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Me recosté un momento contra el barandal que aquellas escaleras de maderas  tenían, mientras observaba con más detalle aquél lugar en dónde los alumnos del ultimo año universitario habían organizado una fiesta como bienvenida a un nuevo año de clases. Ellos habían preferido prohibir el alcohol en esa ocasión para así evitar que alguien bebiera unos tragos de más y provocará algún tipo de daño al salón rentado para esa noche, sin embargo no había faltado el grupito que había llevado alguna botella de alcohol a escondidas.

— Krizia —Habló Inna al posicionarse a un lado mío. — He oído que habrá pizza en las mesa de aperitivos

—También escuche eso

—¡Entonces vamos! —Exclamó con emoción. —¿Si?

—Vaya... —Puse una mano sobre mi cadera mientras hacia el intento por elevar unas de mis cejas. — ¿Dónde
quedó tu dieta, amiga?

—Tomando un descanso —Fue su respuesta instantánea, como si aquél comentario lo hubiera recibido ya. Su mano rodeó la mía y antes que le diera una respuesta más, comenzó a caminar aún conmigo sujetada.

Cuando llegamos al salón principal dónde la mesa con diferentes tipos de aperitivos estaba montada, Inna soltó un pequeño chillido de la emoción al comprobar varias cajas de pizza allí. Ella abrió una de las cajas y sacó dos trozos de pizza para si misma, mientras que yo solo había agarrado uno.

—Hola, señoritas —Saludó Rayan, quién apareció detrás de mi amiga para abrazar su cintura.

—Rayan... —Susurró Inna con ambas mejillas de un color carmesí debido al agarre del chico. Limpió con disimulo la comisuras de sus labios para eliminar cualquier posibles migas de corteza.

— Estas disfrutando mucho, por lo que veo, cariño —Comentó en un tono burlón al percatarse del plato de plástico que Inna sostenía con distintas golosinas.

—No es de ella —Respondí con una pequeña mentira para evitar que la castaña continuará sonrojandose como un tomate.

—¿En serio? —Subió sus hombros y los bajo para restarle importancia. — por un momento había creído que era tuyo, Inna —Acercó sus labios al oído de ella, pero aún así debió hablar fuerte para ser escuchado sobre el volumen de la música. — porque  me gustan las chicas de buen apetito, ya sabes, para que tengan de dónde agarrar.

—Suficiente, Rayan —Dije con firmeza, puesto que sus comentarios hacia Inna estaban provocando que ella se pusiera nerviosa. — ¿No tienes algo más interesante que hacer por aquí?

—Está bien, ya me voy —Soltó un suspiro de resignación. Besó la mejilla de mi amiga para luego darse media vuelta y adentrarse al centro de la pista de baile.

Inna tomó un vaso con limonada que acababa de servirse y se lo bebió de un solo trago, como si aquella limonada fuera la última que quedara.

—No me lo puedo creer —Su mano estaba sobre su pecho — ¿Es que acaso Rayan acaba coquetear conmigo?

— Si, como también coquetea con varias chicas de nuestra clase, no lo olvides

—Sé que tú primo es un mujeriego pero eso no le quita lo buenísimo que esta.

—Pero que gustos tienes...

—¿Y me lo dices tú? —Levanto una ceja en modo desafiante. — No me hagas recordarte con quién la semana pasada te besaste

—En mi defensa, esa noche había bebido un poco demás

—Ya, pero eso no impidió que Armando casi te metiera lengua durante el beso que se dieron

Los besos de Jasper Donde viven las historias. Descúbrelo ahora