Ya lo había visto algunas veces, bueno, decir "algunas" es arriesgado. Para ser exacta sólo lo he visto dos veces. La primera vez yo iba saliendo de la cafetería de la escuela y él iba entrando. Justo en la entrada fue nuestro fugaz y primer encuentro, mis ojos se clavaron en los suyos por algunos segundos y cada quien siguió su camino.
Después de ese momento caminé hacia el salón de clases pensando en el chico de la sonrisa perfecta y los ojos azul celeste. Los pocos segundos de nuestro encuentro fueron suficientes para recordar cada detalle de su mirada... calma, pacífica y profunda.
Mis pensamientos estaban invadidos con la imagen de él, mi estómago sentía revoloteos de nerviosismo y emoción, mi corazón latía a mil por hora y no encontraba una explicación de por qué mis labios no dejaban de sonreír, sabía que era tonto que un encuentro tan fugaz me pudiera atrapar tanto.
Sentir este tipo de cosas no va conmigo, nunca fue parte de mi personalidad. Es por eso que me encontraba sorprendida de mi reacción. No me considero una chica normal, con aspiraciones comunes y pensamientos convencionales. Me ha sido muy difícil encajar en esta nueva ciudad y en la sociedad, la gente me mira como si fuera de otro planeta, tal vez tengan razón.
Crecí en una situación económica privilegiada, en una mansión blanca con enredaderas escalando sobre sus paredes y un frondoso jardín interminable, en un principio me era difícil comprender lo que esto significaba pero lo fui entendiendo con el paso del tiempo al darme cuenta de que la gente me llegó a tratar diferente al momento de saber cuál era mi "estrato social".
Fue entonces cuando conocí la hipocresía, y para ser franca, no me gustaba nada. Encontraba nauseabundo cómo las personas fingían interés en algo que yo pudiese hacer, así fuera lo más absurdo y común del mundo.
Dos de las cosas que más odio en la vida es que me tengan lástima y que finjan sentir algo que no es verdad.
Por eso, a los seis años decidí cerrarme al mundo y entregarle la llave de acceso a mis pensamientos sólo a personas que realmente valieran la pena. Una de las pocas personas que tiene entrada libre a mis verdaderas emociones es mi mejor amiga.
No es que piense que mis sentimientos o emociones son demasiado valiosos para ser de dominio público, al contrario, creo que sólo soy una chica sin algo relevante que aportar, cuando menos por el momento.
Fuera de estos puntos, mi pensamiento es sencillo, con excepción de uno en particular. Hasta hace dos minutos no creía en el amor verdadero. Por muchos años mi papá me contó cuentos de hadas antes de dormir. Todos tenían el mismo final: "Y vivieron felices para siempre".
Me costaba trabajo asimilar esto. Me parece imposible vivir feliz para siempre. Creo que lo más interesante de la vida es la sensación de la rueda de la fortuna. A veces estás arriba, otras estás abajo, en el suelo, cuestionándote si tardarás en subir nuevamente hasta las nubes. Después sientes cosquillas en el estómago al subir de golpe, otras veces sientes náuseas por caer tan rápido. Esto para mí es la belleza de la vida y vaya que la vida me ha enseñado muchas cosas desde que era muy niña, tal vez éste sea el motivo por el cual no creía en la felicidad eterna ni en príncipes azules.
Nunca antes me había enamorado (nisiquiera de mi primer y único novio), me parecía prácticamente imposible siendo tan joven y tal vez en el fondo me rehusaba a hacerlo porque no estaba preparada.
Pero hoy todo cambió. Mirando en la profundidad de los ojos azules del chico misterioso perdí el control. Fue amor a primera vista, como en los cuentos en los que no creía.
Esa noche no dormí, mi cerebro repetía la escena del encuentro una y otra vez. Cada vez recordaba más detalles y cada vez me hacía más preguntas: "¿Quién es? ¿Por qué no lo había visto antes? ¿Tendrá novia?". A lo que mi subconsciente rápidamente contestaba: "¡Por supuesto que sí!" era imposible que alguien como el estuviera 'disponible' y de ser así me dolía pensar que él jamás se fijaría en una chica como yo.
Lo he dicho antes, no me gusta que sientan lástima por mí, así que sólo seré sincera. No soy bonita.
No encajo en los parámetros de lo que la gente considera una chica bella o agraciada. Mi cabello marrón está siempre alborotado, se enreda sin razón, haya viento o no. Créanme, he probado todos los productos capilares que existen y ninguno funciona.
Mi piel es blanca pálida, mis ojos son grandes y son ese tipo de ojos marrones comunes, ¿hace falta sustentar mi argumento de que no soy lo que la gente denominaría como "bonita"?
Aún así no me dejaría derrotar tan fácilmente, el sentimiento que me había generado el misterioso chico me había engolosinado, quería más. Necesitaba verlo aunque fuera una vez más para corroborar mis nuevas y tan extrañas emociones. Decidida, al día siguiente cuando tocó el timbre que anunciaba el receso, caminé hacia la cafetería con la esperanza de volver a encontrarlo. Y este fue el segundo encuentro. Lo vi sentado en una mesa de la esquina de la cafetería solo, bueno, acompañado de un café y El Alquimista, libro de Paulo Coelho que identifiqué rápidamente ya que es una de las obras de este autor que más me gusta.
Me pareció gracioso recordar que mi frase favorita se encuentra precisamente en este libro: "Cuando quieres realmente una cosa, todo el universo conspira para ayudarte a conseguirla."
Ahí estaba él, ahí estaba yo, no sé si en verdad el universo estaba conspirando este encuentro pero era algo que yo realmente deseaba. Necesitaba creer en este nuevo sentimiento que invadía mi ser. Secretamente me emocionaba enamorarme a primera vista.
Me acerqué disimuladamente al mostrador de la cafetería para pedir un capuccino. Mientras hacía mi pedido, que realmente era sólo una excusa para justificar que estaba en este lugar esperando hablar con el chico más atractivo que han visto mis ojos, pero mi celular sonó interrumpiendo nuestro posible encuentro.
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We All Have Secrets.
FanfictionNueva escuela, te encuentras con la típica chica linda, flechazo a la vista. ¡EXACTO!, esas son las palabras para describir esta historia de amor en la que Luke Hemmings, es el chico nuevo, rudo y sobre todo guapo se enamora de Sarah. Él, algo muy p...