Día 1.

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Desperté asustada encima de una cama pequeña y un ambiente con olor a bosque, no recordaba que estaba lejos de casa. La cabaña era cálida y acogedora, los abuelos de Sam la habían comprado en una ganga antes de que "La Gran Urbem" se convirtiera en "La Gran Urbem", nunca la vendieron, de modo que ahora, teníamos un bosque detrás de nosotras y la ciudad a medio kilometro.

Me dirigí a la cocina, una pequeña habitacion con estufa, refrigerador y mesa de madera, el olor particular de los árboles surgía desde una pequeña ventana, Sam se encontraba sentada frente a ella tomando lo que supuse que era café, algo humeante. Me saludo alegremente y yo le regrese el saludo al mismo tiempo en el que me sentaba sobre un estrecho sillón de la sala -que tenia una conexión directa con la cocina-.

No pude evitar fijar la mirada en una vieja televisión que se hallaba frente a mi, pensaba que ya estaba discontinuadas, y volver a ver una me hizo recordar mi infancia, cuando mis amigos y yo nos sentabamos al pie de la televisión -casi siempre mirando Bob Esponja-, en el gran salón de mi casa. Recordar me produjo una especie de nostálgica y añoro, dejé de tomar atención para evitar ese sentimiento de culpa, por alejarme tanto de mi hogar. Comencé a buscar algo en mis maletas con que entretenerme, cuando la voz melodiosa de Sam me alejó de mis pensamientos.

–¿Cuál es el plan de hoy amiga mía? –me preguntó con un tono levemente sarcástico; sin entender del todo el porqué de su sarcasmo, le dedique una mirada con ceño fruncido–.

–Sabes que no me gustan los planes, siempre terminan arruinándose, sólo hay que ir y disfrutar del bello paisaje –sugerí, tenia en mente encontrar una gran montaña llena de pasto y flores graciosas, para luego obligarla a rodar en ella–.

–Bueno, pues estamos en medio de lo que para algunos es el "paraíso"¿Cuales son las opciones? –complemento, juntando sus labios en una tierna sonrisa que sin duda me daba a entender que ya estaba creando su plan–.

Teníamos un mundo por delante y no sabíamos muy bien que hacer. Pensé un poco en el comentario de Sam, tenía razón e hizo que me cuestionara ¿Porque todos sueñan con viajar a este lugar? ¿Es hermoso? Sí, mucho, tiene todo lo que se puede tener (miles de tiendas departamentales, cafeterías por todos lados y muchísimas áreas verdes, sin contar que, en cada esquina hay dos botes de basura: orgánica é inorgánica) de eso estaba segura y además tiene uno de los bosque más grandiosos del mundo. Debíamos encontrar algo que hacer, algo que fuera divertido, algo perfecto; pero todo era en vano, estábamos en medio de una ciudad que lo tiene todo, pero hay tanto que hacer... Al final nada parece verdaderamente bueno.

–Te he servido café –dijo ella cambiando totalmente de tema, me acerco una taza rosa con un estampado de cachorro adormilado, se recostó en el sillón que profirió un chirrido–. La verdad sabe un asco pero no tienes opción –.Coloco sus pies sobre mis piernas dejándome ver sus uñas con esmalte rosa desgastado.

–¿Siempre has sido tan cursi? –pregunte irritada–. Pero que pregunta tan tonta–.

Sam empezó a reír fuertemente, una risa tan contagiosa, tan esplendida... Tan ella; la seguí olvidando por completo mi disgusto; por eso era mi mejor amiga, por que esta completamente loca... Al igual que  yo. Esto de alguna manera me dio una idea.

–¡Sam! –la nombre utilizando un tono misterioso (o eso es lo que intentaba)–. Ya sé el plan de este día-.

Me contesto con una sonrisa traviesa y yo hice lo mismo. Una cosa que me enseñaron en el colegio  fueron los ecosistemas, dentro de ellos esta el bosque, y el bosque tiene flora y ¡¡¡fauna!!!. Fauna de verdad impresionante, que merece la pena ser ¡fotografiada! y aunque parezca tonto venir hasta Urbem y gastarse el primer día para ir al bosque, para mi era sencillamente perfecto. Corrimos a lo que parecía ser la habitación, puesto que había despertado ahí, solo había una cama y ambas dormimos apretujadas sobre ella.

–¡Beth! ¿Dónde has guardado la cámara? –gritó ella, sin molestia–. Estoy segura que te la di ¿Te la di?–.

–Sí, tranquila, la tengo en mi mochila –respondí–. Pero... ¿Sabes donde lo deje?–.

–Mmm... –se tomó unos segundos para pensar mientras se ponía de puntillas para poder tocar los bordes del umbral sin puerta–. La deje en... en... en el sillón–.

–¿Podrías ir tú? –trate de restarle importancia distrayéndome intencionalmente con uno de los frascos de perfume viejos que se encontraban en el tocador–.

–¿Porqué no vas tú por ella? Sólo son unas cuantas escaleras –señalo el descanso que llevaba a las escaleras y a un cuarto vacío –.No estamos de vacaciones en tu mansión –.

–Ah, por favor, ve –murmure. No quería volver a ver esa televisión, no quería recordar de nuevo; SÓLO NO–.

–¿Que cosa te pasa? ¿Eh? De igual manera tendrás que bajar Elizabeth –. La seguí al bajar las escaleras, pero yo permanecí en la entrada mientas que ella se dirigió a la sala; dío como mínimo seis pasos para llegar y cuando lo hizo solo volvió en talones y me lanzo la mochila JanSport a la cara–.

–¡Hey! –eché un chillido– Si no te importa mi bella cara te debería importar un poco la cámara–.

–Sí, ya deja de parlotear que quiero mi selfie con mi lobo –dijo, en tono sarcástico... (Oh eso espero; de vez en cuando habla muy enserio) antes de salir corriendo e introducirse en el bosque–.

Dio algunas vueltas entre los árboles, haciendo que los rayos del sol descansaran en su cabellera café claro. Tome la cámara entre las manos, ella paro y me dedico una sonrisa invitándome a seguirla ¡Clic!.

Holaaaaa! Mmm... No se que decir :v, pero no sé, me gusta escribir por aquí, en letras negritas y todo 7u7. Como sea, se supone que me propuse llegar a mil palabras y puse empece a explicarlo para lograrlo (ahí esta, 1006).

Como les dije, esto lo escribí hace un tiempo y sólo lo estoy modificando :3 pero me sigo sorprendiendo con lo cliché que eran mis escritos en esos tiempos :') Aún así me gustan. Espero que ha ustedes también les este gustando. ¡Buenas Noches <3!

~Ethen

En La Oscuridad De Una Noche.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora