poco su pierna y gritó, le pegué un patada en la panza... Mala idea, son SUPER viscosas, mi pie quedó pegado ahí , el troll se acercó a mi inclinándose y antes de que me toque puse mi espada frente a mi apuntándolo clavandosela él solo en el cuello, mi pie seguía pegado, por lo que ambos caímos hacia un lado. Saqué mi espada de su cuello y con la otra mano intenté sacar mi pie, de repente sentí que algo tocaba mi hombro, en un reflejo hice mi espada hacia atrás y al mirar se la había hundido en el ojo al primer troll moribundo, dejándolo muerto del todo, me pare rápidamente, limpié mi espada y vi la escena, dos trolls muertos por mi mano

-¡SI! - grité . Y recordé que quizás más trolls escucharían, seguí mi camino por el bosque, acercándome al lago.

Sueños de ReyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora