En el invierno de 1423, la helada más intensa hasta donde se tenían registros mató a Danielle. La omega enlazada al príncipe Louis, alfa.
Él, sumido en una intensa depresión, cerró las puertas de su palacio para todos, al igual que su corazón roto...
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-No me dejes, por favor, no me dejes.
-Tranquilo Lou, todo estará bien, ¿si?
-Dan, por favor, no me dejes, no sé vivir sin ti amor.
Danielle Tomlinson yacía acostada en su cama, con su alfa llorando por su próxima muerte. Ambos sentían como su lazo poco a poco dejaba de existir, como se rompía, haciéndoles sentir el dolor más intenso que alguna vez hubieran sentido. El alfa lloraba por su omega a la que la vida se le estaba yendo como si de gotas de agua se tratase. Poco a poco y de la manera más dolorosa.
En su último aliento, la princesa profirió un suave "Se feliz Lou" y cerró sus ojos, para no volverlos a abrir.
El príncipe lloró, lloró por su omega, lloró por su lazo, lloró por su vida y lloró por su corazón, un corazón que estaba completamente destruido, roto.
El alfa negó con la cabeza repetidas veces. Sin poder creer que la vida se había llevado a su dulce compañera de vida.
-No, no, no, despierta, despierta Danielle, despierta por favor, ¡Danielle no me hagas esto! ¡Danielle! No amor, por favor no me dejes, te necesito. Te necesito.
Cuando cayó en cuenta que su princesa no despertaría más, salió corriendo de su habitación, para dar la terrible noticia a sus empleados de que su omega había muerto debido al terrible frío y su falta de capacidad para protegerla y cuidarla, como le había jurado a la joven.
Su mayordomo, Niall, un amable beta, se acercó con miedo al alfa.
-¿Está bien, señor?
-¿Cómo voy a estar bien? Mi omega acaba de morir y mi corazón murió con ella.
Calló un momento, mientras que Naill lo veía con pena y tristeza, pues la omega era muy amada por todos los sirvientes.
-Niall, avisa a todos los empleados de su muerte. Y ordena que las puertas de este castillo no se abran hasta nuevo aviso, para nadie.
-Como ordene, majestad.
Y así fue como, tanto el castillo como el corazón del joven alfa se cerraron, para todos, y no tenían motivo para abrirse de nuevo...
¿O si?
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