Quiebre de esperanza

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13 de Septiembre

Apartado, en la misma esquina de todos los días luego de que aquel rumor se esparciera como agua en papel, mi nombre ya parecía estar grabado en aquella solitaria esquina del aula, y por simple ingenuidad un perímetro de bancos vacíos se extendía a mi alrededor. Intenté hablar con Manuel pero al regalarle mi más humilde saludo el respondió con una fría sonrisa mientras que su cálida presencia se irradiaba en su nuevo círculo de "amigos", al notar mi inútil presencia a espaldas suyas mire hacía todos los ángulos con la esperanza de algún alma en mi mismo estado, al caer en un limbo de soledad me dirigí hacia el baño, donde caí frente al espejo con el alma en crisis, me mire al espejo y en ese mismo instante reconocí mis pocas salidas de esa prisión de sufrimiento.

Mi sombra se encontraba en los pasillos, fingiendo estar buscando un libro ,o un profesor-ni yo estaba al tanto de que era lo que estaba supuestamente buscando- con tal que no se note mi soledad en aquellos transitados corredores.

Al término de clases me dirigí hacia mi apartado casillero azul y me voltee para preguntarle a 3 compañeras de clase cuales eran las tareas, estas ignoraron múltiples veces mis ahogados pedidos, decidí acercarme todavía con fe en una sola respuesta cálida, pero al invadir su pequeño círculo, miradas extrañadas fueron intercambiadas entre ellas, y miradas de rechazo hacia mi, se rieron sigilosamente y se alejaron mientras que mis pupilas comenzaban a empañarse y mis rígidas pestañas funcionaban como debiles parabrisas, pero sirvieron para despejar mis lagrimiantes parpados, me dirigí hacia mi casillero y al notar que ningún alma estaba presente, me desplome sobre el mientras que profundas lágrimas caían sobre mis libros.

Una vez fuera del infierno me dirigí hacia la tierra criminal donde podría adquirir mi medicina diaria sólo que está ves con mis ahorros en mis manos, por lo que mis ahorros estaban en manos equivocadas.

Al entrar por la pesada puerta de mi casa, me dirigí hacia mi cuarto a paso rápido con la esperanza de no ser interceptado por ningún familiar. una vez en mi abrumado cuarto, encendí la lampara que inundaba la habitación de una tibia luz tenue, cerré la ligera puerta del mismo(ligera por tantos portazos) y oculte mis sueños tras aquel débil cajón del armario, me desvestí y paso seguido me recosté en mi ancha cama, estire el brazo para apagar la cariñosa luz y poder soñar despierto con la pacifica y misteriosa oscuridad, mi agotado dedo indice alcanzo el botón de reproducir y con el mas suave roce mi mente se convirtió en un espectáculo con la mas dulce música entregándole forma a cada pensamiento ,y con mis débiles lagrimas y mis cortas y sofocantes respiraciones como protagonistas del aquel triste espectaculo. Y sin cenar, sin completar mis deberes y sin soñar con un beso de buenas noches de aquel angel en decadencia, cerré los ojos y soñé.

El cielo en la tierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora