Epílogo.

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4 años después

Violetta

Salgo del aparcamiento dirigiéndome a la guardería para recoger a los mellizos, suspiro cuando veo que estoy en la cola del tráfico. Froto mi gran barriga al ver que está se mueve, la nena se mueve en mi interior.

Si estoy embarazada.

Llevo con ella seis meses y es tan lindo y a la vez de feo, me encanta cuando se mueve y a ella le encanta la voz de su padre. Pero mi cuerpo a empezado a deformarse y mis pechos están gigantes, alguna ropa no me queda y eso me pone de muy mal humor, siempre ando de mal humor. Recuerdo que el sábado pasado mi prometido llegó tarde a casa y oliendo a un fuerte perfume de mujer, tiré como pude toda su ropa afuera llorando, me encontraba tan furiosa que antes de que lo echara por completo empecé a molerlo a golpes y el estupido no paraba de reír para luego decirme que era el perfume de su madre. Ese día me sentí tan mal.

Al llegar a la guardería solo quedan cuatro niños junto a Dann y Daenerys, mis pequeños hermanos al verme saltan de mera alegría acercándose a mi. Todavía recuerdo cuando llegaron al mundo un primero de enero los recibió frescamente.

*Flashback*

Pasamos toda la noche consumandonos mutuamente, al amanecer me encuentro desnuda con un cuerpo cubriendo completamente mi desnudez. Bajamos a desayunar tipo a las diez de la mañana, mamá y papá se encuentran degustando un buen desayuno. Tras decir buenos días nos sentamos a desayunar, Éfren me echaba miradas que lo único que hacían era calentarme y calentar mis mejillas.

Mamá se levanta a poner su plato en el fregadero cuando un líquido transparente bajo de su vestido bruscamente callendo al piso, mis ojos se abrieron a más no poder y Éfren que se encontraba frente a mí se desmayó.

—¡Oh Dios! ¡Rompí fuente! ¡Rompí fuente! —como buena hija corro hasta la habitación que decoramos para los bebés a sacar las pañaleras. Y bajo corriendo con la misma velocidad encontrando a un Éfren no desmayado y papá saliendo con mi madre en brazos con cara de asustado.

(***)

Fueron largas las horas de parto ya que mamá todavía no estaba lista. Pero fue hermoso que luego de cuatro horas Dann y Daenerys estuvieran con nosotros, esas dos pequeñas criaturas con cabellos castaños y piel rosadita fueran la nueva alegría del hogar.

*Fin del Flashback*

Y así fue como llegaron mis queridos hermanitos.

Bueno mi vida a los veintidós años es muy sencilla, estoy en mi último año estudiando Psicología y en unas semanas será mi graduación. Éfren tiene veintiséis años y ahora se a echo presidente de las empresas de su difunto padre. El día que murió en esa balacera en donde él también estaba se sintió miserable, porque el se encontraba ahí y no pudo hacer nada.

Estoy pasando tiempo con los siguientes mellizos en un Macdonald​’s, estoy pidiendo tres combos mientras los miro jugar en una de las atracciones que hay en el lugar. Cuando llega el pedido a nuestra mesa nos ponemos a comer.

—¿Les gusta la guardería?—pregunto haciendo que sus ojos se iluminen, son tan hermosos.

—Oh si Letta, me enoje muchito porque una niña fea dijo que Dann era muy lindo —esos problemitas no son nada grave, siempre se celan entre ellos con otras personas.

—Y un niño gusta de Nerys —pero la cosa se está poniendo buena, los cachetes proporcionados de Daenerys empezaron a adquirir un color carmesí, es inevitable no estallar en carcajadas.

—Eso es mentira Letta, Dann es un mentiroso —sus ojos empiezan a aguarse, hay noo. Todo es culpa de Dann, el sabe cómo se pone Daenerys cuando hablan del sexo masculino, para ser pequeña le da pena que Éfren la alce o incluso entablar conversación con él. Dann se inclina para abrazar a nuestra hermana y mi corazón se estruja bruscamente y por culpa de las hormonas tengo ganas de llorar.

(***)

Estoy recostada en el respaldar de la cama mientras Éfren le habla a nuestra pequeña nena.

—Tampoco te dejaré tener novio —en cuanto dijo eso todo mi sistema se movió y juro haber visto el piesito de la bebé marcado en mi gran panza.

—Tampoco te dejaré tener novio —en cuanto dijo eso todo mi sistema se movió y juro haber visto el piesito de la bebé marcado en mi gran panza

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—¿¡Porque me dijiste eso!? —le digo con leve indigno.

—No pensé que se iba a poner así —en estos momentos no lo quiero escuchar, estoy muy enojada con él, me acuesto dándole la espalda —Oh vamos, amor no te enojes. Te amo —se baja de la cama para quedar hincado al frente mio, cierro los ojos pero los abro de nuevo al sentir sus labios encima de los míos.

Eso me terminó de calentar, hago que se suba a la cama para sentarme en sus piernas, lo empiezo a besar necesitadamente, reacciona cuando tomo los bordes de su camisa —No, no y no, se lo que quieres y no te lo voy a hacer —me reprende frunciendo e...

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Eso me terminó de calentar, hago que se suba a la cama para sentarme en sus piernas, lo empiezo a besar necesitadamente, reacciona cuando tomo los bordes de su camisa —No, no y no, se lo que quieres y no te lo voy a hacer —me reprende frunciendo el ceño y en este momento me siento la más estúpida.

—¿Es porque engorde? ¿Ya no nos quieres? ¿Ya te revelaste? ¿Cierto? Contesta —me levanto de la cama encaminandome al baño, secando mis lágrimas Éfren me detiene.

—No estás gorda, ese el cuerpo que debe tener una embarazada.... Una sexi embarazada —me besa de una suavemente.

Me sumo en mis le pensamientos pensando en que Éfren es y será por lo que nos permita Dios.

Mi Dulce Perdición
......

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