Alumna sorpresa

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— supongo que no hará falta que te diga mi nombre...—respondió en tono sarcástico a la vez que recuperaba su postura imponente—bueno, agradecería mucho que te quitaras de mi camino, estoy con el tiempo justo para llegar a clases.

—oh, lo lamento—la muchacha se ruborizó un poco por la vergüenza que sentía en ese momento—pero...yo les puedo decir que llegaste tarde por mi culpa...después de todo asistiremos al mis...

— solo déjame salir, si no es mucha molestia—la interrumpió, y le dio un empujoncito apartándola de su camino —¡Hay una habitación dos pisos más arriba, es ahí donde dormirás!

Marco se marchó, algo aturdido por un encuentro que había causado en él una sensación extraña.

Al recordar aquel angelical rostro de la muchacha llamada Star, era como si miles de cubos de hielo cayeran por su columna vertebral como un pequeño escalofrío. Una y otra vez durante ese día se había estado repitiendo en su cabeza la imagen de Star, y en lo bien que se veía cuando se sonrojaba.

— hey, Marco—le susurraba uno de sus mejores amigos mientras le daba un codazo para que reaccionara

— iQue!—respondió muy desconcertado, fijándose en que todos lo miraban

— le decía, sr Díaz, que cual sería la suma de la tangente de x/6 y la cotangente de y+15 respecto al cuarto triángulo rectángulo—repitió con antipatía la profesora

— oh, claro, mmm...—analizó rápidamente el problema de su libro de trigonometría y luego respondió—ocho quintos, profesora

— correcto, pero lo estaré vigilando, está muy distraído—la profesora lo miro con desaprobación y siguió con la clase de trigonometría

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— antes de que termine la clase, les diré la tarea—cuando la profesora terminó de decir esto, todos empezaron a reclamar, pero la profesora parecía no escucharlos—me resolverán EN EL CUADERNO, los 50 ejercicios de la página 201—cuando terminó de decir esto, sonó el timbre que anunciaba el recreo, y todos salieron como una estampida de elefantes rabiosos

Marco salió de los últimos, seguido de Sophie como ya era habitual

—es que acaso no tienes algo mejor que hacer—preguntó repentinamente el moreno

—sabes que TU eres lo más importante para mí, cariño—respondió ella dándole un beso en el cuello, el solo la apartó bruscamente, pero la ojiverde siguió insistiendo—te amo

Ella solo anhelaba el momento en el que Marco le correspondiera, lo cual según el susodicho, nunca pasaría

—...decías?—preguntó el joven, puesto que se había quedado distraído mirando a unas chicas de un grado superior al de el

—nada...

Pasados algunos minutos, marco volvió a retomar la charla
—realmente me fastidias—la miro despectivamente—y mucho

—entonces eso significa que...—los ojos de Sophie se llenaron de lágrimas—...terminamos?

—en primer lugar, nunca estuvimos—se zafó de las manos de la chica—y en segundo, porfavor—la tomo de la barbilla, y sonrió—no hagas ningún escándalo, cuando necesite pasar una buena noche te busco...—y se fue caminando con las manos en los bolsillos, dejando a una muchacha llorando desconsoladamente
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— ¿Qué pasó con el bello durmiente?—decía en tono burlón un chico muy atractivo

— ya ni siquiera saludas, "Tomasito"—respondió Marco de forma bufona con una sonrisa sarcástica

— veo que ya no estás tan perdido en tus pensamientos, "Marc"—Tom imitó el tono de Sophie

Mi peor error - StarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora