11

376 25 0
                                    

17, Septiembre
MADDIE POV

Deje el teléfono donde debía estar, y aún estaba en shock, por lo que aquel chico me había contado hace unos segundos, suspire, trate de calmarme y al estar nuevamente consiente de todo lo que sucedía a mi alrededor, salí corriendo del pequeño salón donde me encontraba, los pasillos del castillo se me hacían cada vez más largos y literalmente infinitos, pero a lo lejos logré divisar a Jace junto a Amara, conversando de quien sabe qué.

—Maddie—Jace dijo mi nombre en voz alta, y la pelirroja volteó a verme.

— ¿Estas bien? —Preguntó ella, me detuve, recuperé el aire que había perdido.

— ¡Joe! —Grité con todas las fuerzas y sin esperar mucho tiempo, él salió algo asustado por mi grito.

—Su majestad—Se paro justamente enfrente de mí.

—Debes llevarme al lugar de la reunión de Thomas...

—Señorita Maddie esa reunión es privada—Comentó con rapidez.

—Necesito ir lo más rápido posible a ese lugar—Los chicos no estaban entendiendo absolutamente nada, pero al darse cuenta de que debía hablar urgentemente con Thomas, se ofrecieron en acompañarme.

—Su majestad—Joe estaba indeciso en hacer lo que le pedí.

—Por favor—Estaba realmente seria, y podría decir que los había asustado.

—Nosotros te acompañamos—Jace comentó y Amara estaba detrás de él.

—Okay—Fue lo único que pude decir.

Joe llegó con uno de los autos, y nosotros tres nos subimos en este, aceleró al estar ya adentro, y mi pierna comenzó a moverse con rapidez, tenía nervios, demasiados, pero debía mantener la compostura, jamás había sido aquella persona "Intermediaria", para decirle a alguien que un familiar ha muerto, no sabía cómo decirlo. Jace, coloco una de sus manos sobre mi pierna para que me detuviera, traté de sonreírle, pero fue imposible.
El tráfico estaba comenzando a inundar todas las calles, quedando atrapados a un par de cuadras del lugar donde Thomas y el Rey Connor se encontraban.

— ¿Que está pasando? —Pregunté con nervios.

—Creo que hubo un accidente—Comento Joe—Iré a revisar—Se deshizo de su cinturón de seguridad, abrió la puerta y salió del auto.

—Maddie—Jace llamó mi atención— ¿Que sucede? —Podía notar que estaba preocupado por mí.

—La tía de Thomas acaba de...fallecer—Amara abrió los ojos de la sorpresa, al parecer la conocía.

— ¿La señora Julieta? —Aún no podía creer lo que yo le estaba contando.

—El chico que llamó no me dijo su nombre—Levanté mis hombros, y al darme cuenta de que Joe se estaba demorando, decidí salir del automóvil.

—Maddie—Dijeron ambos al mismo tiempo, cuando me vieron abrir la puerta.

—No puedo esperar más tiempo—Susurré—Literal no puedo controlar este tipo de cosas—Me quite con rapidez los tacones.

—Maddie ya vamos a llegar—Amara estaba preocupada por mí, algo que nunca pensé que sucedería, después de haberme confundido con una de las criadas, el primer día que la conocí.

—Debo decirle—Fue lo último que dije en ese preciso momento, tomé aire y salí corriendo del auto.

El aire golpeaba mi rostro con suavidad, y me refrescará de vez en cuando. No sabía exactamente a donde me dirigía, pero tampoco podía quedarme en el automóvil esperando a que se solucionará todo ese problema. Nunca había hecho estas cosas por nadie, no se había presentado la ocasión, y Thomas me hacía hacer cosas que jamás pensé en hacer. Mis pies ya comenzaban a doler, específicamente los talones, no estoy acostumbrada a correr mucho.
El accidente también había detenido a los autos que pasaban por las calles, los logré evadir, la gente se quedaba observándome como una completa extraña, y muy poco eran los que me habían visto en la televisión o en alguna parte, murmullos como "Ahí va la princesa",  y dedos señalándome, eran pocos los que me encontraba en medio de la calle, un semáforo estaba en rojo, y ni siquiera me detuve, corrí sin parar, pero al hacerlo el aire se esfumó de mis pulmones, necesitaba recuperarlo, me sostuve del semáforo que había, y esperé, algo que no quería hacer, pero estaba obligada a hacerlo. Pero como una verdadera señal divina, al levantar la mirada, pude divisar a lo lejos al Rey Connor y Thomas saliendo de un edificio enorme y elegante. "Debo hacerlo", eran las dos palabras que inundaron mi cabeza, tomé todos los impulsos que aún me quedaban y retomé mi carrera hacia Thomas. Mis pies quemaban, pero él debía estar con la familia, que al parecer era de su madre, ya que, si fuera por parte del Rey Connor, ya sabrían acerca de esto.

— ¡Thomas! —Grité, el volteo a verme confundido, estaba sorprendido de verme correr hacia él, descalza, y con mi ropa demasiado sudada.

— ¿Maddie? —Aún no se lo podía creer, y yo caí literal entre sus brazos.

— ¿Maddie estas bien? —Se acercó el rey, igual de sorprendido que yo.

—No...no...contestabas tu teléfono celular—Estaba recuperando todo el aire que había perdido.

—Estaba en una reunión importante—Contestó—Pero eso no explica por qué estás aquí—Comentó.

—Yo...yo...solo...quería...—Me detuve, tomé una gran bocanada de aire, necesitaba calmarme y recuperarme para poder darle esa fatídica noticia.

—Maddie—Thomas sujetó mi mano—Viniste hasta aquí para...para... ¿Terminar conmigo? —Su pregunta no venía al caso, pero su rostro mostraba tristeza.

—Jamás te haría eso—Susurré, ya había recuperado todo el aire perdí en esa "Pequeña" carrera—Un chico llamó al castillo...y....me dijo que tu tía había fallecido—Su rostro aun mostraba tristeza, me acerqué hacia él y lo abracé, el correspondió ese abrazo, y varias lágrimas comenzaron a salir de sus ojos.

— ¿Viniste hasta aquí por darnos aquella noticia? —El Rey no se lo podía creer, estaba triste por la noticia de su ex cuñada, pero la sorpresa no desaparecía de su rostro por lo que yo había hecho.

— ¡Maddie! —Escuché la voz, de una chica, y el auto donde venía en un principio, se había estacionado en la carretera.

—Vamos—Tomé a Thomas de la mano, y los paparazzis no dudaron en abalanzarse sobre nosotros.

Varios guardias del Rey nos protegieron, corrimos hacia el auto, Thomas y yo nos encaminamos hacia el auto que los había traído a la reunión, mientras que Amara y Jace, de adentraron al automóvil que Joe estaba conduciendo, y el Rey subió con nosotros dos. Nadie dijo algo en el trayecto de aquel lugar hacia el castillo, Thomas tenía su cabeza recostada sobre mi hombro, mientras que nuestras manos estaban entrelazadas. Joe decidió por obvias razones no pasar por el mismo lugar de hace unos minutos, así que nos dirigimos por otro camino, que no se si estaba más cerca o lejos, no le presté atención. Se detuvo el automóvil, los chicos se bajaron, hice lo mismo y Thomas también. Comenzamos a caminar hacia el interior, Cameron, Jane y Arthur noes estaban esperando en la entrada del palacio, preocupados, pero aún no sabían exactamente lo que estaba sucediendo.

— ¿Porque traen esas caras largas? —Cameron fue muy imprudente, y Amara lo observó con rabia.

Thomas y yo seguimos con nuestro camino mientras que los demás caminaban detrás de nosotros, nos adentramos hacia el pasillo donde estaban nuestras habitaciones, ya estábamos solos, sin que nadie siguiera haciendo preguntas, o cosas sin sentido. Tomé la perilla de su habitación, la gire y empuje, me adentre y el me siguió, camino hasta su cama, se sentó en el borde, en situaciones como esta no sé cómo alegrar un poco a las personas, en vez de eso la tristeza también comienza a invadirme.

—Vamos a empacar—Susurré, me adentré en su armario y saqué una pequeña maleta.

— ¿Vas a estar conmigo? —Su pregunta me llego al corazón, más por el tono de voz que utilizo, deje lo que estaba haciendo y me encamine hasta la cama, específicamente al lugar donde él se encontraba.

—Por siempre y para siempre estaré contigo—Susurré, me acerqué y le di un beso en los labios.

—Jamás me dejes—Comentó.

—Jamás—Respondí y esta vez fue él quien me besó—Empacaremos primero tus cosas y después iremos a mi habitación—Sonreí, Thomas lo intentó, pero no le salió.

JACE POV

Todo esto parecía una verdadera locura, Amara me había comentado que obviamente Maddie iba a ir con Thomas a ver a su tía, y que necesitaba que su asistente personal estuviera con ella para darle apoyo emocional a ambos, pero eso no fue todo, según lo que Amara me había dicho por teléfono, ella estaba empapando sus cosas en una maleta de color negro, aunque estaba literalmente dudando en que todo entrara en una sola maleta, y yo aún no sé cómo estaba metido en este asunto, la pelirroja tiene un gran poder de persuasión. Joe, el chófer de Maddie me había traído a mi pequeño departamento, donde estaba guardando un par de prendas en una maleta, no tan nueva, y tampoco de diseñador, suspire. Con todo listo, salí, y aquel hombre se acercó para ayudarme.

—Gracias—Sonreí.

—No es nada—Contestó.

Ambos nos dirigimos hacia el interior del vehículo, nos colocamos los cinturones de seguridad, en menos de dos minutos, ya estábamos en marcha. Tuvo que hacer un recorrido más largo, para evitar el tráfico que tiempo atrás habíamos presenciado con la pelirroja. Saqué mi móvil, tenía tres solicitudes de seguidores en Instagram, sonreí de la emoción, pero al entrar en la aplicación, aquella "Alegría", se esfumó, al darme cuenta de que una era de un restaurante de comida coreana, otra era de un gimnasio, y la última parecía ser una cuenta de memes. "Ningún chico interesante", mi subconsciente estaba igual de decepcionado que yo. Salí de la aplicación, apagué el móvil, levanté la mirada, ya estábamos dentro de la carretera que nos llevaba en dirección al castillo, y fuera de este ya se encontraban la pelirroja de cabello corto, junto al castaño, con un par de maletas.

—Creo que esto se volvió unas vacaciones para algunos—Aquellas palabras salieron de mi boca, me avergonzó el saber que Joe escucho lo que había dicho.

—No pudo decirlo mejor—Sonrió, dándome la razón, nos detuvimos y me deshice de mi cinturón.

—Gracias—Le dije y me bajé del automóvil.

Aquellos chicos me observaron por unos segundos, pero luego se les olvidó mi presencia, en especial la pelirroja. Comencé a subir con lentitud las escaleras, y al estar enfrente de la enorme puerta, pude ver como Cameron, se estaba dirigiendo hacia afuera, dejó de hablar con quién sabe por su teléfono celular, lo guardo en uno de sus bolsillos, levantó la mirada, y cuando se cruzó con la mía, me hice el estúpido, clave mi mirada sobre el suelo y seguí caminando hacia el interior del castillo, no estaba viendo a Cameron, pero cuando nos cruzamos el me detuvo con sus palabras.

—Jace... ¿Verdad? —Me preguntó mi nombre, traté de que no me diera un terrible ataque de nervios en este lugar.

—Este...si—Tartamudeé, no podía cumplir la promesa de los ataques nerviosos que me daban cada vez que él se acercaba o hablaba conmigo.

—Cameron—Escuchamos la voz de la que al parecer podía llamar mi salvadora. Ambos volteamos a ver de quién se trataba, y Amara estaba de pie a unos diez metros de nosotros dos, con sus dos maletas, una negra, como lo había dicho, y una segunda, más pequeña, de color rojo.

—No le estoy haciendo nada malo—Cameron al parecer estaba enojado por no dejarlo hablar conmigo.

—Si tu—Amara continuó con su camino, y en menos de unos segundos ya estaba a un metro de nosotros dos.

—Eres realmente insoportable—Cameron tomó su maleta y salió del castillo.

— ¿Te estaba molestando? —Preguntó la pelirroja con preocupación, como su yo fuera un niño pequeño.

—No—Contesté sin tantos ánimos, de que ella no me haya dejado hablar con Cameron, pero al mismo tiempo estaba agradecido de que me salvara de esa situación.

— ¿Me ayudas? —Preguntó con una cara de cachorro.

—Okay—Sonreí y ella también hizo lo mismo.

Caminamos hacia la salida, donde éramos cinco personas, con nuestras maletas listas, como si en verdad fuéramos a unas vacaciones, pero no era así. Pude observar cómo Amara miraba con odio a Jane, y Arthur, el tío de la pelirroja, la observaba de vez en cuando, sin que nadie se diera cuenta.  Estuvimos esperando unos minutos hasta que por fin Thomas y Maddie habían salido, ninguno entendía lo que estaba sucediendo hasta que el príncipe habló.

—Agradezco muchísimo que todos estén aquí...pero no quiero que tengan que llevar la responsabilidad de estar a mi lado—Comentó, pero había una persona que no iba a devolverse con sus dos maletas.

—Thomas—Amara llamó la atención de todos—Queremos estar contigo en este momento tan difícil—Parecía otra persona—Y para los que alcanzamos a conocer a la tía Julieta también es una pérdida para nosotros—Obviamente se refería a Jane y Cameron—Además no voy a devolverme con unas maletas que me constaron bastante en armarlas—Hay estaba la chica que todos conocíamos.

Al terminar su agradable discurso, el rey Connor apareció, se sorprendió de todas las personas que estábamos esperando, suspiró, sacó su teléfono celular y comenzó a hacer otra llamada. Tres automóviles aparecieron, tomé mi maleta, y una de las de Amara, bajamos las escaleras, y cuando ella se percató de que Jane, Cameron y Arthur iban a subirse en un solo auto, la pelirroja salió corriendo e interrumpió a Jane.

—En este auto nos iremos Jace y yo—Me señaló, y tuve que caminar más rápido—Lo siento—Sonrió con hipocresía y ambos nos adentramos al auto.

—Hola—Saludé al castaño.

—Hola—Él contestó aquel saludo.

—Tío—Amara lo saludó con seriedad, evitando a toda costa, comérselo con su mirada.

Jane y Cameron se habían subido en el segundo automóvil, donde el rey Connor también se encontraba, y en el último, Maddie junto a Thomas. Saqué mi móvil, revisé la hora y ya eran las doce en punto, escuché como mi estómago soltó un pequeño gruñido, tenía hambre y mucha, no debía pensar en eso, respire profundamente y trate de desviar mi atención en otra cosa, o en otra persona, no conocía para nada al tío secreto de Amara, y sinceramente necesitaba platicar con alguien, para olvidarme del hambre.

—Y....—Llame su atención— ¿Desde cuándo supiste que eras de la realeza? —Solté la pregunta sin querer, Amara volteó a mirarme con molestia, y Arthur la observaba a ella.

— ¿Por qué él sabe que soy tu tío? —Al parecer estaba molesto.

—Se lo conté anoche en el baile—Amara no parecía estar arrepentida de haberme dicho su secreto.

— ¿Alguien más lo sabe? —Preguntó con molestia.

—No—Saco un pequeño espejo de su bolsa de mano, y comenzó a observar su cabello y rostro— ¿Por qué te importa que lo sepan? —Ahora era ella quien estaba molesta—Algún día todos lo sabrán—Y en parte Amara tenía razón, los paparazzis son unos malditos vampiros chupasangre.

—No lo entenderías—Se cruzó de brazos.

Estaba realmente molesto y la pelirroja también se indignó, el resto del viaje hacia el aeropuerto, ninguno de los tres dijo nada, y el pobre chófer pudo por fin descansar de nosotros.

AfterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora