Soñando Despierta. (1/2)

28 4 2
                                    

Las nubes pintadas en el techo de mi cuarto son una perfecta réplica del cielo en el día más perfecto, siento gran paz cada vez que las veo y trato de encontrar alguna figura distinta a cada una de ellas, lo cual es tonto si consideramos que están pintadas. Estoy consciente del latido de mi corazón, lo siento hasta la garganta.

Hace mucho que no me sentía tan cómoda en mi propia casa, en mi cuarto, sobre mi cama, recostada en silencio con una sonrisa en mi rostro y mi respiración tan ligera que me cuesta percibirla. La ventana abierta filtra el dulce aire con olor a jazmín y miel, impregnándose en mi sillón de terciopelo azul celeste.

En mi mano aún está la rosa blanca que me regaló, ocasionalmente levanto mi brazo y llevo la flor hacia mi cara, el aroma me recuerda mi tarde de cuento. Bueno, fue más que una tarde... hablamos por horas filosofando de la vida, conociéndonos, compartiendo anécdotas, descubriendo una conexión que ninguno había experimentado antes, llegué a casa de madrugada.

Nunca había conocido a alguien tan interesante, en un principio me fue difícil concentrarme en sus palabras, pues era tan guapo que me distraía, lo encontraba embriagadoramente atractivo. Una vez que mis ojos se acostumbraron a la idea de tenerlo frente a mí, lo encontré aún más cautivador.

No sólo era físicamente bello, era sumamente inteligente y nuestra conversación era interminable. Muchas veces había escuchado el término "alma gemela", a decir verdad nunca lo había entendido del todo. Me parecía totalmente egocéntrico buscar a una persona que piensas que es igual a ti en todos los sentidos, encontraba eso como lo más aburrido del mundo, ¿por qué querría pasar el resto de mi vida con alguien que tiene un alma idéntica a la mia?

Hoy lo entendí. Un alma gemela no es alguien que es exactamente a ti como un clon, es alguien que comparte ideales y sueños contigo, pero además te complementa.

Es como si encontrarasuna pieza que te faltaba que nunca supiste que carecías, ahora todo era más claro, estar cerca de él me abrió los ojos y pensé: "Esto era lo que me faltaba, no sé como fue posible vivir sin esta parte de mí."

La sorpresa de haberlo encontrado afuera del salón, tan perfecto, tan maravillosamente apuesto y con mi bufanda entre sus manos, será una imagen que quedará grabada en mi mente para siempre.

Sí, se veía justo como el príncipe que siempre imaginé. Cuando mi papá me contaba cuentos antes de dormir cerraba los ojos escuchando las historias con mucha concentración, imaginando que yo era la protagonista.

Yo era la princesa en esos cuentos, usaba vestidos de encaje y seda, siempre involucrada en algún problema, esperando al príncipe valiente; me gustaba ponerle rostro a todos y cada uno de los personajes, Leila era siempre el hada madrina, mi papá el rey y por alguna razón el príncipe tenía el mismo rostro desconocido, un rostro que mi subconsciente había creado, el prototipo de mi chico ideal, los ojos más azules que haya visto jamás, cabello castaño y sonrisa encantadora, hombros anchos y espalda firme.

Años después, tenía la respuesta frente a mí, el misterioso chico era físicamente igual al príncipe que me imaginaba de niña, es como si hubiera programado mi cerebro para encontrarlo. Para ser sincera me gustaba creer que lo que me estaba sucediendo era real, no estoy acostumbrada a que estas cosas me pasen, no me encuentro por la vida a hombres tan ridículamente atractivos.

Al principio pensé que seguía soñando despierta, que mi mente había generado un espejismo pero fue tan real que simplemente tuve que detenerme y admirarlo, esperaba que en cualquier momento se desvaneciera, que todo siguiera como de costumbre, pero cuando el "espejismo" se movió hacia mí, me di cuenta que era real.

We All Have Secrets.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora