CAPITULO 6

30 1 0
                                    

Llegamos a la casa de PJ. Max aparco su Harley Davidson Iron 883 a un lado del garaje y bajamos. PJ vive solo en una casa heredada por sus padres adoptivos, una casa que contaba con dos pisos, en la planta baja un baño, una cocina-comedor y algo que se podría llamar living donde estaba una TV y un amplio sillón, en la planta alta una habitación y un baño. Era una buena adquisición para un chico de tan solo 19 años que a dado nuevamente el año escolar, lástima que la casa se encuentra muy descuidada, con latas de cerveza en todo el living y sus paredes un poco maltrechas. En fin nosotros practicamos en el garaje y nos recreamos en el patio trasero, que cuenta con una mesa de madera y unos asientos. Más que ensayar, nos la pasamos hablando toda la tarde, hasta que se hacen altas horas de la noche, pero a la hora de tocar no perdemos tiempo alguno.

-Me parece a mí o ustedes dos siempre andan juntos últimamente- dice Gin sentada en su silla favorita, una reposera oxidada al lado de la mesa de madera.

-Cosas tuyas- dice Max

-Si tú dices, yo no me meto en lo que ustedes quieran o no hacer- dijo ella desinteresada colocándose las gafas de sol y viviendo una cerveza. La verdad no sé por qué llevaba gafas de sol, porque el día no las ameritaba, estaba un poco fresco y había humedad.

-Bueno ¿ensayamos o qué?- dije sentándome a la mesa de madera - ¿y PJ? – mire a mi alrededor

-Esta cocinando un par de hamburguesas, tenía hambre- dice Gin mirándonos desde su silla. En eso llega PJ con un platón repleto de hamburguesas y otro pon pan.

-Max ¿Puedes ir por los aderezos a la cocina? Ah, y hay un platón para hacernos nuestras “Cangre Burger” tráelo también. – Apoyando los platos en la mesa

-Está bien- y fue por ellos

Cuando Max volvió nos sentamos a la mesa a comer y charlamos y nos reímos sobre todas las estupideces que decíamos y hacíamos. Pasaron las horas y ya eran como las 16:30hs, juntamos todo y “limpiamos”, después de eso nos dispusimos a ensayar, lo cual nos tomó una hora y media o dos. PJ nos invitó a que nos quedáramos a una noche de películas de terror y nos informó que había reabastecido la heladera con comida chatarra y la mini nevera estaba repleta de bebidas.

¿Cómo decirle que no a PJ?

Holy GroundDonde viven las historias. Descúbrelo ahora