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—Cariño, no sabia que teníamos visita.
Mira quién ha decidido levantarse, hacia mucho tiempo que no la veía, es gracioso teniendo en cuenta que vivimos en la misma casa.
No parece ella, su pelo está lleno de canas y despeinado, como si no hubiera usado nunca un peine en años.
Nada más verla me ha venido a la mente la imagen de Cruella de vil.
¿Que le ha pasado? No logro ver a la que en un momento fue mi feliz y enérgica madre.
Es que solo basta con escucharla hablar, sin ganas, como si cada palabra le costara la vida.
Sí, reconozco que le tengo rencor, porqué nos abandonó, no físicamente, pero ya no está, el día en que murió papá se llevó a mamá con él.
—Ya ves que sí. Vayámonos arriba.
[...]
A ver ¿que pasó esa tarde? NADA.
No me dirigió más de cuatro palabras, es imposible, si ni siquiera puedo hablar con él ¿como voy a conseguir que sienta algo por mi?
Imagínate como se quedará cuando sepa la verdad y todos se rían de él.
Vamos Maggie, tu puedes.
[...]
Portazo. Está enfadado.
—¿Wesley?
PAM. Adiós jarrón.
—Wesley, ya vale...¡WESLEY!
¿Que mosca le ha picado ahora? Como siga así nos quedamos sin muebles.
—Wesley deja es...
PAM. Adiós lampara.
—¡Ya basta! ¡Wesley llamaré a la policía!
—¡Mierda! ¡Mierda! ¡Todo es una puta mierda!
—Wes, tranquilo ¿que ha pasado? ¿Porque tienes los nudillos llenos de sangre?
Pausemos, resumamos lo que acaba de pasar; estaba en mi habitación intentado que me entrará el sueño cuando mi hermano ha llegado y se ha puesto a romper todo lo que encontraba a su paso.
