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31, Octubre
AMARA POV

Me había alejado del drama por un momento, necesitaba arreglar mis dramas, suspire, las personas en la fiesta estaban disfrutando de aquella noche, pero algunos no la estábamos pasando tan bien, mi mirada se topó con un Jace realmente aburrido, mientras observaba a Cameron, "Hijo de puta", pensé, y a lo lejos logré ver como Arthur y Jane estaban bailando la canción que sonaba por todas partes, cerré mi mano en un puño, lo apreté tanto, que sin darme cuenta estaba lastimándome. Sacudí mi cabeza, respire profundamente, y al terminar el cantante la canción, me acerqué un poco hacia el lugar donde él estaba, pero aún se encontraba al lado de la pelirroja, hasta que ella decidió irse, por quien sabe que, no desaproveche la oportunidad y me acerqué, como toda una diva, lo cual soy.

—Hola—Saludé con una sonrisa, pero al parecer a él no le agradaba mi presencia y no entiendo el porqué.

— ¿Qué quieres? —Preguntó un poco a la defensiva, era bastante obvio que Arthur no quería hablar conmigo.

— ¿Que te pasa? —Pregunté confundida.

— ¿Qué quieres? —Preguntó de nuevo, con un tono de voz lleno de molestia.

—Dios—Susurré, tomé su mano y aún sin que él quisiera, sabía exactamente qué algo dentro de él aún quería estar conmigo.

—Amara—Se deshizo de mi agarre, pero lo único bueno era que ya estábamos en un pasillo rodeado de soledad.

Me abalancé sobre él, subí mis labios sobre los suyos, y este beso era lo que nos hacía falta a ambos, Arthur no se negó y correspondió mi beso, sus manos bajaron hasta mi cintura, mientras que las mías subían hasta su cuello, comenzamos a caminar hacia atrás, hasta que la espalda de él chocó con una de las paredes. Pequeños jadeos salían de nuestra boca, y era obvio que ambos queríamos tener sexo ya, ahora, pero eso jamás volvería a suceder, se detuvo, me observó con tristeza y nos separamos sin despegar nuestras miradas.

— ¿Qué pasa? —Pregunté confundida.

—Soy tu tío—Respondió con seriedad—No podemos darle al mundo un escándalo como esté—Dijo con tristeza.

— ¿Aún crees que soy de esas chicas que les importa el qué dirán? —Pregunté con decepción.

—Amara yo...

— ¿Que están haciendo? —Tenía que llegar la persona más irritante del mundo.

—Nada que te importé—Contesté con unas inmensas ganas de darle un fuerte puñetazo, pero no, literal me contuve.

—No...no estamos haciendo nada—Contestó Arthur.

— ¿Crees que él estará contigo? —Preguntó Jane con unas ganas de reírse.

—Jane—Arthur quería que ella se detuviera, pero la pelirroja se estaba haciendo la sorda.

—Lo que ustedes están haciendo se llama incesto...y esto pondría a la realeza de Villandry en el puto ojo del huracán—Ella se acercaba cada vez que decía una palabra, hasta que logró encerrarme contra una de las paredes.

—No soy como tú—Sonreí con malicia—Me da igual todo lo que piensen los demás...Amo a Arthur, pero...—Observé al castaño, tenía una mirada llena de tristeza—Tú ya lo embrujaste—Volví a posar la mirada sobre la pelirroja.

—Eres una hija de puta—Comentó con rabia—Por eso tus padres te odian...eres una maldita hija de...—La callé con un fuerte bofetón, pero eso no era lo que yo tanto quería, cuando estaba a punto de darle su puñetazo, ella se echó para atrás y se refugió en los brazos de Arthur.

—Espero sean felices...y cuando tu—Señale a Jane—Decidas salir del clóset...celebraré por ti—Sonreí con hipocresía y me marché de aquel lugar, con rabia, tristeza y odio hacia ambos.

EVELYN POV

Ahora no sabía que más hacer, literal estaba completamente sola, sentada en los escalones de gigantesca entrada del castillo. Saqué uno de los cigarros que llevaba en mi mochila, lo encendí, inhale todo el humo que podía, y luego lo arroje si piedad, aunque sea esto me estaba calentando bastante, le di otra inhalada de humo al pequeño cigarro, hasta que sin querer escucho como un chico y una chica salían discutiendo del palacio. Disimulé, seguía con mi cigarrillo, hasta que sentí como aquellos dos habían salido, sin dejar de discutir.

— ¿Por qué tienes que ser tan vengativa? —Le preguntó el chico a la chica, y al parecer no se habían percatado de mi presencia.

— ¿Aún la amas? —Preguntó la chica, y el silencio por parte de aquel chico, lo contestaba todo, sonreí por el pequeño show que estaban dando, sin importarme nada, di la vuelta, y me sorprendí al encontrarme a las personas que jamás creí ver en esta situación.

— ¿Problemas en el paraíso? —Pregunté, y ambos se quedaron viéndome, era obvio que el chico no me conocía, pero la chica sí.

— ¿Qué haces aquí? —Preguntó la pelirroja olvidándose por completo de su pelea con aquel chico.

—Thomas me ha corrido del castillo—Contesté con la verdad, para luego arrojar la pequeña colilla en el piso.

— ¿Son amigas? —Preguntó el chico, mientras pisaba la colilla con la punta de mi tacón.

—Es la ex de Thomas—Susurró la pelirroja con algo de desconfianza.

—Ya me aburrí de esta fiesta—Me acerqué hacia el lugar donde ellos se encontraban.

—Pues vete—Contestó Jane.

— ¿Podríamos...irnos? —Susurré, tratando de convencerlos, ya que dentro de mi mente una pequeña idea estaba reduciendo, como si se tratara de un gigantesco diamante.

—No, no podemos irnos—Contestó la chica, mientras que el chico la observaba sin decir alguna palabra.

— ¿No estás aburrida de Amara? —Pregunté, y la rabia que tenía dentro de ella estaba a punto de desbordarse.

—Bastante—Respondió, como si se tratara de algún infomercial.

—Pues querida...eres la hija de los duques de...—No tenía idea de dónde eran sus padres.

—Brion...soy la próxima duquesa de Brion—Completo mi frase a medias.

—Tienes a este país a tus pies—Me acerqué hasta estar a unos centímetros de sus labios, lo cual logró colocarla realmente nerviosa.

— ¿El mundo está...a mis pies? —Preguntó con nervios.

— ¿Podríamos llevar la fiesta a otro lugar? —Estaba tratando se seducirla, sin saber si en verdad iba a aceptar.

—Yo si me quiero largar de este lugar—Comentó el chico con una enorme sonrisa.

— ¿Enserio? —Jane le preguntó al chico con algo de nervios.

—No aguantó estas fiestas—Respondió y comenzó a bajar las escaleras.

—Vamos—Estiré mi mano para que la aceptara—Nadie va a saber que nos fuimos—Susurré.

—Esta...está bien—La tomó y ambas bajamos con rapidez y cuidado aquellas escaleras.

Nuestra querida pelirroja llamó a uno de los autos de la familia real, y este accedió a llevarnos al mejor hotel de todo Lymveur. Nosotros tres nos subimos sin pensarlo, y el automóvil aceleró, hacia el único lugar donde en verdad encajamos. Dentro de mi cerebro repasaba varias veces el plan maestro que se había presentado en el último minuto, Thomas Hannover iba a ser mío otra vez, y nadie va a poder quitármelo, sonreí con malicia, hasta que el auto, después de un par de minutos, se estacionó enfrente de aquel lugar. Al bajarnos, el letrero "Hosting Reich", apareció, dándonos literalmente la bienvenida. Nuestra pelirroja, entro al lugar, seguida por nosotros dos, y como ya era demasiado tarde, no había absolutamente nadie en la recepción, a excepción de los trabajadores del lugar.

—Quiero una suite—Sonrió con amabilidad, y la recepcionista al verla, no dudo en hacer lo que ella quería.

—Señorita Haakon—Comentó, y con algo de nervios digito un par de números en su computadora.

—Toma—Jane sacó una de sus tarjetas, la chica la tomó con suavidad y canceló lo que efectivamente costaba una noche en ese lugar.

— ¿Desea algo de...comer? —Preguntó.

—Vino... ¿Tienes? —Preguntó con una sonrisa.

—Si...si señorita—La chica estaba asustada, jamás había atendido a alguien de la realeza.

—Sube unas cuatro botellas—Sonrió, tomó su tarjeta junto a las llaves del hotel.

Nos alejamos de la recepción, hasta llegar a uno de los ascensores, esperamos unos segundos a que la puerta se abriera, al entrar, la típica canción sonaba por todo el lugar, hasta que, sin esperar demasiado, y colocando en marcha mi plan, comencé con la primera fase. Me abalancé sobre el chico, subí mis labios sobre los de él, y no tardo demasiado en responderme, mientras que Jane simplemente observaba con algo de confusión. Las manos del chico, bajaron hacia mi cintura, hasta que el ascensor volvió a abrirse y tuvimos que detenernos.
Los tres salimos de aquel lugar, y caminamos por el largo pasillo, hasta que después de un par de segundos buscando aquel lugar, el chico, nos llamó, indicando que había encontrado la habitación, sonreímos, y Jane no dudó en abrir la suite, encendió las luces al estar dentro, mis ojos se abrieron al sorprenderme de lo enorme que era este lugar, un hermosos ventanal nos dejaba ver toda la ciudad, había una pequeña sala, un enorme baño, y la cama estaba en el lado derecho, rodeada de varias ventanas, "Hermosa", era en lo único que podía pensar mi mente en ese preciso momento, hasta que después me recordó el motivo de mi presencia en ese lugar. Sacudí mi cabeza, Jane había cerrado la puerta, tomé su mano y la del chico, dirigiendo los hacia la cama, sonreí y ellos no sabían qué iba a hacer.

— ¿Quieren un baile sensual? —Mordí mi labio, y me acerqué hacia el pequeño radio que había en la habitación, lo encendí y una canción realmente sensual y seductora estaba sonando en ese preciso momento, sonreí, y me acerqué nuevamente hacia ellos, hasta estar enfrente.

—Evelyn...no debes...—Ella se calló al verme bailar, mordía de vez en cuando mi labio inferior. Los dos tenían su mirada puesta sobre mí, mis movimientos los había hipnotizado.

Bailaba al ritmo de aquella seductora melodía, poco a poco baje el cierre de mi vestido, y con un poco más de seducción, me deshice de este, dejé que cayera hasta el suelo, dejándome en solo ropa interior, y obviamente mis hermosos tacones negros, sonreí con malicia, me encamine hacia un pequeño escritorio que se encontraba en la habitación, tomé la silla y la lleva hasta el lugar donde había dejado mi vestido, sonreí con picardía y me dirigí hacia Jane, le tomé una de sus manos y ella sin presentar alguna objeción, me siguió, hasta que la dejé sentada en aquella silla, pero cuando estaba a punto de comenzar su baile "Privado", la puerta comenzó a sonar, y los tres dirigimos la mirada hacia aquel lugar.

—Yo iré—Literalmente corrí hacia ese lugar, abrí la puerta, y me encontré con un joven, el cual se sorprendió de verme en ropa interior.

—Gracias—Dije, después de tomar el carrito donde estaban las cuatro botellas de vino, un par de golosinas, y un recipiente lleno de hielo, cerré la puerta y me acerqué de nuevo hacia la cama.

Deje el carrito a un lado, y me pare enfrente de Jane, la emisora era una de mis favoritas, ya que podría decir que solo transmitían canciones eróticas. Comencé a bailar, mientras tomaba sus manos y dejaba que ella tocara todo lo que quisiera, mientras que el chico no despegaba su mirada de nosotras. Con mi ayuda, Jane se levantó de la silla, y me deshice de su vestido, quedando en ropa interior al igual que yo, me acerqué y subí mis labios sobre los de ella, pequeños jadeos salían de nuestras bocas, sus ojos estaban cerrados, mientras besaba su cuello, con mis manos acaricie cada parte de su cuerpo, hasta llegar a su espalda, me detuve, y en un abrir y cerrar de ojos, me deshice de su sostén, ella se había asustado, pero le brinde una mirada de aceptación, para que ella hiciera exactamente lo mismo conmigo, y sin esperarlo, mis senos habían quedado liberados. Sonreí, y con delicadeza, dejé varios besos sobre su cuello, hasta dejar un breve camino hasta sus senos, sin esperarlo, besé cada uno de ellos y luego les di un pequeño mordisco, provocando que in fuerte gemido saliera de sus labios.
Ella tenía sus manos sobre mi cabello, volteé a ver como estaba el chico, y tenía sus manos sobre su miembro, solté una risita, subí nuevamente hasta los labios de Jane, y la besé. Me detuve y con un movimiento de mi cabeza, le señalé a su amigo. Ella entendió el mensaje y las dos caminamos hacia donde él se encontraba, lo levantamos y sin esperar comencé a besarlo, mientras que la pelirroja comenzó a quitarle su camisa, dejando ver un abdomen realmente exquisito, mordí mis labios y comencé a dejar besos en su pecho, Jane se había arrodillado, quitándole su cinturón, desabotono su pantalón, y de un solo tirón se lo quitó, dejándolo solo con sus boxers negros. Tomé a Jane de su hombro, y ella se paró, dejé que ambos se besaran, luego besé a la pelirroja y por último a aquel chico, un beso de tres no puede ser negado, y sin que ellos se lo esperaran, los acerqué hacia mí, para dejar un delicioso beso. Sonreí, caminamos hacia la cama y dejamos que Jane se recostara sobre esta, me encamine hacia el pequeño carrito, y tomé un par de hielos.

—Distráela—Le dije al chico y él con rapidez se abalanzó sobre sus labios.

Metí uno de los hielos sobre mi boca, y sin esperarlo, comencé a tocar su cuerpo con aquel trozo de agua congelada, lo pasé varias veces por sus pezones, algo que a ella le encantaba demasiado, y de vez en cuando salían gemidos de sus labios, baje sus bragas, y pase sobre ellas aquel pedazo de hielo, ella arqueo su espalda, y dejo salir un enorme gemido de sus labios, sonreí, y me levante, tome la mano del chico, y le señale la vagina de la pelirroja, sonrió, y sin esperar, accedió, bajo con lentitud, se deshizo de su braga, mientras que yo comenzaba a besarla.
El castaño estaba haciendo un buen trabajo con su boca, después de cinco minutos cambiamos de lugar, ahora era Jane quien estaba besando al castaño, mientras que él estaba recostado en la cama, me deshice de su ropa interior, y metí todo su miembro dentro de mi boca, el chico dio un pequeño gruñido, y eso significaba que mi experiencia le estaba encantando.
Estuvimos casi una hora, dándonos placer, increíblemente, con nuestras bocas y dedos incluidos, provocando que casi en un par de ocasiones, llegáramos al clímax, pero sinceramente, aún no era el momento, me levanté rápidamente de la cama, me acerqué a mi pequeño bolso, y saqué un condón, el cual estaba dañado, anteriormente lo había pinchado con una aguja, y también un pequeño frasco con gotas para dormir, me dirigí hacia el pequeño carrito y serví tres copas de vino, en una de ellas me había deshecho de todo el contenido del pequeño frasco.

—Vamos a brindar—Sonreí, me acerque hacia donde se encontraban los chicos, y le di la copa con aquellas gotas a la pelirroja, no quería que nadie nos estorbara en este momento, volví por la mía—Salud—Levanté la copa y la bebí de un solo sorbo, ambos chicos me siguieron.

Volví hacia la cama, destapé el condón con mis dientes, tomé el miembro del chico, para luego colocarle el anticonceptivo, sonreí, y sin esperar me senté sobre este, el mordió su labio, y mientras comenzaba a moverme con rapidez, la pelirroja lo estaba besando. Las embestidas pasaron a ser más rápidas, y en menos de cinco minutos Jane, había caído dormida sobre la otra mitad de la cama, mientras yo aún seguía follando con este chico. El tiempo pasaba con rapidez, y después de unos largos minutos, ambos habíamos llegado a l clímax, sonreí, estuve sobre él unos segundos, me dejé caer sobre su pecho, esperé bastante tiempo, pero luego, me levanté, tomé el condón, el cual no tenía nada adentro y salí disparada hacia el baño.

—Thomas va a ser mío—Susurré, para luego sonreír enfrente del espejo.

Espere unos segundos, salí de aquel cuarto, y me percate de que el chico también se había quedado dormido, recogí mi ropa interior, para luego guardarla en mi pequeño bolso, tomé mi vestido y me lo coloqué, los tacones jamás me los había quitado, sonreí, arregle mi cabello, y me marché, la primera fase de mi plan había dado resultado en un cincuenta por ciento.

AfterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora