CAPITULO 12

13 0 0
                                    

Yacía plácidamente acurrucada en el pecho de Max, cuando comencé a tener un poco de frio.

-Max tengo frio- dije removiéndome

-Déjame cambiarte linda- dijo dándome un tierno beso

-Sipi- dije desperezándome

-Eres tan hermosa cuando estas así- Max me observaba con devoción

- ¿Así? ¿Desnuda?- poniendo cara de sorprendida – Que pervertido – tapándome con las manos

- Y eras tan divertida también – dijo riéndose – Te cambiare para que no tengas frio- Recogió mi ropa del suelo y la puso sobre la cama. Se agacho para buscar sus boxes

-¡Mmmh esa cola! – por dios tiene un trasero perfecto, redondo y bien formado. A esto Mas se sobre salta y se da vuelta con los calzoncillos en la mano y se tapa inmediatamente su parte trasera. Para avergonzarlo más mire su entrepierna.

-Maggie- me dice con una cara de puchero que me resulto tan tierna, que no pude resistir, y corrí a besarlo. Cuando nos separamos me dice. –Vamos te cambiare e iremos a dormir.

Tomo mi ropa interior, se agacho para ponérmela y lentamente fue subiéndomela por las piernas. Termino de colocarla y me dio un tierno beso en esa zona. Luego se paró y me comenzó a poner el sostén, cuando termino revolvió entre sus ropas y agarro su buzo y me lo puso.

-Para que no tengas frio – me dio un beso en la frente

-Gracias- dije antes de bostezar

-Bueno, vamos a la cama- dijo sonriéndome

-Sip – refregándome los ojos

Nos acomodamos para dormir. Dormí sobre su pecho, era tan cómodo. Sentía su corazón. Después de unos minutos, me deje llevar por el sueño y sentí que me desvanecía en un profundo sueño.

¿Vieron la sensación de estar en un lugar que se te hace muy familiar, pero no logras recordar dónde es?¿Como si hubieses estado en ese lugar antes? Pero no lo recuerdas, aunque lo intentes no lo recuerdas. Es un poco angustiante, yo suelo pensar en ello, hasta que me acuerdo. Pero esta vez no lo recordaba, porque nunca había estado en ese lugar o por ahí lo había visto pero no le había dado mucha importancia. Todo esto venia de la mano de una terrible sensación de Deja Vù. Pero era totalmente consiente de que nunca había vivido eso, era como si estuviera viviendo el recuerdo de otra persona, podía pensar por mí misma, pero era incapaz de hacer mis propios movimientos, en algunas ocasiones.

 Era la media tarde, el día estaba de ese color amarillo tan hermoso, había mucha humedad y un poco de viento. Podías sentir el calor del sol que quemaba levemente tus mejillas, era uno de esos días que no quieres que terminen, porque eran  mágicos. Con el calor en el  rostro y el viento revoloteando el vestido blanco sin mangas, con cuello escotado, pero no muy revelador, tenía una pequeña soga a la altura de la cintura y unas terminaciones de encaje. No era muy de mi estilo, pero era lindo, cómodo, ideal para el día.

Me puse a ver a mi alrededor era hermoso, había pocas casas, solo vi una a unos 15 m de donde estaba. Pero digo pocas porque a lo lejos vi unas sombras que podrían llegar a ser más casas, un pequeño pueblito, posiblemente Holy Ground, pensé en dirigirme hacia allí. Pero algo paso. Instintivamente comencé a caminar para el lado contrario, por la pradera en la que estaba.  El pasto me llegaba hasta la cintura más o menos, sentía como me rosaban las caderas y extendí los brazos, dejando que el calor del sol me envolviese y luego paseaba mis dedos por el pasto, dejando me cosquillearan en mis palmas, que jugaran. Solo caminaba. Veía la inmensidad del paraje y caminaba, el pasto se tornaba en algunas partes verdes, naranjas, marrones claros, verdaderamente un sueño, y era consiente que lo era, pero era distinto a los que normalmente tengo, porque este estaba lleno de un sinfín de sensaciones totalmente reales, pero tenía esa especie de no sé qué que te hace saber que es un sueño, que nada es real, que nada puede hacerte daño.

 En un momento algo en el ambiente cambió, seguía siendo igual de hermoso pero con un toque sombrío, y el viento se tornó un poco helado. Una punzada de miedo me atravesó el pecho y luego empecé a correr, como huyendo de algo o alguien. Corrí por la pradera, escuchaba el ruido del pasto que golpeaba contra mí, pero también escuchaba el de mi perseguidor. No desaceleraba el paso, parecía que el lugar no tenía fin, hasta que delante de mis ojos apareció un bosque, intente mirar hacia adentro, para ver si podía vislumbrar algo dentro, pero no nada. Estaba lleno de niebla, una niebla espesa, que lo tapaba todo a su alrededor y lo único que podías llegar a distinguir eran los troncos de los árboles.  Al principio dude un poco, pero luego escuche como mi perseguidor se acercaba a gran velocidad, así que entre. Corría y a veces echaba miradas furtivas para atrás pero no podía ver nada, era como si tuviera un perseguidor invisible, no lo veía, pero si lo escuchaba, escuchaba como corría detrás de mí, como rompía ramas a su paso. No me podía distraer mucho, ya que estaba repleto de árboles, y no quería chocarme con ninguno. Escuchaba como me perseguía, no sabía porque lo hacía, no sabía porque le tenía tanto miedo, solo sabía que debía correr, correr para salvarme. Estuve esquivando, y saltando árboles, por no sé cuánto tiempo, hasta que en un momento no escuche más nada, no había más ramas rotas, no más pisadas, no más nada. Paro. Igualmente no me confié y mire hacia todos lados para poder ver algo, nada. Relaje mis hombros, suspire, totalmente relajada, ya todo había pasado. Me di vuelta y enfrente de mí, como el miedo reencarnado, la imagen más horrible que había en mi vida, una figura me estaba mirando a centímetros de mi rostro, con una sonrisa torcida y de labios azulados casi negros. Cerré los ojos lo más fuertes que pude y grite con todas mis fuerzas, como si eso me ayudara a ahuyentar a lo que sea que hubiese sido esa criatura.

Me desperté, sobresaltada, sudando. Eran las 4 A.M y estaba todo muy silencioso, Max se removió y siguió durmiendo, ni siquiera se percató de que me había despertado. Dicen que cuando te despiertas sin motivo alguno por la noche, es porque alguien te está mirando, pero esta vez me desperté por una pesadilla. Abrace a Max e intente conciliar el sueño nuevamente.

Solo había sido una pesadilla. O tal vez no.

Holy GroundDonde viven las historias. Descúbrelo ahora