La Ciudad De La Alegría

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John se bajó del animal, estaba un poco mareado de tanto zigzag. El reptil desapareció sin decir adiós, y John se quedó solo sin saber si entrar o no.

Veinte minutos después, John decidió entrar, estaba decidido, se iba a vengar.

Entró sin mirar ni un segundo atrás y, pensando que la ciudad sería viva y que todos convivían en paz, se aventuró en la ciudad de la alegría.

Caminó durante unos cuantos minutos hasta que se encontró con algunos ciudadanos. Todos lo miraban de una manera extraña.

John iba vestido con ropas de escamas verdes, como las del color de sus preciosos ojos. Sus cabellos eran de color negro carbón y era liso. Sus labios, como los de su madre, eran de color rosado fuerte.

Los ciudadanos, tenían los ojos lila claro, como la gente que hicieron daño a su madre, y vestían ropas de un color claro, sin llamar la atención.

John se preguntó entonces, si la serpiente sabía que a su madre le habían dañado en aquel lugar. Pero no se lo pudo preguntar, porque se había ido hace tiempo.

John temía convertir a los ciudadanos inocentes en piedra, porque después de lo que le había explicado su madre, él, seguramente también podía convertir en piedras cuando miraba los ojos de la gente.

Caminaba por la ciudad tranquilamente y intentando evitar mirar la cara de la gente. Pero poco duró eso, porque de repente, alguien le aplacó,cayó al suelo y quedó inconsciente.

Cuando John se despertó, se encontraba entre rejas. Detrás de éstas, había un hombre vestido de uniforme que podía ser algo parecido a un policía.

El policía le miraba con ojos fulminantes y interrogativos. Al final, se decidió a hablar.

- ¿Que haces aquí? ¿Quien eres? Va, contesta niño - dijo el policía bastante enfadado.

- S-soy John, hijo de Medusa, y he venido a vengar a mi madre, haré lo que esté en mi mano para devolverle el orgullo aunque ya no esté... - la voz iba potente, hasta las últimas palabras, que fue cuando se le cortó la voz.

- Vuelve a tu casa y no vuelvas más por aquí, o no volverás a salir de detrás de estas rejas, nadie se cree que vayas a vengarla, ella podía petrificar mirando a los ojos de los demás, cosa que por lo que he podido ver, tu no - dijo el policía mirándole los ojos al chico que el también le correspondía la mirada.

De pronto, John se enfureció al decir esto el guardia, le miró con rabia, y al momento éste quedó petrificado.

Cuando por fin estuvo fuera, John siguió paseando, pero eso de ciudad de la alegría no tenía nada que ver con como era la ciudad, tenía tonos claros, pero los habitantes robaban, estaban todos magullados, habían muchos que se peleaban...

Pasó por delante de una escuela, de donde estaban saliendo chicos de su misma edad, de pronto, quedó embobado mirando a una chica, una chica que era diferente a todos los demás. Con diferencia a los ciudadanos, ésta, tenía la piel mucho más pálida y sus ojos eran de color rosado, su cabello era de un color rojizo parecido al del rubí.

Ambos se quedaron mirando en la lejanía.
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Bueno, no me esperaba que esto fuera así, pero no importa, ha quedado bonito xd, es pero que os guste. Siento si hay faltas de ortografía y muchas gracias por leer. Hasta prontooo :3.

El hijo de MedusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora