CAPITULO 3

28 1 0
                                    

No tuve que buscar a Ginebra, sabía perfectamente donde estaba.  Me dirigí directamente hacia las gradas de la cancha de futbol. Dicho y hecho,  allí estaba, fumaba como si no hubiese mañana. ¡DIOS! ¡Esta mujer fuma más que Max, PJ y yo juntos!

Me pare en frente de ella y la mire con cara de regaño.

-Te dará cáncer de pulmón- puse mis brazos en forma de jarra.

-Un “hola, ¿cómo te encuentras?”  Sería muy agradable a veces – me dedica una media sonrisa mientras con su mano izquierda me acerca un cigarrillo. El cual acepte.

-¿Piensas entrar a clases esta vez?- dije encendiendo el Lucky Strike.

-Si esta vez sí, no quiero suspender –bufando.

-Desde cuando te interesa suspender Gin- se escucha una voz risueña. Max.

-Eh madurado Max, por si no te diste cuenta, ya soy toda una mujer-dice Ginebra haciéndose la ofendida.

-Sí, mujer. Hace años que te hicieron mujer ¿no querrás decir? No tiene nada que ver con madurar linda- burlándose del falso enojo de ella.

Ella lo mira con rabia, ese tipo de rabia entre amigos de toda la vida. Justo en el momento que iban a empezar sus pequeñas escenas llego PJ.

-¿Piensan entrar  al instituto o no? La nueva candidata a presidenta estudiantil está regalando Muffins- acoto PJ frotándose la pansa.

-¿Solo piensas en comida?- dijo la chica de la mala actitud.

- Y tú en sexo salvaje y nadie te dice nada Gin- pone cara de puchero

-¿hoy están todos contra mi acaso?

-Bueno, ya basta vallamos por esos Muffins que ya me dio hambre- dijo Max parando la conversación

-¡Ves que no soy el único con hambre!- PJ a veces se comporta como un niño

-Pues, vamos- accediendo con mala gana

Empezaron a caminar en dirección hacia el instituto y me preguntaron si iría, pero les dije que necesitaba un poco de aire, que los encontraría dentro. 

Eran un día un poco fresco como suelen ser aquí, pero este día era medio extraño. Tenía un mal presentimiento. Me sentía observada, asechada, vigilada … Empecé a echar miradas furtivas hacia mi alrededor, pero me encontraba sola. Debo admitir que me dio un poco de miedo y entre al instituto.

No quería estar sola. 

Holy GroundDonde viven las historias. Descúbrelo ahora