El secreto del Soldado 76

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Volvimos de noche, pero a pesar de ello Genji y Winston nos recibieron y entendí por qué no me habían contactado para informarme del soldado 76. Él aún no había llegado. Al llegar de noche decidimos esperar hasta mañana. Zenyatta, Mercy y Genji hablaron muy amistosamente, en un momento Ángela tomó a Genji del brazo lo que lo hizo tensarse, pero relajarse inmediatamente.

Volví a mi habitación aunque no podía dormir. ¿Le habría pasado algo a Jack? Esperaba que no y que se pusiera en contacto conmigo pronto. Hacía tiempo que no usaba mi armadura, extrañaba volar por mi cuenta, pero no debía excederme con ella, aún no era su momento, suspire y cerré el armario que estaba abierto ¿Lo había dejado abierto? No, nunca dejaba las puertas abiertas, alguien había estado en mi habitación. Asaltada por ese pensamiento registré todo con la vista, mis fotografías estaban ligeramente movidas, mi cama sin ninguna arruga y si hubiera algo debajo, la luz que emitía por la levitación habría resultado delatora. Abrí mis cajones, no había nada más fuera de lugar, pero que sabría yo si habían hurgado en ellos. En mi escritorio estaban los archivos que Mei había terminado, estaban perfectamente ordenados con una nota encima que decía "Lo siento. No hubo tanto éxito".

Pasé la noche leyendo los archivos, algunos tenían notas. Otros definitivamente estaban tachados. Otros de ellos estaban tres metros bajo tierra precisamente aquí. ¿Había un cementerio? Esa era información nueva. No había explorado aún todo allí, pero lo del cementerio era algo que tendría ver ahora mismo. Me puse la chamarra que Genji me dio y salí, pasé por la fuente que estábamos reparando, atravesé el hangar y llegué a un bosque, no creo que estuviera antes allí, más bien era por el desuso. Me interné allí con la Luz de la luna por única luz, me topé con algunas placas botadas del suelo por las raíces de los crecientes árboles, pero había aún más que solo estaban cubiertas de hojarasca. La quité con mi bota y leí el nombre escrito, Andrei Minelli. Él nombre no me decía nada, seguramente eran agentes que habían muerto en esa misma base. Seguí quitando las hojas y descubrí muchos nombres más, luego leí: Jack Morrison. Al lado de ese estaba el nombre Gabriel Reyes y del otro lado de la placa de Jack estaba Ana Amari. Al ser los capitanes y jamás haber recuperado  sus cuerpos sus nombres habían sido puestos en todas las bases para recordarlos. Me senté delante de esas placas.

Jack estaba vivo, sólo sabía eso. Gabriel por naturaleza era frío, pero conmigo a veces rayaba en lo cálido, era como un tío, como alguien duro, pero también ese alguien que te dejaba entrar al salón comando y te contaba de las misiones mientras te daba caramelos. También lo extrañaba. Pero más que nada extrañaba a mi madre. Eso era innegable. Ella siempre había estado allí, me había enseñado tanto y un día... simplemente no regresó.

- Los extraño. A todos- dije a la noche quieta. Me quedé un momento allí, tan sólo pensando en tantos recuerdos y unas lágrimas rodaron por mi mejilla- No soy tan fuerte como ustedes. Ojalá pudiera hacerlo bien y yo... No sé qué rumbo tomar.
- ¿Y tú eres la Capitana?- preguntó una voz poco conocida a mi espalda. Al girar me topé con el hermano de Genji.
- ¿Tienes algún inconveniente?- pregunté casi retadoramente
- Una disculpa, no pretendía ofender- me dijo por respuesta y se acercó más. No llevaba ni su arco ni su capa.
- No hay cuidado. A veces yo también me pregunto lo mismo. Tu nombre es Hanzo ¿cierto?
- Sí, y tú eres Pharah, hasta donde recuerdo
- Pues entonces recuerdas bastante bien. ¿Qué tal tu primer semana aquí?
- Soy más bien una persona solitaria, así que no puedo decir que he hecho buenos amigos. Al menos las cosas con mi hermano están en paz. Yo aún era joven y le hice un daño que nunca me he perdonado... y que nunca he olvidado. Lo creí muerto, pero el descubrir que es casi una máquina... El me contó todo lo qué pasó es estos años y eso no hace más que agravar mi culpa.
- Genji la otra noche me dijo que debía perdonar mis demonios internos, te regalo el mismo consejo de tu hermano.
- Sé que es difícil, y por respeto, no preguntaré el porqué dijiste lo que dijiste, pero creo que no lo has hecho tan mal.
- Es que aún no he hecho nada, no he podido hacer nada.
- Tengo el presentimiento de que eso pronto cambiará. ¿Te parece si volvemos dentro?

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⏰ Última actualización: Jun 20, 2018 ⏰

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