Cinco personas hablaban en murmullos en una habitación, en la cual se encontraba un castaño inconciente inmovilizado a una silla de metal.
—¡Les dije que lo trajeran en un pieza!
Dijo un hombre de cabello azabache y ojos marrones.
—¡No es mi culpa que el niñato no mantuviera la bocota cerrada!¡Tenía que callarlo!
Mencionó alterado un hombre de cabello blanco y ojos de distinto color.
—¡Cierra la boca Edward!, ¡cómo me contradigas de nuevo deberás atenerte a la consecuencias!
Gritó con cólera una mujer castaña de piel blanca con algunos lunares cruzando su rostro.
La mujer estaba notablemente enojada, miraba al hombre como cazador a su presa.
—Lo lamento mucho señora. No se volverá a repetir.
Dijo el hombre albino con pose militar.
Mientras tanto un castaño iba recuperando la consciencia.
—Claudia tranquilízate, Stiles está despertando.
El azabache habló mientras su vista se centraba en el chico atado a la silla.
—Vale Steven, ¡chicos, dejenle espacio!
Dijo Claudia con mirada preocupada.
La mujer se acercó al chico, le acarició con suavidad el cabello mientras éste abría sus ojos con lentitud.
El chico confundido miró a la mujer frente a él, sus ojos se desorbitaron al caer en cuenta del parecido de aquella extraña con su difunta madre, ¡hasta sus lunares tenia y todo!
—¿Mamá? —murmuró el chico de ojos burbon— ¡Oh por dios!, ¡estoy muerto!, ¡estoy muerto! y el diablo tomó forma de mi madre para burlarse y dirigirme al infierno. ¿Qué es lo que quieres Lucifer?, ¿quieres mi alma?, oh por dios ¡me vas a violar! ¡Soy muy hermoso para morir! Soy escuálido, ¡no soy un buen alimento!, ¡devorate a otro!, solo soy 147 libras de piel pálida y huesos frágiles y demasiado sarcasmo como bono extra.
Mencionó el castaño con la mirada afligida.
Las personas que se hallaban en la habitación lo miraron con diversión.
—Chico, respira.
Le dijo un hombre pelirrojo que allí se encontraba.
El castaño hizo memoria y una sonrisa se extendió por su rostro.
—Yo te golpeé con mi bate —dijo con una sonrisa—, así que no estoy muerto.
El adolescente era hilarante a ojos de los presentes.
Bastante tranquilo se acomodó en la silla, para luego tratar de reincorporarse notando así las cuerdas que lo apresaban. Stiles entrecerró los ojos y los miró fijamente.
—¡Me secuestraron!, ¡¿que quieren de mi malhechores!?—el drama era notable— Soy muy hermoso para prostituirme, ¿es eso no?, quieren venderme a un viejo de la mafia rusa para que me convierta en su puta. ¿Ah?, ¿ahh?, ¡¿AH?!
Como siempre terminó yéndose por las ramas.
—¡Suficiente! —dijo un azabache de ojos azules— No estás muerto, no te venderemos a la mafia, y por dios no serás la puta de nadie.
El hombre desbordaba irritación.
—Mi nombre es Damon, él es Edward y él es Sam. Mis compañeros de cacería.
Dijo Damon señalando al peliblanco y al pelirrojo respectivamente.
—Mi nombre es Steven.
El hombre de cabello negro y ojos marrones dijo mirando a la castaña, aunque era obvio que la presentación iba dirigida al castaño.
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Punto de Quiebre
مستذئبDesde su imperio le observa, riendo de su sufrimiento y deleitándose con sus lágrimas. La esperanza era algo que no podía permitirse, su mirada le consumía el alma un poco mas. Entre cruces de carbón y labios bañados en cianuro dictaron su futuro. ...
