Capítulo 7

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¡Hola! Muchísimas gracias por todos sus comentarios me alegra que les esté gustando la historia  RebeFernandez5, Mkijud, GladysElizabethGrego, ElizabethHernande381, crisalecbloom, EugeniaJimenez, IlmrTolkien, MagnusNoizLightwood, Rosewood84, Flor-otaku, Crazy_Ghost_Girl_14, Maryplaza8 💜💙💜

Mil gracias también a quienes han dejado un voto y a quienes continúan leyendo💙💜💙

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Sabemos más acerca del asunto con Magnus, para explicarlo un poco más: Magnus no quería tener trato, ni intervenir en nada relacionado a su media hermana, sin embargo y después de lo que paso con Aiden, decidió participar en detener a Lucia a cualquier costo. Para ello, el cardenal prácticamente le dio permiso de hacer todo lo que sea necesario, incluyendo firmar el juramento de sangre que ella le propone, uno que también le obliga a no revelarle a nadie, por ningún medio, sobre Lucia y sus planes.

Espero que ahora se entienda mejor porque Magnus no habló con Alec sobre lo que estaba ocurriendo.



Ahora veremos una parte más de la intriga…

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Resumen. Llega la ayuda. Más historia…

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Alec estaba en la oficina cuando recibió la llamada. ¡¿Qué en nombre de Dios estaban pensando Josh, Ian y Shivvy?! ¡¿Que estaban haciendo en Renwick sin equipo y con un mínimo de armas?! Shivvy había dicho que había demonios, por lo que Alec agarró su arco y salió corriendo, gritándole a Kadir que llamara a Jace y que lo encontrara en Roosevelt Island.

El viaje pareció demorar años, aunque probablemente lo hizo en un tiempo récord. Al acercarse al manicomio, pudo ver el espeluznante resplandor azul de los Hellcats disparando y escuchó sus ensordecedores rugidos. ‘Por el Ángel’, rezó para que no fuera demasiado tarde. Al entrar en las ruinas, Alec vio a los cuatro enormes gatos del infierno rodeando a los tres Cazadores de Sombras ligeramente armados, y tuvo la clara impresión de que las bestias estaban jugando con su comida.

Shivvy estaba empezando a pensar que estaban acabados para cuando una lluvia de flechas disparadas rápidamente igualó las probabilidades. Uno de los hellcats que giraba en círculos cayó por una flecha lanzada con una puntería experta que perforó su ojo. Había muy pocos lugares en los felinos demoníacos que fueran realmente vulnerables al ataque. Las llamas blancas y azules que lamían a lo largo de sus espaldas y arriba de sus colas evitaban que los tres Cazadores de Sombras se acercaran lo suficiente como para hacer daño con una espada serafín, y la verdad es que incluso una flecha se convertiría en cenizas si entraba en contacto con esas llamas. Sólo la cabeza y el vientre del felino eran vulnerables, y si te acercabas lo suficiente a la cabeza con una cuchilla, estabas lo bastante cerca como para ser atacado por las afiladas garras, como Josh había descubierto.

La sangre que goteaba de las largas heridas en el brazo y el pecho de Josh parecía incitar a los demonios a un frenesí de sed de sangre, pero al menos las flechas los distraían de un ataque concentrado. De repente, tres Cazadores de Sombras totalmente equipados se unieron a la refriega, Jace, Izzy y Clary rodearon a sus camaradas más jóvenes, y peor equipados, y la lucha cambió a favor de los guerreros del Ángel.

El látigo de Izzy chasqueó, golpeando las patas de un gato infernal que cargaba hacia ellos, y la daga bien apuntada de Jace se hundió profundamente en el vientre del demonio. Ella echó un vistazo a sus espaldas y vio a Ian angustiado aplicando un Iratze a su parabatai y se preguntó, no por primera vez, si había más en esa relación de lo permitido por las leyes de la Clave. Izzy negó con la cabeza ligeramente, ahora no era el momento de especular, había trabajo por hacer, y con una sonrisa sombría se lanzó de nuevo a la pelea.

Por fin, todos los gatos infernales fueron destruidos y los Cazadores de Sombras se congregaron alrededor de Josh, Ian y Shivvy buscando heridas y haciendo preguntas incómodas sobre lo que habían estado haciendo los tres allí. De repente, Jace se inclinó y recogió algo del suelo. Una expresión de preocupación brilló en su rostro mientras preguntaba- “¿Dónde está Alec?”- sosteniendo la flecha en su mano.

Ian se quedó con Josh mientras el resto se desplegaba para buscar por el manicomio cualquier señal de Alec.

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