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17, Septiembre
MADDIE POV

El trayecto hacia Bois, había sido muy corto, el Rey Connor había pedido que un avión literalmente grande, nos esperara en el aeropuerto de Lymveur, y hace unos minutos, habíamos aterrizado en el antiguo lugar, donde había estado el castillo hace un tiempo. Los árboles no podían faltar, y todo era por el hecho de la exportación de madera hacia todo el mundo, los pobladores de este estado, cortaban un árbol, pero sembraban tres más.
Los chicos tenían una enorme sonrisa en sus rostros, a excepción de Thomas, debíamos dirigirnos hacia el lugar donde tenían a la tía de mi novio. Suspire y los chicos se acercaron, en especial Cameron con una enorme sonrisa en su rostro.

—Mis padres han accedido para que nos quedemos en nuestra casa de campo—Comentó, y yo simplemente sonreí.

Nuevamente tres autos estaban estacionados a las afueras del aeropuerto, Thomas y yo nos subimos juntos nuevamente en uno de los autos, no recordé como se habrán ido los demás, en estos momentos, Thomas es el que necesita toda mi atención. El auto comenzó a moverse, pasamos en medio de varios caminos rodeados de árboles, todo era muy hermoso, pero tampoco debía sobrepasarme, veníamos a un funeral, y no a las típicas vacaciones de las personas millonarias, solté un suspiro, y el auto se detuvo, en medio de árboles, podría asegurar que todo parecía alguna escena de una película de terror, pero no era así,  en menos de exactamente tres minutos, los autos comenzaron a moverse de nuevo, éramos el último de los tres, y al pasar, un enorme portón, se cerró detrás de nosotros. Una muy grande, y hermosa casa había invadido mi campo visual, "Hermosa", pensé, era bastante rústica, pero elegante y formal al mismo tiempo.  Todos comenzaron a bajarse de los autos, y junto a mi maravillosa sorpresa me acompañaban, Jace, y el amigo de Amara.

—Ven—Thomas tomó su maleta y la mía, para luego adentrarnos a la maravillosa casa.

—Todas las habitaciones están en el segundo piso—Comentó Cameron—Estas son las llaves de sus habitaciones—Se acerco primeramente donde nos encontrábamos—Esta es su llave—Estiro una pequeña llave dorada enfrente de nosotros.

—No nos vamos a quedar en tu casa—Comentó con molestia, soltó las maletas y salió de la enorme casa. Le brindé una sonrisa a Cameron, pero luego salí corriendo detrás de mi novio, obviamente.

—Thomas—Dije en voz alta, era bastante obvio que él me había escuchado, pero se hacía el duro, el molesto con todo el mundo—Thomas—Lo llamé de nuevo, me detuve, él no me prestó atención, oprimió un botón y el enorme portón se había abierto, y en menos de unos segundos él ya lo había cruzado, dejándome completamente sola.

Suspiré, me quité las sandalias que llevaba puestas, y mis pies estaban completamente rojos, la maratón que di esta mañana, me había dejado con mis pies totalmente adoloridos, quería ir con Thomas, pero no podía desangrarme por él. Camine con cuidado hacia una pequeña banca que estaba en ese lugar, estaba molesta conmigo misma, pero muy en el fondo con Thomas, aunque podía entenderlo, literal habíamos venido a este lugar por el funeral de su tía, y todo paso a ser más unas vacaciones improvisadas, por parte de todos.

—Maddie—Escuche la voz de Jace, este se acercó y me acompañó en la pequeña banca en la que estaba sentada— ¿Y Thomas? —Preguntó, yo tampoco sabía a dónde había ido, y eso me estaba carcomiendo por dentro.

—La verdad...no lo sé—Suspire, y Jace posó su mirada sobre mis desechos pies.

—Maddie—Estaba sorprendido al igual que yo, de lo que estaba viendo—Las locuras del amor—Susurró él y ambos comenzamos a reírnos de sus palabras.

—Las estupideces del amor—Nos detuvimos, levantamos la mirada, y una pelirroja con un short rojo demasiado corto, una camisa y tacones de color negro, y obvio no podía faltarle su típico color de labios...rojo.

—Amara—Levanté mis cejas y ella nos acompañó en la banca.

— ¿Y Thomas? —Preguntó la hermosa pelirroja.

—Ni idea—Me crucé de piernas sobre la banca de mármol, necesitaba que a ambos pies les diera un poco de aire.

—No vayas a ir detrás de él—Comentó, para luego sacar su teléfono celular—Necesito un recuerdo de esto—Estiro su mano, no sin antes haber entrado a la cámara de su móvil.

— ¿Qué haces? —Preguntó Jace, igual de confundido que yo.

—Una fotografía de este maravilloso momento—Amara hizo una pose que le salía bastante natural.

La pelirroja tomó su cabello suelto y lo partió en dos, para luego pasarlo sobre sus hombros, dejando que cayera sobre sus "Enormes" senos, mientras que Jace y yo solo sonreímos. El flash de la cámara nos invadió por prácticamente unos cinco minutos, ni más ni menos, mi boca ya estaba doliendo de mantener una enorme sonrisa en esta, y Amara tenía una pose de modelo, todas eran diferentes y en ninguna de las cincuenta o cien fotos que nos tomó, salía con la misma postura.

—Ya me duele la boca—Se quejó Jace, y fue el primero en dejar de sonreír.

—Está bien—Dijo con molestia, mientras apagaba su móvil y posaba su mirada sobre mí, con bastante seriedad—No vayas detrás de Thomas otra vez—Tomó mis manos, aún sin despegar su mirada de la mía—Corriste demasiado por contarle lo que sucedió—Señalo con su cabeza, el cómo tenía mis pies—Viniste a este lugar por él, para estar a su lado—Sonrió, pero aquella sonrisa no duraría ni más de tres segundos sobre sus labios—Se enojó con Cameron y literal se desquitó contigo...ya se le pasará, pero tú debes ser un poco más sería—En parte Amara tenía razón, luego de su motivadora charla, soltó mis manos y se levantó de la banca—A dentro hay muchísimas habitaciones...y a Thomas le encantaría dormir sólo—Sonrió y volvió a adentrarse a esa inmensa casa.

THOMAS POV

Después de tanto caminar, y al darme cuenta de que Maddie prefirió quedarse en aquella casa con los demás, en vez de venir a acompañarme, me hizo enojar un poco más, me sentía mal, quería llorar, pero no podía derrumbarse en medio de la nada. Suspire, seguí con mi camino, el cual no era demasiado, sabía que ya estaba a punto de llegar a la casa de mi tía, porque las pocas veces que venía a pasar vacaciones en la casa de los Griffin, siempre me daba una escapada y visitaba a mi primo y a mi tía, la nostalgia volvía a florecer dentro de mí, no podía aguantarme más, y al ver a lo lejos un letrero con el nombre de "Julieta, descansa en paz", caí de rodillas al suelo, un par de personas que estaban entrando a la pequeña casa, se asustaron al verme de esa forma, pero no podía culparlos, el ver a un desconocido haciendo todo lo que hago, me asustaría de igual modo.
Las lágrimas eran demasiadas, hasta que lo vi, un chico más alto que yo, con su cabello castaño, venía a ayudarme.

—Primo—Se acercó hacia donde yo me encontraba y logró levantarme del suelo.

—Mi tía...—No pude evitarlo y más lágrimas salían sin parar.

—Ya—Trataba de calmarme, pero en vez de eso, literal le contagie mi tristeza—Todo...todo va a estar bien—Sonrió, y de la nada una chica rubia salió en nuestra ayuda.

—Déjame ayudarte—Comentó, Eddy se limpió sus lágrimas y luego me llevaron hacia el interior de la casa.

Me sentía devastado, ya había perdido a mi madre, a mis abuelos, y ahora a mi tía, la única familia que tengo de mi madre es mi primo Eddy, y no quiero perderlo a él también.
Me acerqué con lentitud hacia el ataúd,  era mayor que mamá, pero tenía algo que me hacía sentir feliz a su lado, más y más lagrimas brotaban sin parar, estuve por lo menos unos diez minutos, llorando y observando lo hermosa que era.

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— ¿Una cerveza? —Preguntó con amabilidad, los dos nos encontrábamos en el garaje de su casa.

—Por favor—Contesté, saco dos cervezas de un pequeño refrigerador, las destapó y me paso una.

— ¿Y tú chica? —Preguntó con una sonrisa—Ella contestó la llamada que hice en el castillo.

—Si—Sonreí al recordar todo lo que Maddie había hecho para darme esta noticia.

— ¿Dónde está? ¿En el castillo? —Tenía demasiada curiosidad de conocer a Maddie, literal muchas personas que me conocen desde pequeño les da curiosidad, jamás había presentado a una chica cómo mi novia oficial, Maddie era la primera.

—Se quedó en la casa de los Griffin—Dije con molestia al recordar que ella no quiso venir conmigo.

— ¿No quisiste traerla? —Preguntó, para luego darle un gran sorbo a su cerveza.

—Ella...no quiso venir—Contesté con tristeza, y le di un sorbo a mi cerveza.

— ¿Ella te llamó? —"No", pensé.

—Ella literal corrió por toda la ciudad para buscarme—Al decir aquellas palabras una gran sonrisa se formó en mis labios.

— ¿Corrió por toda la ciudad para buscarte? —Preguntó, estaba igual de sorprendido que yo—Le importas—susurró—No todas las chicas salen corriendo por toda una ciudad para buscarte—Bebió de su cerveza—Si no le importaras ella hubiera preferido llamarte o esperar a que se encontraran en el castillo—Mi primo tenía toda la maldita razón.

—Me enojé con unos amigos y literal me desquité con ella—Me sentía mal por lo que estaba diciendo.

—Creó que la has cagado—Me levanté con rapidez y dejé la botella con media cerveza en una de las pequeñas mesas del lugar.

— ¿Podrías llevarme? —Estaba tratando de enmendar todo lo que había hecho hace unas horas.

— ¿Te gustan las motocicletas? —Preguntó levantando una ceja, y sonriendo con un poco de malicia, se levantó con rapidez y una gran sábana que estaba en medio del garaje, y una motocicleta de color negro invadió mi campo visual.

—Jamás me he subido en una—Comenté, aún sorprendido de aquella moto.

— ¿Te vas a subir? —Preguntó lanzándome un casco del mismo color.

—Si—Pasé un poco de saliva, de los nervios, me coloqué con rapidez el casco.

— ¡Winnie! —Mi primo dijo aquel nombre en un grito, y la misma chica rubia que me ayudó a controlarme apareció con una sonrisa.

— ¿Sí? —Sonrió.

—Llevaré a mi primo al lugar donde se están hospedando—Sonrió y ella hizo exactamente lo mismo.

—Cuídense—Abrió el garaje, mi primo se subió a la motocicleta.

—Súbete—Dijo, y con algo de nervios hice exactamente lo que él me estaba pidiendo.

Encendió la moto con rapidez, y con su mano derecha literalmente aceleraba como si de una carrera improvisada se tratara, pero jamás soltaba el freno, el humo salía con rapidez, e inundaba todo el lugar, suspire, gracias a los nervios que estaban instalados dentro de mi cuerpo. Cuando menos lo pensé, este soltó el freno, y ambos salimos disparados por la carretera rodeada de árboles.

JACE POV

Nuestra queridísima princesa, le había comentado a Cameron que quería quedarse en una sola habitación para ella, al parecer Thomas no había valorado en nada lo que Maddie había hecho por él, y en estos momentos está en su cuarto de baño, con los pies sumergidos en una gran taza llena de agua y cubos de hielo, no sé por qué, pero eso es lo que está haciendo, y según Amara, ella necesita estar espléndida, para lo que van a organizar esta noche.

—Iré por más hielo—Sonreí, le di un beso en la frente y salí del cuarto de baño, luego me dirigí hacia la puerta y salí de la habitación.

Por el pasillo no estaba absolutamente nadie, baje las escaleras con algo de rapidez, y el primer piso estaba completamente vacío, a excepción del rey Connor, el cual estaba esperando información acerca de su hijo Thomas, le brinde una sonrisa, y camine hacia la cocina, la cual también estaba desolada, pero no por mucho tiempo. La puerta trasera se abrió, no me presté atención de quién se trataba, pero cuando escuché su voz, y luego se sentaría en el mesón, justamente a mi lado.

—Por fin solos—Mi corazón se aceleró al escuchar la gruesa y un poco ronca voz de Cameron. Lo ignore y continúe con mi tarea de llevarle hielos a mi amiga— ¿No vas a hablarme? —Preguntó.

—No tenemos nada de qué hablar—Cerré el congelador, y nuestras miradas se cruzaron por unos segundos, hasta que yo volteé a ver hacia otra parte.

— ¿Aún vas a estar enojado por el traje? —Al parecer él jamás entenderá lo que me está sucediendo, y lo entiendo, solo un poco—Si es por eso yo puedo pagarlo—Se bajo con rapidez, camino hacia uno de los cajones de la cocina y sacó una especie de chequera.

— ¿Crees que todo se soluciona con dinero? —Él me ignoró, y continuó escribiendo en aquel trozo de papel.

—Toma—Estiro su mano, con aquel papel entre sus dedos—Así vas a dejar de odiarme—Aún mantenía su brazo estirado, suspire.

— ¿Estas ebrio? —No respondió, se acercó lentamente hasta que me acorraló contra la pared— ¿Qué haces? —Pregunté confundido y un poco asustado y sin pensarlo se abalanzó, callándome con un beso, pero no lo disfrute, sus labios sabían a alcohol, y le di un pequeño empujón.

—Toma el maldito cheque—Dijo en voz alta.

—Okay—Me acerqué, tomé aquel trozo de papel, y lo rompí.

Tomé el recipiente con cubos de hielo que había sacado, pero la mitad ya se había convertido en agua congelada. Estaba enojado y no quería subir a la habitación para preocupar a Maddie, arrojé todo en el lavaplatos y salí de aquel lugar. Quería explotar, pero no podía, abrí la puerta de la casa principal y me encaminé hacia la pequeña banca donde me había sentado con Amara y Maddie anteriormente. Suspire, trate de calmarme, mientras escuchaba los gritos y risas de los chicos en la piscina, el lugar era muy bonito, agradable, y mientras observaba aquella enorme casa, en medio de un bosque hermoso,  el portón se abrió de la nada, el rugido de una motocicleta hizo su aparición, dos chicos venían en aquel medio de transporte, el chico de la parte trasera, se quitó su casco, y la melena castaña de Thomas hizo su presencia, salió corriendo sin importarle absolutamente nadie.

—Me podrías decir la hora—Escuché demasiado cerca de mí.

No sabía exactamente de quien se trataba, hasta que el otro chico estacionó su motocicleta enfrente de mí, se bajo de esta, y se quitó el casco. Era muy lindo, cabello castaño, ojos marrones claros, un cuerpo de gimnasio, tonificado y fornido, con una pequeña sonrisa que lograba equilibrar todo lo que había dicho anteriormente, parecía aquel típico chico malo, pero con su sonrisa se veía realmente tierno, y su estatura era impresionante.

—¿Podrías regalarme la hora? —Preguntó de nuevo, se sentó a mi lado y no dejaba de verme.

—Este...—Los nervios ya se había hecho presentes—Son las...—Saqué mi móvil con rapidez, traté de calmarme, lo encendí—Son las...seis y treinta—Apagué el móvil y clave mi mirada en el suelo.

—Me llamo Eddy—Estiro su brazo para presentarse.

—Ja...Jace—Estreche su mano durante unos cinco segundos más o menos, hasta que yo termine con el saludo.

—Ja...Jace—Soltó una pequeña risita— ¿Te conozco de alguna parte? —Preguntó con mucha curiosidad.

—Tal...tal vez—Ya me había convertido en aquel chico tartamudo.

—Tal vez—Sonrió, levantó una de sus manos, comenzó a acercarla con lentitud, hasta que por fin llegó a mi mejilla—Eres muy lindo—Susurró, mientras acariciaba lentamente mi cara, pero fuimos interrumpidos por un grito de mi amiga la pelirroja, y un poco asustado, él bajo su mano con rapidez.

— ¡Eddy! —Amara comenzó a caminar hacia nosotros, y al estar cerca, Eddy se levantó para darle un beso en la mejilla.

Luego los demás chicos aparecieron, Cameron, Jane y Amara ya lo conocían desde hace mucho tiempo, él al parecer era un completo extraño para Arthur, Maddie y yo, "Un extraño que acariciaba tu mejilla hace unos segundos", intervino mi subconsciente, sacudí mi cabeza, me levanté de la pequeña banca, y como si no existiera, me marché, nadie se dio cuenta, a excepción de Cameron, que me observaba con un rostro de "Arrepentimiento", seguí con mi camino, hacia quien sabe dónde.

AfterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora