CAPITULO 23

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Estaba fuera de la casa de la gran familia Parker, mi padre se había ido, ya que "quería evitar estar cerca de ellos por que estaba enfermo y tenia miedo de contagiarlos" o dicho en mis palabras, de pronto lo raro es contagioso. La familia Bruni y la familia Parker, se habían odiado por mucho tiempo y el hecho de que dos personas de éstas dos familias se hayan enamorado y tenido como casi 100 hijos, no cambiaba la situación.

Caminé hasta la puerta, arrastrando la maleta que por cierto pesaba unas mil toneladas,  toqué el timbre, e inmediatamente abrió la puerta una chica de pelo rubio oscuro, casi naranja, lacio peinado en dos colas a los lados, varias pecas , unos enormes ojos azules, y un vestido color blanco que por poco llegaba a sus pies,  se podría decir que tenia 15 años, y que era Pilar, mi prima, ella me sonrió y me dio un abrazo que en realidad me incomodo, al igual que a ella, nos separamos.

-Hola Jennifer- dijo con su dulce e irritante voz

-Hola-Dije tratando de sonreír

-Pasa-dijo, yo seguí sus indicaciones, la casa estaba en un silencio incómodo, pude ver a mi tia Vanessa y a su esposo Ezequiel, sentados en el sofá, sus troncos estaban totalmente rectos, el cuello de mi tía estaba exageradamente estirado,  y estaban como a un metro de distancia.

-Oh. Jennifer- manifestó mi tío al verme con su "melodiosa" voz.

Mi tía se levantó contenta,  acomodó su vestido rosa que llegaba a sus rodillas y camino hacia mi, pude ver sus piel descalzos con una linda pedicura.

-Hola Jennifer, cuanto te extrañe- dijo mi tía abrazándome.

-Yo también te extrañe tía- dije, entonces imaginé la risa de toda mi familia si estuvieran viendo este momento.

-Casi nunca vienen- me dijo- ¿Y tus hermanos?

No se si empezar mi venganza en ese momento y decirle a mi tía que no querían verlos porque son muy irritantes o ir por el camino del bien y mentir

-Están haciendo un proyecto- elegí la segunda opción- Pero ustedes nunca vienen deberían de ir un día,  a nuestro cálido hogar- Claro está que ése día yo no estaré.

Mi tía solo sonreía hasta que notó mis maletas.

-Oh... Juan, puedes enseñarle su cuarto a Jennifer-Grito amablemente mi tía-, aunque no entiendo porque la llevaste contigo, no la necesitarás- yo no le presté mucha atención,  entonces apareció un hombre de mediana edad vestido como camarero con postura firme. Juan tomó mi maleta y la llevó a un cuarto, yo lo seguí. Abrió la puerta y mostró una gran habitación rosa, Dios, todo era rosa, me imagino que hasta el retrete era rosa, tanto rosa me estaba mareando, este parecía el cuarto de una princesa, tal vez cuando tenía unos 7 años me hubiera gustado... a quien engaño nunca me gusto el rosa

Juan dejo la maleta en mi cuarto

-Gracias, Juan-Dije con una sonrisa amable

-No me llamo Juan-Dijo, luego me extendido la mano-Mucho gusto soy Trock - Dijo, yo tomé su mano

-Jennifer-Dije-¿Por qué mi tía te llama Juan?-Pregunté con una sonrisa divertida

-No lo sé- dijo, colocando mi maleta en el armario- Hasta luego, Jennifer- dijo y con ésto se retiró.

Así paso el día,  pronto vi a Taylor,  el joven peli rojo que no cambia en nada, los ridículos discos de opera, lo único que había en la Tv eran canales de opera, u obras de opera, comida vegetariana que nunca comí,  y por eso me estaba muriendo de hambre,  había pedido una  pizza hace media hora, y todavía no llega.

Estaba recostada en mi cama, la hora de dormir había sido a las 10:00pm por lo que supongo deben estar durmiendo, tenía puesta una ridícula pijama de conejos que en la parte de atrás tenía una bola de algodón, Vanesa, pasa a las 9:55pm por todos los cuartos verificando que todos tengan puestos sus "trajes de dormir".

Tocaron la puerta, agradecí que no fue el timbre, supuse que era la pizza, entonces baje corriendo las gradas, y volvieron a tocar.

-Espere- susurre detrás de la puerta. Fui por las llaves y abrí,  un sexy chico de cabello castaño y ojos verdes, estaba afuera con un uniforme ridículo que llevaba mal puesto, él me miró de pies a cabeza,  yo solo sonreí.

-Su pizza- dijo él chico con una sonrisa de lado. Yo recibí la pizza, pude oler el delicioso aroma de pizza desde la caja.

-Son quince dólares- dijo.

-Llegaste tarde, es gratis- le avise.

-No, nuestra empresa no hace ese tipo de tratos- me dijo.

-Pues, esta clienta si- respondí,  casi que gritando, entonces escuché pasos por la escalera, rápidamente cerré la puerta y me tire encima de él, caímos en varios arbustos, pero me aseguré de guardar bien la pizza.

-¿Qué...?- dijo.

-Shh.

-No, par...- me empezaba a decir. Mientras me cogía para quitarme

-Cállate- le ordene,  pero él no hizo caso,  entonces le dí un beso para obligarlo a callarse,  si mi madre se enteraba que desobedecí las ordenes de mi tía,  hay una posibilidad de 101% que me matará, él introdujo su lengua,  oí que abrieron la puerta,  me separe de él, y puse mi mano en su boca.

Oí los pasos de unos tacones que pasaron cerca a nosotros, me asomé y vi a Pilar, vestida de negro de pies a cabeza, su cabello suelto,  se subió a una camioneta negra y desapareció de mi vista,  me paré y puse la pizza frente a la casa, el repartidor también se paró, yo le di una bofetada, él volteo su rostro y puso una mano en su cara.

-¿Qué te pasa?- me gritó.

-¿Qué te pasa a ti?- le grité más fuerte.

-Oh, que una chica que ni siquiera sé como se llama, no quiere pagarme, me tira al suelo, me besa y me pega una cachetada y ni siquiera sé porqué- me dijo, haciéndome quedar como una loca.

-Pues tu metiste tu lengua- dije a la defensiva.

-Okay, lo siento- me dijo. Traté de entrar pero mi querida prima cerró la puerta con seguro.

-Genial- me queje-Ya que por tu culpa me quedé afuera,  me vas ayudar a entrar- dije, cuando estaba parada frente a él.

-Okay- dijo sonriendo -¿Cuál es el plan?.

- No hay plan, vamos a llamar a Trock- dije caminando, para llegar atrás de la casa, cerca al cuarto de Trock,  él me siguió. Grité su nombre en susurró, pero no hubo respuesta,  lo hice varias veces, mientras el repartidor lanzaba piedras a su cuarto, piedras que nunca tocaron la ventana.

-Trockito- repetí,  él solamente se río. -Qué te da risa...- planeaba decirle su nombre pero no lo sabía.

-...Andrés- me dijo con su patética sonrisa y una piedra en su mano lista para lanzar- Me da risa tu cola me dijo, mi cara automáticamente se ruborizó, estúpida pijama.

Ya no quedaba de otra más que sentarme a esperar, con la compañía de Andrés,  lo invité a la fiesta de Tylor y él empezó a hablar del beso, entonces cogí la piedra con la que había estado jugando todo este tiempo, y la lancé rompiendo el vidrio de la cocina, un ruido espantoso y ensordecedor se desató.

-La alarma- grité,  nos paramos inmediatamente. Él tomo mi mano, y me llevó frente a mi cuarto,  me subió a un árbol, algo que le costó tiempo debido a mis habilidades como simio,  si, esas las que están en desarrollo,  luego subió él, sacó algo de su bolsillo y abrió la ventana, me tiro por la ventana, yo solo cerré la ventana,  sin darle importancia a Andrés. Salí del cuarto y baje las escaleras, fingiendo estar alarmada,  ahí me encontré con mis tíos, Tylor y Trock, mirando la escena.

-¿Qué ha pasado?- dije,  mirando el daño que había causado.

-Un vándalo,  ha roto la ventana- dijo Ezequiel.

-Alguien,  ha visto a Pilar- dijo Tylor, creo que él sabía perfectamente donde estaba.

-Pilar está en mi cuarto,  como primas unidas que somos, decidimos contarnos todo... Algo de mujeres que no entenderías- mentí, Vanesa y Ezequiel habían caído en la red de mi engaño.

-Nena, deberías ir a tu cuarto,  nosotros arreglaremos todo- dijo Vanesa,  yo asentí y como buena chica, subí a mi cuarto a disfrutar de la noche.

MI GRAN FAMILIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora