¿Como llegamos a esto?

Irracional.

Renunció a todo aquello que llevaba por el buen camino. Dejo su odio atrás, sus deseos de obtenerlo. O eso fue lo que penso, hasta aquél día que actuó de forma tan irracional. Demasiado para ser verdad. Necesitaba sacar sus ahogados sentimientos, que fueron asesinados por aquel chico.
Pero fallo, todo cuando una hermosa sonrisa en esos labios rojos los hizo quedar estúpido, fue sometido con algo de dificultad, eso fue hasta que su cuerpo sufrió los estragos de estár intentando mantenerse en constante equilibrio. Perdió cuando fue sometido por aquellos villanos, cuando aquel chico que tanto le gustaba lo tomo del cabello haciendo su cabeza lo suficiente hacia atrás para que lo mirará.

—Todoroki-kun, es un gusto volver a verte—saludó con una sonrisa dulce y amorosa.

Pero era algo hipócrita de su parte. Ya que estaba jalando demasiado su cabello bicolor antes de soltarlo y hacer que su cara pegará contra el pavimento.
Soltó un quejido adolorido y muy estruendoso fue aquel golpe. Su nariz sangro un poco, no estaba rota al parecer, pero sí muy magullada.

—Izuku...—lo miró tan cerca y a la vez tan lejos, sintió un par de golpes en las costillas.

—Ríndete, ya no hay más que hacer—él chico de cabello verde sonrió de manera misteriosa y se agacho a su altura del chico bicolor.

—Izuku—tosió un poco de sangre intentando hablar.

Midoriya se quedo estático, el golpe que había recibido en la cara no era tan fuerte para romperle la nariz y hacer que el flujo de sangre conectará en la boca. Recordó aquella patada en las costillas del chico de ojos heterocromaticos. Pero también estaba la duda de sí había lastimado su nariz y tragado algo de sangre de aquella situación.
Se quedo totalmente estático al ver al chico que le gustaba sangrar de manera tan notable.

—¿Quién fue?—pregunta suavemente pero con un tono totalmente amenazante.

Todos retrocedieron más de dos pasos al sentir la mirada de oído del chico pecoso. Cuando cargo a Todoroki más de uno saco el aire que retenían en los pulmones por la impresión, él jefe de los villanos estaba ayudando a un superhéroe, no a cualquiera, al hijo de Endeavor.

—Necesito ir con él maestro—su mirada afilada dio a entender que no era un favor, era una órden.

Tomura lo miró analítico y cuando notó a su hermano temblar ligeramente, lo entendió todo, estaba asustado, asustado de perder a aquel chico que tanto le gustaba, de no poder tener lo otro día cerca suyo para pelearse y coquetearse al mismo tiempo. Busco con la mirada a Black Mist, estaba un poco preocupado por la pronta reacción del pecoso al ver que sus exigencias no se estaban cumpliendo.

—Black Mist—le llamo con voz calmada y segura, no quería dejar ver su miedo—. Llévanos con él maestro, abre un portal.

Él mayor obedeció sin preguntar. La mirada asesina de Izuku le hizo sentir escalofríos, la voz insegura de Tomura sólo reafirmo que sí no hacia algo inmediatamente, ahí correría sangre. Cuando el portal negro fue abierto, el chico de cabello verde avanzo entre los villanos a paso elegante y firme. No dejaría caer su mascara más de lo que ya lo había hecho. Entendía que no debía preocuparle su enemigo, pero le gustaba y no podía evitar sentir las ganas de llorar al verlo de aquella manera. Se sentía arrepentido, roto y algo culpable había lastimado a quién más amaba, esa no había sido su intención en ningún momento de la pelea.

—¿Qué haces?—susurró Tomura al ayudarlo a llevar a Todoroki.

—Le salvo la vida a quién más amo en este mundo—le dió una mirada de «callate y sólo ayúdame».

—Tendrá que renunciar a todo, sí lo salvas en este instante—miró al chico que era como su hermano con seriedad. Lo quería, pero necesitaba entender que forzando las cosas no funciona algo.

—Renunciara—aseguró cuando ya se encontraba cruzando aquel portal negro—lo puedo asegurar.

Él de cabello azul grisáceo lo miró preocupado, su hermano estaba dejando todo por aquel amor, estaba siendo condicionada su vida y ni cuenta se daba.

—Te ayudaré...—susurró suave mirándolo-, pero que está se la última vez que actúas de aquella forma tan incompetente e irracional.

El tiempo paso relativamente rápido.
Estaba desesperado por saber como iba la situación con el doctor, lo habían dejado en la sala de espera, prohibiéndole entrar, aunque el término sala de espera, no estaba siendo bien empleado, ¡Demonios! No era el momento para estár cuidando su propiedad en las palabras, aunque tampoco debía decir aquello.
Movió el pie de arriba hacia abajo marcando un ritmo algo errático, mientras que el pequeño tacón de su zapato hacia remarca lo enojado, desesperado e inquieto que se encontraba.
Entonces observo la hora en el pequeño reloj que adornaba la pared de un color rojo algo pálido. Llevaba más de dos horas dando vueltas en aquel lugar. Tomura sujeto su mano con fuerza y lo jalo haciendo que cayera de trasero al suelo. Su mirada sólo tomo más fiereza.

—¿Por qué fue eso?—cuestionó desesperado, intentaba no enojarse; más de lo que podría estár.

—Me estabas mareando—corto y certero, es que ya le daba vueltas la cabeza—, siéntate—la mirada del de cabello verde le hizo temblar un poco, pero estaba vez no se dejaría amedrentar.

—Pero...

—Callate y sólo siéntate antes de que me den ganas de usar mi quirk en ti.

Midoriya Izuku dejo de pelear, se paro del duro piso y sacudió con decencia sus pantalones negros aquel inexistente polvo. Miró mal al chico que consideraba como un gran amigo y tomo lugar a lado suyo en aquel sofá negro de cuero que adornaba el cuarto. Cruzo sus piernas en una posé que fingía ser aristocrática e imponente, estaba tamborileando los dedos en el sillón, haciendo un rítmico y algo sordo sonido. No era muy fuerte, ni notable, pero eso delataba sus nervios a flor de piel.

Actualización, muajajaja, llego la inspiración. Ame la imagen. Por cierto, necesito una Beta, o un Beta. Chic@s por favor TuT para que tengas las historias a tiempo y más rápido.