El hilo que nos une

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No estaba consciente a ciencia cierta de cuánto tiempo le tomaría tomar su mano mientras estaban corriendo. Tampoco sabía que tan profundo era el corte en su lado derecho, en aquel punto donde aún se podían ver algunos chupetones y rasguños.

—¿Cómo te encuentras?—lo cargaba rodeando su cintura con sus manos mientras que al mismo tiempo él rodeaba su cuello.

—Bien, mucho mejor—sonrió al ver al chico de cabello púrpura sujetarlo con mejor agarré.

—Logre sacarte porque nadie piensa que estoy de tu lado—gruño por lo bajo obligándose a ocultarse en un callejón y en la oscuridad para no ser descubierto—ahora podrías estar muerto.

—Shinsou—la voz se le salió aguda mientras intentaba mantener los pies en orden—, cuida ha Todoroki.

Un sonido ahogado salió de sus labios, al sentir la sangre deslizarse de su frente. Las manos le estaban temblando y su mundo parecía girar ciento ochenta grados. Hitoshi lo sujeto mejor por la cadera caminando con Izuku acuestas, los callejones oscuros resultaban muy convenientes.

—Hitoshi—la voz ahogada de Midoriya le hizo detenerse.

—¿Qué sucede?—se acercó a la pared para dejarlo sentado contra una sucia pared de ladrillos con la pintura cayéndose—¿Estás bien?, ¿Te duele algo?

La risa divertida de el de pelo verde murió ahogada por la sangre que escupió, sus dientes estaban manchados por ella. La lengua se deslizó de manera calmada y casi siseante por su labio inferior. El sabor metálico llegó hasta el fondo de su paladar, y casi pudo sentir su estómago hormiguear por el haber consumido algo de sangre.

—Estoy molido—sonrió mostrando su dentadura roja—solo quiero que traigas a Shouto. Black Mist.—susurro sin querer mirarlo.

La sensación de ya no poder mover sus piernas era latente. No sentía ni un hormigueo de la cintura para abajo. Su final estaba cerca, la herida abierta en su omóplato izquierdo le ardía como una mierda. La sangre que bajaba por su espalda baja se estaba pegando a su ropa, era mejor en ese momento que cuando ya no pudiera mover los brazos.

—¡Eres un idiota!—alzo la voz con fuerza y enoj—, ¡Te dije que era peligroso, yo quería hacer esto menos doloroso!—bajo un poco la voz—¡Pude hacerte feliz!

—Hitoshi—extendio la mano con cariño—, tienes que vivir sin mí, sin aferrarte a mi tonta existencia.

—¡Por que no me dejaste opción!—las lágrimas casi caen de sus ojos, tuvo que cerrarlos para evitar que eso sucediera.

—¡Tú no entiendes!—ahora fue el turno de Midoriya para gritar.

—¿Qué no entiendo?—cuestiono agachándose a su altura—, ¿Qué eres un maldito idiota que no piensa en las personas?—abrio un poco los ojos sosteniendo su mirada—¿O qué aceptaste a un maldito héroe en vez de a mí?—cuando intento bajar la voz de nuevo ya no había nada que hacer.

Pero ya era demasiado tarde un par de pasos se pudieron escuchar en la dirección contraria. La cabellera blanca y roja apareció en su vista.
Derrapó de manera impresionante por el pavimento y termino a un lado de Izuku mientras sostenía la mano con delicadeza, intento calentar el cuerpo frío con su Quirk.

—¿Qué te pasó?—reviso su cuerpo con cuidado, pero aún así resultaba doloroso—¿Quién fue?

—No pasa nada—nego respirando con dificultad, su mano rozo su mejilla.

Ya habian empezado a perder la capacidad de sentir. Sus dedos se enredaron por el cabello con cuidado. Respiro profundo sintiendo un par de costillas perforar su pulmón.

—Solo tómalo, ¿Sí?—pidió y al mismo tiempo exigió.

Cuando la sangre llegó de nuevo a su boca lo beso, un beso lento, mordió el labio inferior haciendo que abriera un poco la boca para explorar su boca con la lengua llena de sangre. Todoroki se apartó sin querer lastimarlo, pero el sabor metálico y casi terroso se extendió por su boca, la sangre se deslizó por su garganta. Y podía jurar que Izuku parecía satisfecho con lo que había hecho.

—Aceptalo—repitio dejando de moverse—y no te detengas por nada en el mundo.

Cerro los ojos con una sonrisa satisfecha. Los sonidos de fondo de los sollozos de Shinsou Hitoshi le hicieron sentir un poco mal. Había estado encerrado en una sala de interrogatorio por más de un mes. Los villanos habían estado buscándolo como loco, los héroes lo habían interrogado por las buenas, las malas y hasta las neutrales. Lo único que le permitía aferrarse a la esperanza de salir de aquel horrible lugar fue que Todoroki estuvo presente en varios interrogatorios.

Aún podía escuchar los gritos de Endeavor cuando lo atrapó al interior en el hospital psiquiátrico en el cual había encerrado a la madre de Shouto. Cuando la libero amenazando algunos médicos en el proceso por hacer aquella estúpida actuación de doctores preocupados.

—Puedes ir con ella—sonrió suave ladeando la cabeza—esta en un lugar seguro. Creo que ya no hay tiempo.

El agarre en su mano se hizo más fuerte mientras sus labios tomaban posesión de su boca, el cuerpo temblaba agotado, el sudor frío recorría su frente con impaciencia y algo de velocidad por como se agitaba su cuerpo de una manera que pareciera que le daba convulsiones.

—¡Tienes que dejarlo!—él chico de cabello púrpura le jalo haciendo que soltará la mano.

—¡No puedo dejarlo aquí!—pataleo con fuerza queriendo tocar al pecoso—¡Él no puede quedarse!

—Debes soltarlo, debes dejarlo ir.

Se negó intentando soltarlo. Pero él joven no estaba dispuesto a perderlo. Midoriya le había dicho que cuidará del chico y aunque tuviera que dejar un camino de Sangre lo haría.

—Dejalo—uso su Quirk sin pensarlo demasiado—, irás conmigo sin quejarte y sin reprochar.

Fue un día lúgubre cuando hizo aquello sin tener plena conciencia de su cuerpo.

Bueno, tarde mucho pensando este capítulo. Akwowo :v uno más queridos lectores

¿Como llegamos a esto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora