CAPITULO 5

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Terminada la jornada escolar, tuve que volver a casa para cambiarme. Aborrecía el momento en el que llegaba a mi casa, ya que mi madre siempre me abordaba con sus preguntas.

Caminaba a casa, ya que no vivo lejos del instituto, a decir verdad nadie vive lejos del instituto. Si vamos al caso es algo positivos es que haya poca distancia entre cada negocio, pero lo más detestable es que todas las ancianas quieren saber todo sobre todas las familias que viven a su alrededor. Me resultan muy irritantes.

Estaba tan ensimismada en mis pensamientos que no  me di cuenta que ya prácticamente estaba en la puerta de mi casa. Coloque la llave en la cerradura, y bufe al abrir la puerta, sabía que mi madre me abordaría con sus preguntas diarias.

-¿Cómo te fue?- me pregunto secando unos platos

-Bien- arrastrando mi bolso

-¿Siempre te va bien?¿No sabes decir otra cosa que bien?- poniendo tono histérico

-Si- mirándola con cara de que me quería ir

-Siempre tan verborragica. ¿No puedes ser más como tu hermano? – nuevamente comparándome

-Ajam, como digas. Sabes tengo cosas mucho mejores que hacer que hablar con vos- mirándola sobradoramente

-Gracias a dios es tu último año, no puedo esperar a que te cases y te vallas de esta casa- dándome la espalda y yéndose

-¡Lo espero con ansias!- subí las escaleras muy rápido y azote la puerta  

Me exasperaba.

Me mire al espejo, no estaba mal vestida pero, necesitaba bañarme y cambiarme de ropa, lo necesitaba. Cuando ya había juntado mis cosas para ir a bañarme, comenzaron a llegarme múltiples  whatsapps al celular, se había conectado el wi fi a mi teléfono. Eran de Max que decían que pasaría por mí en unos 15 minutos para ir al ensayo, así que me bañe lo más rápido que pude y seque me cabello, el cual se acomodó a mi gusto al instante. Solo me faltaba cambiarme, tenía mi ropa sobre la cama y yo seguía en el baño de tallón, debía apurarme antes de que llegara Max. Cuando abrí la puerta del baño, vi a Max sentado en mi cama. Una reacción común a esta situación, seria chillar y encerrarme en el baño, pero era Max.

-Hey, por lo menos esta vez entraste con toallon- dice mirándome de arriba a abajo –verdaderamente eres una imagen perfecta así-.

-¿No puedes tocar antes de instalarte en mi habitación?- digo poniendo mis brazos en forma de jarra

-¿Maggie hace cuanto que no entro por la puerta de tu habitación?- estirando sus brazos, desperezándose.

-Cierto que te gusta entrar por mi ventana- riéndome

-Bueno, basta de charla, cámbiate. No tenemos todo el día- me mira picaronamente

-No lo hare en frente tuyo, date la vuelta- lo miro y el me da la espalda. Antes de comenzar a cambiarme tapo el espejo, sé que suele aprovechar mis despistes para poder observarme mientras me cambio. –Por si acaso, a veces eres un pervertido-

Me puse unos jeans y una camiseta ajustada que dejaba ver el arete de mi ombligo. Mientras me calzaba las botas le dije a Max que podía darse vuelta, tomo mi chaqueta y salimos por la ventana, trepando por la enredadera.

Nos dirigimos a la casa de PJ para ensayar. 

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