MC: Tarde eterna

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La universidad era constantemente agobiante, trabajos, proyectos, exámenes, en fin; ni siendo de bajo prestigio dejaba de cansar.
Una semana completa por fin podía escuchar mis pensamientos ya que por tormentas fuertes se cancelaron las clases, eso significaba tener que hablar más a menudos con mis compañeros del cuarto, peor, con uno que no perdonaba del todo.

Muchos se fueron a sus respectivas ciudades de origen o pueblo excepto algunos de nosotros que decidimos aprovechar para quedarnos en la biblioteca o en nuestros cuartos un lugar donde no quería pasar demasiado tiempo por aquel chico.

Quedábamos varios de esta generación, casi más de la mitad aunque la mayoría todo el tiempo estaba en su habitación y no salía pero yo, amaba salir y esconderme debajo de los árboles a leer mientras llovía, el árbol era suficiente grande para cubrirme a mi y al libro de la lluvia pero también llevaba un impermeable por si las cosas se salían de control y tenía que correr.

Ese fue el caso hoy ..

Corrí como podía mientras varios rayos caían a los árboles, uno cayó frente a mi y por el gran Choque me lanzó algo lejos, no se por que corro estos riesgos si ya me conozco.

El edificio estaba lejos pero nada me impediría llegar o eso creí.

—Maldita sea ¿Puedes tener más cuidado? —grite con quién había chocado.

Mi impermeable me tapaba un poco la vista, mientras me levantaba alguien tomo mi mano, como temía; era ese chico.

—H-Hola —tartamudeo mojado, no se había cortado el cabello en un buen tiempo haciendo que calleran sutilmente por un lado de su rostro.

—Stanford ¿Estás loco? Sabes lo malo que es salir así —grite esta vez buscando donde esconderme para evitar empaparme más y tratar de ocultar mi casi notable sonrojo.

El solo me miro unos segundos que me parecían eternos, tomo mi mano y me acerco a el tomando me de las piernas y cargando me.

—Bajame Stanford, sabes que odio que me cargues —susurre poniendo una mano en su pecho tratando de alejarme.

Si que me gustaba que me cargara pero no estaba de humor para ello. Me había hecho pensarme demaciado lo nuestro cuando peleamos al salir de esa magnífica universidad y aunque tenía razón de que había Sido mi culpa no tenía el maldito derecho de echársemelo en la cara.

—Tenemos que llegar, está tormenta eléctrica no está de nuestro lado así que sujetate de mi cuello —pidio en voz alta y hice lo que me pidió, su cabello caía un poco a su frente y mojado se veía tan bien, su rostro de determinación no ayudaba demasiado a abstenerse contra las ganas de besarlo.

Sus ojos oscuros me hacían sobresaltar muchas veces y está no era la excepción.

«Estas enojada, recuerda lo» lo repeti varias veces hasta que logré ver las ventanas del piso que estaba a varios metros.

Llegamos al edificio y me baje rápido de sus brazos recargando todo mi peso en mi espalda que se tiraba en la pared. Ford hizo lo mismo jadeando y mirando su reloj.

—Estubo cerca —Jadee de vuelta mirando hacia afuera, el viento iba tan fuerte que podía llevarme volando y me lleve una mano a la boca al ver una bicicleta volando unos metros del piso con dirección a nosotros. Stanford tomo mi mano y bruscamente me hizo caer en su pecho haciendo que casi por unos metros impactara sobre mi.  

Una bicicleta volando ¿Que más falta? ¿Un alíen en el canasto de esta?

—Vamos que aún no es muy seguro estar aquí —acenti con miedo después de lo que había sucedido y corrí detrás de él por las escaleras hasta el tercer piso, abrí la puerta y la cerré de golpe corriendo a la ventana.

Mi Aguafiestas T.3 «Ford & Tu»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora