En el invierno de 1423, la helada más intensa hasta donde se tenían registros mató a Danielle. La omega enlazada al príncipe Louis, alfa.
Él, sumido en una intensa depresión, cerró las puertas de su palacio para todos, al igual que su corazón roto...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Louis se despertó agitado al no sentir al omega en sus brazos. Volteó hacia todas partes, nada. Ni rastro del rizado.
El alfa en su interior se estaba desesperando al no saber nada de éste. Gruñía de enojo, frustración y ansiedad.
Estaba listo para mover cielo, mar y tierra para saber dónde estaba su omega...
...hasta que lo vio salir del cuarto del baño, con una toalla enredada a la cintura y sus rizos color chocolate escurriendo agua.
Le sonrió felizmente a sus alfa, con un leve rubor extendiéndose por sus bellas mejillas.
-Hola.
Su voz se oyó como un susurro, quedo y rasposo, tímido.
-Omega, me has dado un susto de muerte.
-Oh...lo siento mucho Lou.
-No hay problema, ven aquí.
El Omega se dirigió a los brazos extendidos del alfa, quien aún se encontraba en la cama.
-¿Cómo estás?
Harry se sonrojó aún más y desvió la mirada hacia cualquier larte menos al alfa.
-Bien...
-¿Seguro?
El Omega asintió, mordiéndose el labio inferior.
-¿Que pasa? Háblame omega, confía en mi.
-¡Yo confió en ti!
El alfa se sobresaltó ante el grito de su pequeño Omega.
-No vuelvas a decir que no lo hago.
Harry estaba rojo de enojo. Su ceño está muy fruncido, casi haciendo ver sus cejas como una sola. Su boca tenía un puchero de enfado.
-No dije eso, Harry, cálmate.
-¡No me digas que me calme!
El Omega se paró de las piernas del alfa y salió furiosamente de la habitación, dirigiéndose a la suya.
Dejando a su paso un olor a enojo. Louis por el otro lado desprendía confusión.
No entendía nada, absolutamente nada.
Anoche estaban bien, habían congeniado en la cama, le había enseñado ciertas cosas y había cuidado de él. Todo estaba perfecto, habían dormido abrazados, con sus manos sosteniendo al omega del vientre...
El vientre.
A Louis se le ocurrió la loca idea de que puede que Harry pensara que no podía tener hijos o algo por el estilo y por eso había estado raro en la mañana.
Solo tenía una cosa clara, no tenía idea de que estaba pasando y tenía que arreglarlo ya. Bueno tal vez dos cosas claras.
Después de unos segundos de reflexionar que carajos hacer, se levantó de la cama y se puso una bata. Se dirigió a la habitación del omega, la cual pensaba quemar para que no regresara a ella y se quedara con él de por vida, para ver si encontraba ahí al pequeño enojón.
