Capítulo 8

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Gabriela

 

-¿Ya se fue? –es lo primero que me dice Maggie cuando cierro la puerta de la entrada

-Sí –es lo único que contesto y en seguida ella se me avienta y empieza a gritar como loca y a saltar mientras me tiene abrazada- ¡Margaret! ¿Te has vuelto loca? Suéltame –le digo mientras me retuerzo para zafarme de sus brazos

-¡Zorra! No te hagas la inocente, tienes que contármelo todo –me agarra de un brazo y me lleva casi a rastras hasta la sala donde me obliga a sentarme en uno de los sillones

-¿Quieres dejar de estrujarme? –le digo desesperada por quitármela de encima, su perfume me dan nauseas así me que alejo lo más que pueda de ella

-Deja de hacerte la maldita mojigata y dime ¿Qué pasó? ¿Qué dijo? Pero lo más importante ¿por qué no me habías dicho que habías hablado con él? –se cruza de brazos y pone una cara de enojada, aunque sé que es falsa

-No te había dicho nada porque estabas enojada conmigo ¿recuerdas? De hecho no sé qué haces hablándome, lo último que me dijiste el otro día fue “Estoy muy decepcionada de ti Gabriela” –finjo su voz de una horrible manera chillona y ella se indigna porque así no es su tono de voz

-En primer lugar yo no hablo así y en segundo lugar, sabes que no estaba enojada de verdad contigo, solo de ver tu hermosa cara se me olvida porque me enoje –entre cierro los ojos y le digo

-Solo me dices eso porque quieres que te cuente el chisme zorra, no creas que no me he dado cuenta –le digo ahora cruzándome yo de brazos y dándole una mirada severa

-Pero tú me amas tanto que no te importa que quiera saber el chisme a toda costa ¿verdad? – mueve sus pestañas de una manera “adorable” y aunque más que adorable parece estúpida. Sonrío  porque me hace reír su actitud

-Sabes que te amo pero solo te cuento porque ya necesito contárselo a alguien –le digo con cara de seriedad pero haciendo una mueca para no reírme

-Tienes que sacar todo cariño, no le vaya a hacerle daño al bebé guardártelo. ¡Anda cuéntamelo todo! –me anima acomodándose en el sofá y yo también me acomodo en el sofá

-Bueno pues ¿por dónde empezaré? –Le digo mientras pienso como contarle todo- el día que te enojaste conmigo, me dejaste pensando en todo lo que me dijiste, durante el trabajo no me podía concentrar porque solo me daban vueltas en la cabeza tus palabras , y de ahí me nació la espinita de hablarle y contarle lo que había pasado ¡estaba como loca! Me sentía muy nerviosa, pero cuando salí de la escuela y estaba en mi carro, me decidí en llamarle –en ese momento Maggie levanta un dedo para interrumpirme

-Pregunta –me dice como si estuviera participando en la escuela y asiento con la cabeza para que me pregunte- ¿En qué momento conseguiste su número?

-El me lo dio el día en que…el día en que desperté en su casa – siento que me corre un calor por la cara y Maggie me sonríe burlonamente

-Eres una picarona, te lo tenías muy guardadito –me dice picándome las costillas

-¡Basta! No escondo nada –me retuerzo porque tengo demasiadas cosquillas- solo se me había hecho irrelevante contarte que tenía su número, para ser sincera, ni siquiera recordaba que lo tenía hasta que me puse a pensar en una manera de contactarlo

-Eres la mujer más rara que conozco ¿Quién rayos olvida que tiene el número privado de Liam Payne? –Me pregunta y yo solo me encojo de hombros y ella pone los ojos en blanco – pudiste haber ganado un buen de dinero si vendías ese número, en fin, prosigue

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⏰ Última actualización: Jul 06, 2014 ⏰

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