Un viaje y recuerdos de una perdida...
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El cielo apenas comenzaba a iluminarse cuando Magnus finalmente se adormiló. Alec había estado dormido durante horas mientras el brujo había estado persiguiendo ansiosamente recuerdos y pensamientos hasta que determinó que necesitaba encontrar a Armand Du Plessis de Richelieu y conseguir su ayuda para tratar con Lucía.
En lo que le pareció un segundo, Magnus escuchó que la alarma de Alec se apagaba. Escuchó a Alec reír suavemente mientras él enterraba la cabeza bajo la almohada con un gemido.
-"Prepararé café y te traeré un poco"- dijo Alec, besando el hombro desnudo de Magnus antes de dirigirse a la cocina con Presidente Miau pegado a sus talones.
Magnus se había quedado dormido de nuevo cuando sintió la mano de Alec rozando suavemente su brazo y el delicioso aroma del café recién hecho. ¿Qué había hecho para merecer un compañero como Alec? ¿Qué no estaría dispuesto a hacer para mantenerlo a salvo? Con un profundo suspiro, Magnus se dio la vuelta y se sentó antes de tomar el café que le ofrecía. Alec debió haber sacado la máquina de exprés, porque era su favorito, un café latte.
Alec sonrió ante el gemido de agradecimiento de Magnus y dijo- "Entonces, ¿cuáles son tus planes para hoy?"
Antes de que pudiera responder, el teléfono de Magnus comenzó a sonar y él lo agarró de la mesita de noche. Alec, asumiendo que era relacionado con trabajo, llevó su café al salón para darle algo de privacidad a Magnus.
La respuesta de Magnus fue escueta- "Gran Brujo, Magnus Bane, declara tu asunto"
Una voz entrecortada e infantil le respondió- "Magnus, es esa la manera de saludar a tu hermanita. Ha pasado tanto tiempo desde que nos vimos, y estoy aquí para cobrar tu juramento. No malgaste el tiempo querido hermano, tic tac, tic tac"- una cacofonía de estridentes carcajadas siguió antes de que la línea se cortara y Magnus arrojó su teléfono contra la pared más cercana.
-"Magnus, ¿estás bien?"- le llamó Alec desde el salón.
-"Sí, cariño, sólo se me cayó el teléfono, en un minuto estoy contigo"- Maldita sea, no podía permitirse perder los estribos así, no si iba a manejar a Lucía y mantener a salvo a Alec. Se puso una bata y fue a reunirse a Alec, mostrando una expresión tranquila en su rostro.
Alec estaba sentado en el sofá, con los pies estirados sobre la otomana y la mano enroscada alrededor de una taza de café negro. Se veía tan feliz y contento que la respiración se le atoró en la garganta mientras lo miraba. El Brujo sabía que daría todo por mantener esa mirada en el hermoso rostro de su marido.
-"Entonces, ¿cuáles son tus planes para el día?"- preguntó Alec de nuevo cuando Magnus se reunió con él en el sofá.
-"Me temo que debo ir a París por unos días"- respondió Magnus sin atreverse a mirar directamente a Alec. No era inusual que Magnus viajara por asuntos de clientes, pero odiaba el hecho de que le estuviera mintiendo a Alec por omisión. ¿Cómo podría hablarle de Lucía, y la promesa, el juramento de sangre en realidad, que había hecho hacía tanto tiempo?
-"Te extrañaré"- dijo Alec dijo mientras rodeaba a Magnus con sus brazos y lo abrazaba fuerte.
Tomó un momento antes de que Magnus se relajara en el abrazo, preocupado por lo que encontraría en Francia y la seguridad de los seres queridos que dejaba atrás- "Por favor, Alexander, prométeme que serás cuidadoso cuando me vaya"- dijo Magnus alejándose para poder mirar a los ojos azules de su esposo. Intentó una vez más contarle a Alec sobre Lucía, advertirle, pero las palabras se congelaron en su garganta y se mantuvo mudo.
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Danza Macabra - Danse Macabre
FanficCuarta parte de la serie 'La hora de las brujas' Traducción del fic de webspinner2 Alguien del pasado de Magnus ha vuelto para perseguirlo, y es alguien a quien siempre quiso mantener lejos de Alec. Puedes elegir a tus amigos...