Capítulo Trece.

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Cuando desperté estaba la habitación solo con la luz del monitor de placas. Una luz blanca y tenue, Park estaba sentado con unos papeles en la mano y una laptop en sus piernas.

-Puedes encender la luz, lastimaras tu vista.

Se giró a verme y sonrió.

-¿Cómo te sientes?

-Bien. ¿Cuánto tiempo llevo dormido?

-Cerca de seis horas, decidí que era mejor ponerte un relajante. ¿Te duele algo?

-No. ¿Tae?

-Se tuvo que ir a su congreso, tu guarura se quedó hasta hace rato, le dije que no despertarías hasta mañana, pero aun así se quedó, estaba preocupado. Mañana regresará.

Park se levantó dejando sus cosas en el sillón donde estaba, tomó mi brazo checo mis signos vitales, puso una lamparita en mis ojos y asintió.

-Duérmete, es tarde, no debes preocuparte por nada, yo te cuidaré.

Solo lo vi, me acarició el cabello un par de veces y caí nuevamente en un profundo sueño.

Al día siguiente, Park me trajo el desayuno, puso la charola en la mesa corrediza, en realidad no tenía mucha hambre, pero lo que menos quiero es que sepa, que no he querido comer y que aparte me produce dolor en el estómago, además desde ayer no como nada. Así que me puse a desayunar, no me lo quería terminar, pero Park no dejaba de verme y sabía que me estaba analizando, él estaba desde un principio analizando la situación de mi vida, tal vez este circulo en el que vivimos sea exagerado para algunas personas, y sé que no lo entienden, pero es mi mundo y no es que me guste precisamente, pero no tengo más remedio que vivir en él. Sigo sintiéndome molesto por haberlo orillado a esta situación, de una u otra manera ahora me preocupa Park, Tae es un hombre muy celoso, no entiendo cómo es que haya accedido a esta situación y menos en la manera en que lo hizo, bajo amenaza, porque si Park accedió fue solo por eso, fue muy incómodo que Tae me utilizara de esa manera, en verdad que sigo sin entenderlo.

-¿Ya no tienes hambre?

-No, no tengo hambre, me siento cansado.

-Me imagino que sí, ¿Te parece si te bañas y después descansas?

-Debes ir a trabajar ¿no?

-...Estoy de tiempo completo para ti.

-Tae arregló todo ¿no es así? Ya no podrás ver a tus pacientes.

-Tú eres mi paciente.

-No me refería a eso, lo sabes.

Park suspiró, echo su cabello hacia atrás y caminó por la habitación, no estaba molesto, más bien estaba frustrado.

-Puedo preguntarte ¿Qué tantas influencias tiene tu prometido? ¿Sólo se maneja por la cantidad de dinero o conoce a mucha gente?

-No lo sé... No lo conozco.

Park se giró a verme y viéndome de una manera preocupante.

-¿Cómo que no lo conoces? ¿Cuánto llevan saliendo juntos?

-Algunas semanas.

-¿Algunas semanas? ¿Y están comprometidos?

-Soy la dote, este compromiso se hizo incluso antes de que naciera.

-De verdad que no entiendo, esta sociedad tuya... ¿puedes conocer a alguien más?

Me dio risa su pregunta, pero no quería insultarlo, él no tiene la culpa de no saber de esta sociedad.

Puro de corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora