Capitulo 3

1.4K 47 4
                                    

-¿No es perfecto?-preguntó.

-¿Qué cosa?-inquirí, confundida.

-Mi novio-musitó, con aire de orgullo.

Yo reí, pero no dije nada. Aun cuando Sharon me lo había preguntado no podía decirle lo que pensaba. Sí, sí era perfecto, pero por alguna extraña razón, mi boca no podía soltar esas palabras enfrente de mi amiga.

-¿A qué hora te irás mañana?-pregunté.

-A las seis.

-¿De la tarde?

-De la mañana.

Abrí los ojos como platos y la miré.

-¿Seis de la mañana? Y ¿a qué hora vendrás?

-No lo sé-musitó y luego torció el gesto-. La Isla de Torcello está un poco lejos, quizá venga como a las cinco de la tarde.

-Pero si sólo te harán una entrevista, ¿por qué tardarás tanto?

-Por que si me aceptan, me quedaré para que me capaciten o algo así-se encogió de hombros.

-Voy a extrañarte-hice un puchero.

Ella rió.

-Me extrañarás más si consigo el trabajo, por que saldré hasta las ocho de la noche-volvió a reír y esta vez yo me uní a su risa.

-Shar, estoy cansada, me acostaré ya-dije.

-¿Tan pronto? Pero si son las ocho de la noche.

-Ocho cuarenta-corregí-, y sí, estoy muy cansada y quiero dormir.

Bueno, de lo que había dicho, sólo la primer parte era cierta por que tenía miedo de volver a soñar la misma pesadilla de la noche anterior.

-Está bien. Buenas noches.

-Buenas noches-me levanté del sofá y caminé hasta mi habitación.

-¡Ah! Mañana te tienes que levantar temprano-me avisó-. Joe vendrá antes de que yo me vaya y luego te llevará al Puente de los suspiros.

Me detuve antes de entrar a la habitación.

-Genial-mascullé, y sonreí.

Me introduje a mi habitación y me arropé para dormir, luego me acosté en la suave cama y me cubrí con las sábanas. Me quedé mirando el techo en total oscuridad, y alcanzaba a percibir el sonido del televisor proveniente de la sala.

Sentía el entusiasmo crecer con cada minuto que pasaba, mañana iría al famoso Puente de los suspiros, un lugar que he querido visitar desde que Sharon se vino a vivir aquí; pero había otra razón para alimentar ese entusiasmo, y era que pasaría un buen rato con Joseph. Pero aun no sabía por qué esa idea me entusiasmaba tanto.

Los golpes en la puerta me despertaron y entonces me percaté de la voz de Sharon del otro lado.

-¡________, levántate ya!-gritó.

Me removí entre las sábanas y no hice intento alguno por abrir los ojos.

-¡Bestia!-volvió a golpear la puerta-Joe vendrá en cualquier momento.

¿Joseph? Abrí los ojos, completamente despierta y aventé la sábanas hacía un lado. Salí de la cama en un santiamén y abrí la puerta. Sharon corría de un lugar a otro en busca de algo.

-Yo creí que no te levantarías nunca-farfulló.

-¿Qué buscas?-pregunté.

-Mi bolsa, puedo jurar que la dejé aquí-apuntó al sofá.

Manual de lo prohibido (Joe Jonas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora