CAPÍTULO DIEZ

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Tres días antes

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Tres días antes

Nadie podría salvarlo ahora. Estaba solo. Iba a morir solo.

Su cabeza empezó a dar vueltas, se sentía mareado, se sentía tan mal.

La mordida no dejaba de punzar, no dejaba de lastimarlo, desvaneciéndose, desapareciendo tan rápido como había llegado.

Y el Omega cerró los ojos, cerró los ojos y lo único que podía pensar era porque se había enlazado con una alfa a la que no amaba.

Y la respuesta llegaba tan rápido que lo aturdía.

Si no te hubieras enlazado con ella, no habrías tratado de escapar de los problemas y no habrías conocido a Louis.

Louis. Su Louis.

Cómo hubiera querido probar sus labios, aunque hubiese sido la última vez. Aunque nunca los hubiera vuelto a tocar. Hubiera querido pasar sus últimos días con él, pero no podía hacerle eso.

No podía hacerlo pasar por lo mismo dos veces, no podía hacerlo sufrir, Harry no podía lastimar a su otra mitad, porque eso lo hubiera matado más rápido que un lazo roto.

Y aún así sabía que el alfa estaría destrozado cuando se enterara que el había muerto.

Los siguientes tres días se basaron en dormir deseando poder olvidar el inmenso dolor que estaba sintiendo.
Viendo cómo la marca había desaparecido casi por completo, para solo dejar dos leves líneas amarillas. Viendo cómo su cuello estaba cada vez más morado, lleno de moretones y dolor. Sintiendo cómo su cuerpo poco a poco perdía toda su fuerza, como dejaba de poder mover su cuerpo, hasta que perdió por completo la consciencia.

Y ya no oyó a su alfa llegar corriendo por el pasillo.

Y Louis casi muere ahí mismo, viendo cómo Harry yacía desplomado en su cama, con el cuello moreteado y amarillo, los ojos hinchados y la boca seca junto con los labios partidos.

El corazón del alfa se detuvo, para que después un inmenso dolor lo atacara. Sentía como si estuviera viviendo lo mismo que hace tres años, pero intensificado.

Dolía tanto, dolía su corazón, dolía su alma, dolía su vida, dolía ver a su vida sin vida.

Porque desde que lo vio lo supo, él omega estaba muerto, o lo estaría en unos momentos.

Louis se lanzó hasta la cama, agarró el inerte cuerpo y lo pegó a su pecho.

No podía dejarlo ir, no quería, no quería una vida donde las sonrisas de Harry no estuvieran, donde sus rizos no revolotearan, donde sus ojos verdes lo hipnotizaran, donde su voz lo calmara, donde si sola presencia lo hiciera sentir el alfa más feliz y completo del mundo.
Simplemente ya no sabía cómo vivir sin Harry.

Harry. Su Harry.

Cómo hubiera querido probar sus labios, aunque hubiese sido la última vez. Aunque nunca los hubiera vuelto a tocar. Hubiera querido pasar todos los días de su vida con él. Pero ya no podría hacerlo.

In a heartbeat |l.s| (Omegaverse) #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora